Como viene siendo “normal” ahora, los acontecimientos que vamos viviendo cada día se miran con lupa y se analizan y comentan hasta la saciedad, dándonos cuenta de que hay que replantearse algunas cosas para seguir. Y, quizá no por casualidad, el detonante ha sido un niño. Hay quien dice que el suceso de que el día de la constitución del Parlamento hubiera un niño, ha impedido que hablemos de otras cosas “más importantes”, pero yo pienso que precisamente ese hecho no fue nada baladí, tiene sus consecuencias en la opinión y hay que pararse a aclararlo porque aunque a veces las mujeres no estemos de acuerdo, no quiere decir que no estemos unidas.

La opinión es libre pero siempre que se tenga información. Por eso he visto muy convenientes las explicaciones de Alicia Miyares, filósofa y feminista, para ilustrar este nuevo – o doble-  enfoque pendiente y voy a adjuntar un extracto de su publicación.

“Uno de los rasgos que definen la «Mística de la feminidad» hoy en día es la «cultura de la maternidad total» que deriva, entre otras prácticas, en la «crianza con apego» ocasionando ansiedad en algunas madres que además quieran seguir adelante con su vida laboral. La ideología de «la maternidad intensiva» impone obligaciones en ocasiones poco realistas y perpetúa bastantes estereotipos. Debido a todas sus vertientes y matices no debería asombrarnos que este tipo de crianza sea objeto de análisis en ámbitos feministas… No nos damos cuenta de que ahora vivimos en el mundo al revés por el cual a mujeres practicantes de la «crianza con apego» se las califica de feministas sin mayor hecho o actuación a favor de la causa de la igualdad, y sin embargo a las feministas que se han dejado la piel en esta causa  se las despelleja…

Mi intención es contextualizar lo que he visto y leído estos días en Face y Twitter. Y he visto mucha mistificación, he visto también cómo se nos quiere hacer pasar un gesto de una persona, cuyo apoyo a la causa feminista es dudosa, como si fuera un gesto para vindicar medidas de conciliación y no fue el caso. Muchas de las personas que han expresado su opinión en foros diversos, ponen la maternidad en el centro y están más interesadas en revisar críticamente el feminismo que en atajar las causas de la desigualdad. Esto se viene llamando Neofeminismo. Las «neofeministas» se amparan en posiciones que defienden un estricto individualismo y recurren de manera constante al mantra de «la libre elección» para justificar acciones que, cuanto menos, son un ataque a la dignidad de las mujeres. De todas. No comparto su agenda de la custodia compartida, ni la defensa de la reglamentación de la prostitución. Eliminan de su vocabulario el concepto de igualdad que es sustituido por el de diversidad, difuminando así la agenda feminista. Así que me declaro en contra de estas propuestas «neofeministas». Si por expresarlo alguien se siente insultado lo lamento. Pero lo que no voy a hacer, en aras de una pretendida armonía, es engañarme sobre lo que veo y menos aún callarme. Y me alegra que por ello se esté hablando de «neomaternidades». Quizá es hora de abordar cuestiones que hemos ido dejando aparcadas”.

Bien, yo pienso así pero entiendo que son nuevos enfoques entre mujeres, y que, como se ve, queda aún mucho por equilibrar en la consecución de unos derechos en igualdad. Las feministas  siempre hemos reivindicado la igualdad, analizamos, debatimos y podemos tener varias opiniones, pero hay que estar unidas, no ser individualistas que es por donde se cuela el micromachismo, que es lo que ha sucedido ahora. El individualismo feminista perjudica a todas las mujeres, debemos actuar como colectivo aún dentro de la libertad de opinión, puesto que  las mujeres tenemos que trabajar por y para todas, pendientes de la igualdad, dónde tener hijos sea una tarea corresponsable, cuando la prostitución se considere inequívocamente una humillación para todas las mujeres  y la perpetuación del patriarcado. Tenemos que reivindicarnos como mujeres, luchar por todas y conseguir una vida igualitaria. Una sociedad de todos y para todos para progresar juntos. Nuestra inteligencia debe estar en la sororidad, todo son pasos que nos hacen avanzar en igualdad de derechos. Porque nos queda aún mucho trabajo por delante. Y estamos alertas.

Martin Schoeller photographed four mothers who subscribe to attachment parenting for this week's cover of TIME.

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