Si fui niña,

no me acuerdo,

sé, que fui sombra

en la arena, fui coces

de bestias ciegas

manoseando mi cuerpo;

hija del yugo

que separan mis piernas,

esclava del dolor

mudo de mi silencio.

Seré la madre de tus hijos ciegos

y la desidia mansa

omisa de los pueblos.

Seré camino sin senda,

eslabón sin cadena,

capricho del mundo

que mira hacia otro lado

su vergüenza ajena.

Mujer que llevas

el éxodo en tus venas,

dejaste de ser niña

antes, de que lo fueras.

Poema publicado en el libro “La Fundación Ana de Paz en el Camino”

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