Recuerdo cuando era muy joven, adolescente diría yo, haber estudiado en la asignatura de sociología con los jesuítas, algunos pensamientos y frases del fraile dominico Francisco de Vitoria, que elaboró en la primera mitad del S.XVI un auténtico decálogo moral y social, similar a los Diez Mandamientos cristianos. Estos y muchos de sus pensamientos, se reflejan entre otros escritos en sus “Sentencias morales”.

Y ahora viajemos en el tiempo hasta nuestros días.

La propuesta de la Junta de la Comunidad Autónoma Andaluza, de expropiar temporalmente a los Bancos las casas arrancadas inmoralmente por desahucios, y tumbada por el Constitucional, para dar vivienda a desahuciados ha sido calificada por la prensa, afín del sistema como: “robo, atraco, ataque a la propiedad”… Y no hablemos del tema de las fincas de los señoritos españoles, de la duquesa de Alba, de los miles y miles de hectáreas que poseen los bancos y el ejército, todos improductivos, demandados por el SAT.

Por si fuese poco, el Banco de España propone crear trabajo, con un salario inferior al mínimo legal (que en España es el más bajo de la zona euro y eso no es ya salario mínimo, sino salario mierda). ¿Dónde está la moral?

Veamos. “Todo hombre tiene derecho a encontrar en la tierra cuanto necesita. Los demás derechos, sean los que sean, incluido el de propiedad y comercio libre, están subordinados a ello: no deben estorbar sino facilitar su realización. Y es un grave y urgente deber social reconducirlos a su finalidad primera” (Pablo VI, Encíclica Populorum Progressio. 26-03-67). Y claro, con estas afirmaciones es lógico que Su Santidad, no cayera bien a Franco y su régimen.

“El hombre, en cuanto a su persona, y por consiguiente en cuanto a sus bienes, más es de la república que de sí mismo… Mediando una justa causa, puede disponer la república de los bienes de cualquier particular, porque los bienes de éste, más son de la república que suyos… Y así se hace ahora: que exentos los ricos, pagan tributos los pobres” (Francisco de Vitoria, Sentencias morales I, 93-94 y103-104).

Como puede observarse, poco o nada hemos avanzado respecto al sentido de la propiedad, como elemento regulador de la convivencia.

¿Por cierto, será el presidente del T. Constitucional miembro de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria? ¿Cuál habrá sido su voto en el asunto de la Junta sobre la expropiación de viviendas?

Claro, así no es de extrañar que la derecha neoliberal europea y en concreto la española, vean en el Padre Vitoria un masón y un comunista con traje de lagarterana.

Pero ahora, retomando estas dos frases anteriores ¿se está creando empleo o esclavitud?
Gente trabajando ocho horas, dados de alta sólo cuatro y cobrando 380 euros/mes (eso en el mejor de los casos) y dando gracias a Dios por tener trabajo. Y mientras, listos de nosotros, peleándonos por ideologías en lugar de buscar la justicia social.

El dinero que tienen los Bancos no es suyo y eso les debería obligar a dar créditos a los empresarios, salvo que el dinero lo tengan para ellos como un fin en sí mismo, que es lo que ocurre.

Clama al cielo que un banquero, condenado por la justicia e indultado por el gobierno socialista, se jubilara con una pensión de 88 millones (más otros 11 de un seguro acumulado). Claman al cielo otras indemnizaciones actuales a banqueros sin escrúpulos, causantes de todo este infierno. Clama al cielo, cómo bandoleros, hoy sin trabuco se mean en la “Res pública”.

Todo esto no afecta sólo al PP, también al PSOE en que algunos tienen fortunas de más del millón de euros. Ese solo dato ya explica la crisis actual del partido, porque es profundamente antisocialista.

Un socialismo de plastilina. Un PP sólido en lo económico, frente a un PSOE débil y líquido, que se adapta al recipiente en que el capitalismo lo vierte.

Un sistema montado para satisfacer los caprichos de unos pocos y no las necesidades de todos, es puro nazismo económico, tan inaguantable y criminal, como fue antaño el nazismo racial.

Europa puede imponernos una reducción sensata y justa de nuestra deuda. Pero no puede exigir que esa reducción se haga precisamente recortando gastos sociales y derechos fundamentales, sobre todo cuando nosotros no hemos elegido a esos poderes, porque para Europa, españoles, portugueses, griegos, italianos, no somos personas, sino PIGS, (cerdos) y es sabido que del cerdo “se aprovecha todo”.

He llegado al convencimiento de que todos tenemos un fondo de derechas y algunos, siéndolo, exhiben ostensiblemente un carnet de izquierdas, siguiendo la moda de la progresía, creyendo que la justicia tiene que aplicarse, sí, pero después de mí. Es decir, justicia sí, pero no por mi casa. Vamos, el corazón en la izquierda y la cartera en la derecha.
Si tuviéramos la posibilidad de ser corruptos y nadie lo supiera….¿lo seríamos? Ese es el problema y el triste dilema ¡Pobre España!.

Hoy se habla mucho de “regeneración democrática” pero sin una regeneración ética y moral, personal, de cada uno de nosotros, lo primero nunca será viable. No exijamos a los demás aquello que cada uno de nosotros no estaríamos dispuestos a dar.

Sin una revisión muy seria de nuestra moral de la propiedad, no habrá salida para este mundo.

Economy - Foto: Stefan Powell (Licencia Creative Commons)

Economy – Foto: Stefan Powell (Licencia Creative Commons)