La dirección local de Izquierda Unida, tras la renuncia del concejal no adscrito, Sebastián Martínez, considera necesario, «por exigencia democrática y ética, la devolución de los ingresos que retuvo y la dimisión de los otros dos concejales no adscritos expulsados de esta formación política».
Con esta propuesta Izquierda Unida pretende recuperar la voluntad popular emanada de las elecciones municipales de 2015 y que el Ayuntamiento vuelva a funcionar con normalidad democrática.
Para IU, la coherencia política era mantener el grupo municipal de IU con sus cuatro representantes y desarrollar y defender las propuestas incluidas en el programa de gobierno municipal con el que los miembros de esa candidatura se comprometieron con la ciudad de Linares. «Es una actitud de cinismo político quejarse de que el actual equipo de gobierno es de ‘derecha arcaica’ cuando el alcalde que lo dirige ha sido el principal valedor del mantenimiento de los privilegios del exconcejal no adscrito desde que fue expulsado de Izquierda Unida», aseguran.