Asociaciones de madres y padres, profesores, expertos universitarios, sindicatos de enseñanza… Existe casi unanimidad en el rechazo a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (la “Ley Wert”). Por si fuese poco, es la primera vez que la gran mayoría de grupos de diputados en el Parlamento del Estado se hacen una foto conjunta para mostrar la imagen de los partidos que, en cuanto puedan, derogarán dicha ley.

¿Y ello por que? Sencillamente porque el sr. ministro, don José Ignacio Wert, ha decidido que la mayoría absoluta es suficiente argumento para introducir una ley totalmente ideologizada y , en absoluto, negociada.

Por el contrario, toda la comunidad educativa, los sindicatos, las asociaciones de directores y directoras, así como la mayoría de los expertos más serios, han alzado su voz para exigir un acuerdo amplio que posibilite una LEY ESTABLE, para varias décadas, que consiga poner las bases para atacar los problemas de la educación (que los hay) y sacar el servicio educativo del debate partidario. En resumen, el sr. Wert y el Partido Popular han preferido la negociación con la Conferencia Episcopal y la confrontación con la comunidad educativa en lugar del consenso.

Esa sería razón suficiente para la huelga, pero hay más motivos. Explicado en tono personal, les diré que yo haré huelga el día 24 de octubre:
–                    Porque a mis alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales cada vez les es más difícil conseguir los apoyos necesarios. Porque J. y J. A., a pesar de necesitarlo, no han podido conseguir los apoyos necesarios para seguir sus estudios.
–                    Porque, aunque en Andalucía sí tenemos la “suerte” de mantener la gratuidad de libros, el Ministerio ha acabado con las becas de libros a 578.000 chicos y chicas del Estado español.
–                    Porque no quiero que le roben la moral a mi alumnado de años anteriores que está cursando Ciclos Formativos y Bachillerato al ver el exilio laboral al que están siendo obligados miles de jóvenes.
–                    Porque quiero ser solidario con las madres y padres de mi alumnado que confían en la escuela pública y que están firmemente comprometidos con la educación de sus hijos.
–                    Por todos aquellos y aquellas que, sufriendo del cáncer del paro y del deshaucio, al menos tienen derecho a que sus hijas e hijos reciban una educación de calidad para que les vaya mejor en la vida.
–                    Por mis compañeros interinos (casi 5.000 en Andalucía y más de 8.000 en toda España) que salieron de las aulas al paro por causa de los recortes y de una crisis-estafa de la que el pueblo no es culpable.
–                    Por mis compañeros en activo que consiguieron sus puestos después de duras oposiciones y que han de soportar que algún político corrupto y con pocas luces les eche en cara la estabilidad en el trabajo. Compañeras y compañeros que llevan décadas viendo cómo sus salarios pierden poder adquisitivo y varios años quitándoles parte de su salario, así como las pagas extras.
–                    Y también por mis jóvenes compañeras y compañeros, porque quiero que cojan la antorcha de la defensa de la escuela pública y de calidad y también quiero que sepan que la huelga es un arma cuando no nos dejan otro remedio.

Para no defraudarles a ellos, a los míos, iré, iremos a la huelga el día 24 de octubre: por compromiso, por coherencia y apostando por la calidad. Por ello mismo pido al profesorado, a las madres y los padres, al alumnado y al personal no docente que la secunde.

No se trata de luchar contra un partido, ni contra un gobierno, sino contra una manera inepta de gobernar y de legislar. Porque es estúpido legislar contra las personas que han de vivir con esa norma legal. Porque es de una profunda ineptitud no buscar el acuerdo que haga estable y de calidad el sistema educativo español. No nos dejan otro camino.