Mi primera actitud, antes de juzgar nada, ha sido mirar de frente la imagen de esta mujer que va a ser la presidenta de nuestra Comunidad Autónoma, Susana Díaz. Lo primero evidente es que es una mujer, y una mujer joven, imagino que nueva para la mayoría aunque no para los sectores políticos y personales en los que se ha venido moviendo desde hace bastantes años y en bastantes cargos, por lo que ya se le puede presuponer cierta experiencia. No me voy a ocupar de si es guapa o no, ni cómo viste, ni cuál es su estado civil, como harían, como hacen, como han hecho ya, los hombres, políticos y no, que es lo primero que se les ocurre, ¿a que sí?, porque todo eso “superficial” no es prioritario para mí, no lo hago tampoco con los políticos hombres aunque me es más fácil sacar conclusiones, por la repetición de perfiles, digo, y el aburrimiento consiguiente. Lo que sí voy a decir es que, en una primera impresión, me parece joven, sonriente y vital, que ya es hora.

Supongo que con lo que he dicho ya se estarán desatando opiniones tendentes a desacreditar y juzgar la mía, cuando todavía no he dicho nada. No me he permitido juzgar ni elucubrar, simplemente constato un hecho, aunque un hecho que me agrada como ser político, como mujer y como feminista. Así que digo, aunque con una cautela segura, que es una mujer y por tanto un cambio histórico, una asignatura pendiente para todas las mujeres de Andalucía y demás, porque hará lo que tenga que hacer con otro talante, otra forma y otra transparencia, desde luego diferente a lo que estamos acostumbrados/as. No se puede ir peor así que piano y p´alante. Y los hombres deberían hacer el esfuerzo de no verla con la testosterona, que ya cansa.

En fin, que estoy tan contenta, en principio es un gran paso y en el momento que se necesita. Ha estado bien el cambio, no es una persona con corrupciones a sus espaldas, no se le va a poder achacar nada del pasado, las malas artes y las incompetencias no serán las suyas, todo lo que se pueda decir para atacarla en estos comienzos caerá en el propio absurdo porque como mujer política y responsable socialista de una Comunidad, en el PP sí hay mujeres miren por dónde, no tiene a nadie con quien compararse y sé que por casi este motivo lo hará bien según sus ideas y su concepción de la vida y la sociedad. No sería inteligente recurrir de nuevo a la forma de llegar, hay que llegar y ejemplos menos edificantes tenemos. Se agradece al anterior presidente este empujón, por lo que sea que ya se verá, pero que no se puede decir “de otros”, por ejemplo en el caso de Carmen Chacón que a la vista está ese apoltronamiento que hace aguas. Pero ya llegará su momento que es lo que va a pasar para cuando vuelva el año que viene, cuando tenga más experiencia y madurez y haya más hecatombe por la otra parte. Ella ha hecho bien, muy inteligente.

Y por hoy no voy a decir más, sólo que voy a esperar dos años, voy a dar ese margen de confianza. Todo coincide con lo que pienso, que para todo por lo menos se necesitan dos años, lo he aprendido. En dos años te llegas a conocer, ves como se funciona, se evidencian los defectos, las virtudes y las posibilidades, y así ya sabes a qué opción quedarte. En el amor es igual, a veces es antes pero hay que dar dos años, al menos, para saber si ya te equivocas a sabiendas y después allá cada cual. Y en este caso político, dos años son suficientes, los dos años que quedan son mucho tiempo.

Buena suerte a Susana Díaz, enhorabuena por su valentía, no espero menos de una mujer, yo le deseo que vaya a lo que tiene que ir sin que los sirenos políticos la cabreen o encandilen con su canto hipócrita. Yo sé que una mujer es más clara, más diplomática de fondo y para nada el sexo débil. Que no se la subestime. Espero que sepa que hay esperanzas puestas en ella porque Andalucía lo necesita y quiere soluciones y verdades, aunque sean duras. Que sea mujer, por favor, nada de imitar comportamientos masculinos, que ya estamos cansados de más de lo mismo. Y yo confío en que va a ser así.

Griñán y susana Díaz

Griñán y Susana Díaz