No, no se preocupen o … alegren, no es que yo vaya a dejar de escribir semanalmente en este medio, es que me ha hecho ilusión comprobar que el verbo dimitir sigue siendo un verbo vivo. Yo, la verdad, pensaba que era una palabra en desuso y sufría por si la Real Academia de la Lengua Española se percataba y en una de esas estupendas revisiones que hacen de nuestro idioma, iban y la quitaban, pero no. Ya me he quedado tranquila, resulta que se sigue usando. Bueno en España no mucho, pero se sigue usando.

La verdad, el pasado lunes a eso de las 11 de la mañana me llevé un susto de muerte, por un momento pensé que había vuelto al pasado 28 de diciembre, que dicho sea de paso, en mi caso, fue un día de locos, así que me asusté. Y es que claro, eso de estar tranquilamente escuchando la radio por la mañana, casi a medio día, con la familiaridad y la tranquilidad que dan los tertulianos y los profesionales cuando abordan temas tan familiares y cercanos, como la crisis, los desahucios, el desempleo, la corrupción generalizada, … y, así, de sopetón, sin anestesia ni nada, de repente te dicen que el PAPA DIMITE…

Desde entonces y, pasado el primer susto, ya una va pensando, pensando y la verdad me alegré por el verbo, como ya les he dicho. Además, digo yo, si alguien que tiene como jefe nada menos que a Dios, ha sido capaz de plantarle cara y renunciar a un puesto de trabajo indefinido, sin indemnización ni nada, ya que se ha ido porque ha querido, digo yo, que el ejemplo podría cundir.

Y, pensando me di cuenta de que resulta que hay ya un puesto de trabajo libre, en esta Europa nuestra en la que hay millones de parados. Pero, ¡qué decepción¡ en realidad los candidatos a este puesto de trabajo ya sabemos quienes son, se trata de unos señores, cardenales para más señas (¿señoras no?) que también tienen un puesto de trabajo indefinido y supongo que muy bien remunerado.

Aún así como una está muy sensibilizada con la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, pues claro no he podido resistirme y leyendo he descubierto que según el periódico ABC que el único requisito para ser PAPA es ser una persona bautizada. Si este es el único requisito, resulta que vuelve a haber millones de posibles candidatos y candidatas, así que estoy mirando todos los portales de empleo de Internet por si aparece la oferta de trabajo que igual a alguien le interesa. Porque a saber, es un contrato indefinido, con casa, comida, ropa, viajes pagados, personal para asistirte, un país para dirigirlo, un banco, millones de personas que aunque no te conozcan te quieren un montón y cuando te ven hasta lloran y lo más importante, con Dios diciéndote lo que tienes que decir y hacer y, encima, nadie te puede hacer la contra que para eso eres infalible. Vamos un chollo, así que yo sigo buscando la oferta por si la publican, si la encuentro se lo cuento la próxima semana.
Mientras tanto, respecto al verbo dimitir, estaba yo pensando que igual algunos y algunas se animan a seguir el ejemplo para demostrar que además de ser presuntamente corruptos también tienen la valentía, coherencia y honestidad que algunos le están atribuyendo a la decisión de Benedicto XVI.

Foto: Miquel Verne (Licencia Creative Commons)

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