Desde que lo oí en la radio, le vengo dando vueltas a esta carta, sr. Rajoy. Decían que iban ustedes a “dar protección” a la aeñora Cristina de Borbón con alrededor de 200 policías, una gran parte de ellos desplazados desde Valencia y Madrid. Yo no sabía si creer la noticia o pensar que era cosa de periodistas exagerados y desafectos al régimen. Pero hoy sábado, 8 de febrero lo he vuelto a oír en la radio y lo he visto en TV. Lo han hecho ustedes: han protegido de forma especial el trayecto de esta ciudadana, cuyo único mérito es ser hija de quien es, desde el aeropuerto de Mallorca hasta la sede del juzgado en el que estaba citada para declarar en calidad de imputada. La han protegido desde las azoteas y ante un posible peligro en el subsuelo, la han protegido ustedes de los fieros periodistas y de los ‘violentísimos’ manifestantes colocados bien lejos por si acaso (¿?). Y, por supuesto, señor Rajoy usted directamente la ha intentado proteger al asegurar que está “convencido de su inocencia” y de que “le irá bien”. Usted verá, señor presidente por qué hace esto con ella y con otros imputados de alto copete y no lo hace con dirigentes sindicales o con pobres deshauciados.
Yo, sinceramente, no quiero que nadie vaya a la cárcel, pero tampoco quiero que sean tan elocuentes las diferencias abismales en la aplicación de la justicia hacia ladrones de alto standing, grandes despachos y relaciones con el poder político, eclesiástico o económico y la ejercida contra choricetes de tres al cuarto.
Con todo, no es de esto de lo que quería hablarle, Sr. Rajoy. Mi enfado, mi cabreo, mi indignación estos días está relacionado con la palabra PROTECCIÓN. Ustedes han protegido a la señora Cristina de Borbón de educados manifestantes y de numerosos periodistas dicen que con un presupuesto aproximado de 20.000 € lo que, sinceramente, no me creo pues sólo el transporte de los policías desde Valencia o Madrid se lleva más de 2/3 de ese presupuesto.
Pero tampoco es eso lo más importante.
Sr. Rajoy, usted ha vuelto hoy a proteger al poderoso, como lo ha hecho siempre, como lo hizo el Sr. Zapatero con la reforma del artículo 135 de la Constitución para asegurar la prioridad del pago de la deuda o cuando indultó al banquero Alfredo Sáenz (vicepresidente del banco Santander). Usted, Sr. Rajoy protege los bolsillos de los banqueros, protege los intereses de las grandes empresas, protege los intereses de la Iglesia católica, protege, en suma, a los poderosos. ¡Es lógico, forman parte del estamento social, económico e ideológico al que ustedes pertenecen!
Usted no ha protegido a los miles de científicos que han dejado sus laboratorios en España y se han debido marchar al extranjero a seguir con su pasión y su profesión.
Usted no ha protegido a los más de 400.000 jóvenes profesionales que han tendido que exiliarse para buscar un futuro personal y profesional fuera de España.
Usted no protege a los cientos de miles de personas dependientes que se van quedando día tras día sin ayuda o a las decenas y decenas de miles que retrasan su calificación y su acceso a este programa. ¡En cambio, dicen ustedes defender la vida y la familia!
Usted, Sr. Rajoy, sigue sin defender, diga lo que diga, a las miles de familia que tienen la espada de Damocles del deshaucio sobre ellas. En cambio, ha facilitado la venta en saldo de una parte importante del parque de viviendas del “banco malo” a fondos de inversiones extranjeros. Ustedes están facilitando a los tiburones de la especulación financiera extranjera la venta de España en parcelas.
Usted, Sr. Rajoy no protege al 1’5 millones de familias españolas que malviven sin que ningún ingreso regular entre en sus hogares.
Por último, usted, Sr. Rajoy, no ha protegido a mi sobrina (3 años parada), a mi otro sobrino (2 años parado), a mi cuñado (parado de larga duración, mujer e hijo y con más de 50 años a sus espaldas); usted no protege ni ofrece alternativas a mis cerca de 9000 “hermanos linarenses” paradas y parados; ni a mis más de 111.000 paisanos y paisanas de Jaén que están parados y paradas; ni a los casi 6 millones de españoles y españolas que sobreviven en España parados y paradas y sin futuro.
Quizá usted no lo crea, acostumbrado a sus 78.000 € anuales; quizá tampoco lo crea doña Sofía, con su flamante sueldo de más de 131.000 € anuales, pero a cualquiera de mis familiares, de mis vecinos, de mis paisanos, de mis compatriotas parados le hubiesen venido estupendamente esos 20.000 € que usted tan alegremente ha gastado en proteger a la señora Cristina Borbón cuando ha ido a declarar por estar imputada en un caso de posible fraude fiscal y blanqueo de dinero.
Por ello, Sr. Rajoy, porque esto es una sinvergonzonería y ya estoy mucho más que indignado, apoyo y participaré, si puedo físicamente, en las MARCHAS POR LA DIGNIDAD cuya columna andaluza saldrá el 16 de marzo desde Santa Elena y concluirá en Madrid el 22 de mismo mes. ¡Porque ya está bien! ¡Porque estamos hartos de todos ustedes!