El viernes 24 de mayo, Pilar Valero (piano) y Ramón Gómez (violonchelo), ambos profesores de los Conservatorios de Música Superior y Profesional de Murcia, respectivamente, ofrecieron un buen concierto con la sala de la Fundación llena.
Para comenzar interpretaron, Introducción y Polonesa Op.3 del polaco F. Chopin. La escritura para piano es brillante, en la que Pilar demostró su maestría y, por su parte, Ramón interpretó con excelente implicación y técnica. Esta obra fue compuesta en otoño de 1829, en casa del príncipe Radziwill, aristócrata polaco y violonchelista aficionado. Su hija, la princesa Wanda, era una encantadora joven de diecisiete años, a la que Chopin, según parece, le encantaba dar clases de piano. Ella estrenó la obra con su padre. Sólo la Polonesa data de este momento, pues la introducción lenta se añadió unos meses más tarde, en abril de 1830. El conjunto fue dedicado finalmente a un célebre violonchelista, Joseph Merk, al cual había conocido Chopin en Viena en 1831 donde la obra se publicó.
A continuación, dedicaron el concierto íntegramente a la música española.
Las tres obras para violonchelo y piano –Melodía, Romanza y Pieza en Do Mayor-, son la única herencia de Falla para esta formación instrumental, sin embargo, muestran un buen ejemplo de sus inicios en la composición. Dos de ellas, la Melodía y la Romanza (que fueron las que interpretó el dúo), permanecieron inéditas hasta que fueron publicadas por Enrique Franco en 1983 dentro del II volumen de su edición “Manuel de Falla (1897-1899)-obras desconocidas” (U.M.E), mientras que la tercera, Pieza en Do Mayor, localizada por Antonio Gallego, fue publicada por primera vez 1994, integrada en una cuidadísima reedición de las otras dos piezas, revisadas y digitadas por el violonchelista Pedro Corostola y el pianista Miguel Zanetti (U.M.E –Manuel de Falla Ediciones).
A continuación, interpretaron dos arreglos: uno de la Danza nº5 de Granados, original para piano solo y otro de la Danza ritual del fuego de Manel de Falla, dando paso a la Suite Española de J. Nin, que consta de cuatro piezas (Vieja Castilla- Murciana- Asturiana – Andaluza). Terminaron el concierto con Elegía de Griñón, y Requiebros de Cassadó.
El bis fue un arreglo para violonchelo y piano del Intermezzo de la ópera “Cavalleria Rusticana” de Pietro Mascagni.