Hay gente demasiado sencilla y transparente de alma y como ejemplo, como paradigma, pongo a Sor Lucía Caram, una moja dominica de Manresa, que afirma no tener miedo a perder nada, porque lo ha dado todo. Es una monja de clausura, comprometida con el mundo, que da las tres comidas diarias a 1.200 familias.

En el momento de escribir este artículo, me he colocado la Sinfonía llamada del “Nuevo Mundo” y he puesto sobre la mesa los Evangelios, la Buena Nueva. Y me viene a la mente este pasaje del Evangelio: “Habéis convertido la Casa de mi Padre en una cueva de bandidos” Mc. 11, 15b-17.

El día 22 de Marzo, Madrid se llenó de gente transparente, gente pacífica, luchadora, solidaria, con tanta claridad de alma, como para no ser hipócrita, como para no ser violenta, (aunque existiese una minoría repulsiva) Eran músicos de una orquesta que interpretaron una Sinfonía para un Nuevo Mundo, gente criminalizada por los estamentos de poder, por pedir pan, trabajo y casa.
Han comenzado para esta sociedad de nuestro desencanto, nuevos amaneceres que acaso nos introduzcan en ese ansiado nuevo mundo, más justo, más humano, más solidario, donde el valor de compartir, llegue a plasmarse en una realidad generalizada. Seré un iluso, pero creo firmemente en ello.

Pero esto tendrá que venir, no nos quepa duda, de una revolución. Esta, previamente, será una revolución personal, interior de cada uno/a que hará vibrar los cimientos de esta sociedad, porque primeramente habremos vibrado nosotros, llegando a entender al hermano que sufre, estando con él, compartiendo con él.

No podremos criticar a un sistema, si cada uno de nosotros no hemos hecho nuestra revolución personal, nuestra catarsis personal, nuestra revolución contra nosotros mismos, contra nuestra comodidad y egoísmo, poniéndonos al servicio de los demás, con todo lo que ello implica, que no es sino compartir todo lo que tenemos.

Porque no se puede pedir una regeneración social, democrática, olvidando que somos todos y cada uno de nosotros, quienes conformamos esa sociedad.

Pero esto, que bien pudiera pasar por uno de los sermones de un domingo en misa, no es sino el preámbulo de lo que a continuación expreso, creyendo firmemente en lo que digo, que es el compromiso con la sociedad que nos ha tocado vivir, haciendo predominar los derechos del Pueblo a los del Estado. Un mal padre, no puede exigir nada a sus hijos.

La vicepresidenta del Gobierno, decía días atrás : “Hay que hacer prevalecer el Estado Derecho…” Y yo me pregunto sobre quién o qué.

¿Sobre los niñatos terroristas del 22 M? Pues claro que sí.
¿Sobre los derechos de las gentes pacíficas a manifestarse sin violencia, que exigen que su Dignidad desemboque en un mejor modo de vida? Rotundamente no.
¿Sobre los derechos de la prensa honesta, a hacer su trabajo sin agresiones policiales, por el simple hecho de estar gravando? Radicalmente no.

Europa se ha manifestado claramente contra esta agresión hacia los medios de comunicación.

Porque no olvidemos que el Pueblo es el auténtico Soberano y todas las Instituciones, todas, incluida la Monarquía, han de estar a su servicio.

Un Estado como el franquista, fue oficialmente de Derecho, pues en el Derecho, las Leyes plasmaban la organización y el Status Quo que el Régimen promovía y protegía, mediante el imperio de la Ley. Ahora, un Gobierno, que como antaño, ha sabido unificar altar y trono para su beneficio y en perjuicio del Pueblo.

Y parece ser que el Gobierno ha seguido entendiendo este Estado de Derecho y este Altar como en aquella época.

Habría que recordar al Gobierno, tan católico que es, algunos pasajes del Evangelio de Mateo (2, 23-28): “No se hizo el hombre para el Sábado (Ley), sino el Sábado (Ley) para el hombre” Y sólo el Hijo del hombre, es dueño del Sábado”. “No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” Mt. 7, 21-27
Así como condené explícitamente a los niñatos terroristas del 22-M, condeno las agresiones por parte de los anti disturbios, hacia un grupo de periodistas el 29 M, que con la misma saña, dieron la del pulpo a estos profesionales, sin ningún tipo de provocación previa. Es la Ley la que tiene que estar al servicio de la ciudadanía. Esta intervención desmesurada e injustificada con los periodistas, por parte de estos “servidores” de la Ley, no casan en nada con el escenario del abandono que sufrieron un grupo de policía el 22-M.

El dia 22, los antidisturbios aparecieron alrededor de la 20 horas, casi frente al escenario donde se cantaba, cuando el permiso era hasta las 21,30.

Eso da pié a muchas interpretaciones. Aunque el abandono posterior a su suerte, de este grupo policial, bien pudiera interpretarse como el intento de reparar ante la opinión pública por parte del Gobierno, la masacre que se hizo en Melilla con los subsaharianos en el agua, que costó 15 muertos. Así, con ese abandono quedaba patente que la policía antidisturbios no agrede, sino que son los agredidos.

De otro lado, el sinsentido del ministro Montoro, que vive en su mundo de autismo y que cuestiona a Cáritas, una ONG de la Iglesia como Pueblo de Dios, que hace una función que el propio Gobierno tendría que hacer. Lo tendrían que haber hecho todos los gobiernos, éste y los anteriores.
Pero no hay mal que por bien no venga, porque todos los bienes que comparte Cáritas con los más desfavorecidos, vienen de ese Pueblo, no de Rouco (lamentable su homilía en el funeral de Estado de Suárez) o la Conferencia Espiscopal. Gracias a Dios, la Iglesia está formada también por gentes que son la antítesis de Rouco. Otra cosa, es que la Iglesia Oficial, articule y vehicule estas ayudas que vienen del Pueblo, que es el que llena sus estanterías, porque Cáritas no es de los obispos.

Sólo practicando la Justicia se acabará con la pobreza y nos llegará la Paz (Isaías 11,1-9). Menos autopistas y más alimentos, trabajo y techo.
Porque sí, hay brotes verdes, pero sólo son para este capitalismo deshumano y depredador.

No hablo desde ninguna ideología. Hablo con el Evangelio sobre mi mesa, porque existimos muchos cristianos, cada día más, que no somos precisamente como la mayoría de la Iglesia oficial y necesitamos que se oiga nuestra voz, con nuestros aciertos y errores.

Hay personas en la provincia, que ya se están moviendo en la solidaridad, como alternativa a esta consumismo capitalista, lanzando plataformas de intercambio de bienes, incluyendo alternativas al dinero. Adjunto este interesantísimo enlace:
https://communities.cyclos.org/laloma