Hace algunos meses que no escribo. La verdad es que hay tanto que decir y tanta la rabia acumulada ante esta realidad que nos rodea que he preferido dedicar un tiempo a reflexionar y a serenar mis opiniones.

Sin embargo, esta semana me he decido volver a hacerlo y a recordar hoy, precisamente, el primer artículo que escribí en este medio.

Fue allá por agosto de 2012, cuando el día 5 se publicó la primera parte de este artículo “IVE, mi Derecho”. En él defendía mi Derecho a decidir sobre mi propia salud y el momento de mi maternidad, sin que “Papá Estado” tuviese que tomar esa decisión por mí. En fin a él me remito, si quieren ustedes recordarlo, y me ratifico en todo lo publiqué en aquel momento.

En esta segunda parte, quiero hacerme eco de las movilizaciones que tuvieron lugar el pasado sábado día 1 de febrero en Madrid así como en diversas ciudades españolas y europeas.

Esas manifestaciones han sido el resultado del llamamiento realizado por dos organizaciones de mujeres españolas en defensa de su libertad. A través de las redes sociales se difundió esta iniciativa “El tren por la libertad” y a la misma se han sumado, autobuses, coches, … por la libertad, por nuestra libertad, la libertad de las mujeres.

A estas alturas de la película, ya llevamos más de 35 años de democracia, me resulta increíble escuchar las argumentaciones del ministro responsable de este anteproyecto de ley, en las que tiene la desfachatez, no sólo de atacar la libertad de las mujeres de una forma furibunda, sino también de insultar nuestra inteligencia. Aunque si lo pienso … en realidad …es lógico que él piense que TODAS somos incapaces y que, por tanto, el Estado tiene que arrogarse nuestra tutela y decidir por nosotras: cuando podemos ser o no ser madres, cuando vale más nuestra salud o la de un conjunto de células que pudiesen dar lugar a un ser humano, cuando es más  mportante ese proyecto de vida que el deseo de tenerla o no tenerla, de llevarla a término o de interrumpirla.

Tan sólo esa línea de pensamiento puede defender esta reforma que nadie quiere, que nadie necesita salvo un reducido grupo de ideología ultracatólica que gracias a este “insigne señor” va a conseguir que volvamos a la España preconstitucional, donde aquellos que podían permitírselo iban o mandaban a Londres a sus hijas o amantes para que abortasen y las mujeres que no tenían medios se morían desangradas, envenenadas, …o de otras maneras igual de horribles.

Pero algo es positivo en todo este desastre y es que las mujeres, que hemos sido protagonistas en los movimientos ciudadanos que se están produciendo en este periodo de crisis: plataforma 15 M, STOP Desahucios,

Gamonal, las mareas blanca y verde, … y todos aquellos en los que se reivindican los derechos sociales y, ahora, hasta los fundamentales. Hemos dicho BASTA YA y cuarenta años más tarde vuelven a tener sentido  eslóganes como el de “Nosotras parimos nosotras decidimos”. Eslóganes que hasta hace muy poco parecían de la “noche de los tiempos”. Por eso, mucho me temo, que si esto no cambia y el Partido Popular aprueba la reforma volveremos a las autoinculpaciones y a ver mujeres y médicos en la cárcel o madres con hijos a los que no pueden atender por el grado de dependencia de éstos o madres que no quieren serlo, con hijos desgraciados.

Me llamo Isabel Estévez Moya, tengo cuarenta y dos años, una Licenciatura en Derecho, dos Masters, uno por la Universidad de Alcalá de Henares y otro por la Université de Pau et des Pays de L’Adour, Dos Expertos Universitarios, hablo tres idiomas, pertenezco a un Colegio de Abogados, llevo casi veinte años ejerciendo mi profesión y … NO SOY INCAPAZ. Defiendo mis Derechos, el de mi hija, el de nuestras hijas, el de las mujeres, a decidir sobre su SALUD y SOBRE SU MATERNIDAD.

Aborto

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