Soy consciente de que en este último artículo del año 2012 introduzco la polémica, pero después de pensar he llegado a la conclusión de una cosa: ¿Qué no es polémica para nosotros? ¿Qué entre nosotros no provoca controversia u opiniones encontradas? ¿Quién de entre nosotros no utiliza todos los ardides que posee para ofender o defender, y no siempre de buenos modos, sobre algo de lo que acontece? Todo es polémica, tenemos polémicas para dar y regalar, así que esta será una de entre tantas en la que no voy a ofender ni defender nada, simplemente opinaré y las discusiones bizantinas que queden para quien las considere conductoras hacia alguna parte. Opinemos, no polemicemos, es lo más útil. Creo.
Yo sí vi y escuché el “mensaje” del rey de la pasada Nochebuena y no sé por qué me acordé de la película “el discurso del rey” que le atañe al Reino Unido. Comprendí que España es diferente y no por eso más acertada, nada es generalizable. El Reino Unido respetó a un rey tartamudo y sigue respetando a su reina casi nonagenaria. A la vista está lo que hubiéramos hecho nosotros, o hicimos, que ahí está la historia. En fin, es su forma constitucional de gobernarse y como tal la practican y con todos mis respetos ahí sí que tenemos mucho que aprender. Y mira que también han tenido sus “annus horribilis” en todas las facetas, en todos sus escándalos y en todas sus contrariedades. No quiero ni pensar qué hubiéramos hecho nosotros… Pero, miradlos, sus cimientos democráticos siguen intactos. Nosotros no hacemos igual, no queremos saber nada de la monarquía pero exigimos que sea perfecta, no queremos saber nada del rey pero aprovechamos para ofenderlo. Me viene a la cabeza aquel pasaje donde se decía… “quien esté libre de las corrupciones, cada cual en su ámbito, sí, tú también normal ciudadano de a pie, quien esté libre de pensar oponiéndose a todo, aunque no sepa por donde tirar, quien esté libre de no haber dicho o hecho alguna vez alguna tontería, como tantas que se dicen ahora, que dé un paso adelante”. Yo siempre me pregunto qué escribiría sobre la arena aquel Dios hecho humano, algo muy irrefutable sería cuando se quedó solo.
Bien, pues el caso es que el discurso del rey no me “dijo nada”. Le vi más suelto en cuanto a la puesta en escena y la dicción o la lectura o la vista más alerta, porque no creo que el rey lea o haya leído muchos libros, la reina sí, yo soy de la reina y ahí creo que sí entraría en polémica. De cualquier forma ha debido estar bastante aleccionado, escarmentado, o, tal vez, asustado.
Tampoco me extrañó que su discurso fuera tan políticamente correcto, estaba claro un control férreo, una estrategia bien medida y me dio por pensar que ahí era donde veíamos, por fin, lo que pensaba realmente el gobierno: que aceptaba la crisis, que los jóvenes se fueran, que trabajáramos juntos, que valoráramos a los políticos, que no provocáramos escisiones y que no arremetiéramos contra los bancos y la corrupción de élite, la pobreza un mal menor pero que ya pasaría y el que sobreviva pues volverá a tener un cielo diáfano y tranquilo… en fin, lo que piensa Rajoy. ¿Me indigné? Con la que está cayendo la verdad es que no sentí una nueva indignación ni nada añadido a lo que vivo todos los días porque, simplemente, no se lo achaqué a él. Y entonces me diréis que para qué lo queremos y os diré que para qué queremos a tantos, más de la mitad, hoy en día; o insistiréis en que por qué no lo echamos y os diré que por qué no hacerlo con otros que me indignan más, en serio. No creo que sea esa la solución.
Mi opinión es que no podía hablar de otra forma más que teorizando, es un monarca parlamentario, amén del miembro de una familia a la que le pasan cosas que nos pasan a todos. ¿Que tiene un familiar corrupto? Pues como miles de personas en este país. ¿Qué se le presupuesta mucho dinero y nos lo podríamos ahorrar? ¡Anda! Cosa nueva también en este país en el que si todos los que se llevan dinero fácil los tuviéramos que echar, estaríamos muy pocos, pero poquísimos. ¿Qué somos un país que tiende a la república? Pues mirad, para eso sí que me gustaría que hubiera un referéndum muy clarito. Y lo acataría. Pero veríamos.
Lo que sí se corresponde con la realidad actual es que la Monarquía es una institución, una cláusula constitucional, una forma de Estado y una estabilidad que nos sirvió en su tiempo y que quien lo vivió lo agradece y espera a dar tiempo para ver las cosas con perspectiva. Por eso, qué queréis que os diga, que cuando algunos impresentables siguen y encima con cara de asco y los aguantamos, cuando para reformar la constitución casi tendríamos que hacerla nueva, porque a ver por dónde empezamos, cuando cada cual tiene su alma en su almario, cuando cada cual defrauda como puede y se porta como un estúpido cuando le dejan y sin dejarle, pues mira por donde el rey es quien menos me preocupa porque él sólo no hace ni empieza la democracia, empieza por nosotros, hasta por el que se abstiene o vota nulo, que todo cuenta. Os recuerdo que tenemos lo que hemos querido tener y todo debe pasar por la constitución, lo demás es hablar por hablar, aunque sea en catalán.
La polémica puede estar servida, yo de momento ya he opinado y como no os veré hasta el año que viene, os deseo un feliz 2013 en todos los días y estaciones, llueva o haga sol. Sería demasiado pedir que se cambiara, porque vamos a seguir igual. O peor. Ya lo hablamos.