En la tarde noche de ayer sábado, día 23 de julio, se ha jugado en el Campo de Linarejos ante unos 800 espectadores el partido entre el Linares Deportivo y la UD. Socuéllamos el segundo encuentro del equipo azulillo de esta pretemporada en la que acabado con derrota del equipo local.
Mal partido el que se vio en el día de ayer en el vetusto Linarejos, que presentaba una pobre entrada de público, entre las vacaciones, la saltas temperaturas y los precios que había puesto la Junta Directiva no hicieron atractivo el partido.
El equipo de Miguel Rivera que alineo de salida un futuro once titular, no tiraron a puerta hasta el minuto 42 de la primera mitad, en una ocasión de CASI a media vuelta que para el guardameta visitante. Por lo demás poco se vio, algunos destellos por parte de CORPAS que hizo tres jugadas de calidad pero sin remate final.
Los azulillos tendrán que seguir trabajando mucho y duro para que los jugadores recién llegados se vallan compenetrando con los de la temporada pasada. Buen toque pero muy horizontal y sin llegada, parece ser una copia de la temporada pasada. Esperemos su enmienda y que el aficionado no sufra tanto en la grada.
En la segunda mitad un carrusel de cambios con chavales de la cantera que apuntan maneras, pero que se les ve muy difícil entrar de inicio en el equipo titular de RIVERA.
El gol llegó en el minuto 85 de partido en un contragolpe del equipo manchego. Anteriormente en el minuto 65 también llegaron con peligro hasta el área de LOPITO, estrellando el balón en el poste.
En definitiva un partido pobre de calidad, donde el aficionado no pudo sacar conclusiones, pues apenas hubo jugadas de mérito por ningún club.
El árbitro del partido fue Cristóbal J. Montoro, colegiado de Linares de 2ª División B.
Dentro de este pueblo entristecido por el lacerante desempleo, de políticos que proyectan su imagen en un ilusionario turismo de interior (cástulo, museo de raphael, rutas mineras…), hoy por hoy, es más fácil creer en nuestros jugadores y en nuestro club deportivo, que en las falsas promesas continuadas de proyectos en el aire, incubadoras y otras cunas; porque no saben concebir lo que la ciudadanía necesita: Trabajo.