No sé por qué tengo la molesta sensación de que la celebración de este aniversario de la Constitución, y vamos por el trigésimo cuarto, no es como siempre y en este “como siempre” no va ninguna intención inmovilista, más bien al contrario, la sensación está en el grado mínimo de ese componente de satisfacción por tenerla, por habérnosla dado, por vivir en democracia… Se nos ha olvidado que venimos de una dictadura o quizá no valoramos lo que eso significó para muchos. De cualquier forma que lo veamos, estoy llegando a pensar que no hemos conseguido transmitir unos valores democráticos firmes, no hemos resuelto los viejos problemas, no, el viejo y obligado consenso que llevó a redactar y aprobar la Carta Magna no aparece por ninguna parte porque quizá fue algo para empezar a andar pero que a lo largo del camino no hemos sabido desarrollar. Sería muy triste llegar a pensar que hicimos una gran Constitución sólo para salir del paso, como si se hubiera considerado el final de un proceso cuando era el principio, esa es la sensación.
Un pacto o un consenso tiene que llevar consigo el compromiso perdurable, la aceptación de nuevas formas de convivencia y el olvido – o la solución – de las retrógradas y pasadas. Y ni hemos cumplido el compromiso, ni hemos aceptado ni hemos olvidado, más bien hemos politizado la vida y cada cual se ha quedado en lo suyo, de manera que con cada cambio de gobierno se vuelve a lo mismo, parece que decimos, y lo decimos, “bueno, que este gobierno haga esto, que ya vendrá el otro y lo cambiará”. Y todo ello porque no elevamos a la universalización nacional, de todos, las grandes leyes y la convivencia básica en beneficio de todos, no hemos trabajado por el país sino por nosotros mismos y a ver quien se lleva más y quien trapichea más. El altruismo del ideal no ha existido más que para muy pocos, la democracia está en peligro y no nos damos cuenta de que muchas veces no vivimos conforme a ella. Yo que, como muchos, he estado siempre tan orgullosa de haber contribuido a la democratización de este país desde mi parcela educativa y social, que tantos años he conmemorado el día 6 de Diciembre con mi alumnado de manera ilusionada, hoy casi me alegro de no tener que hacerlo, no sabría qué decirles, tendría que sacar toda mi fuerza de maestra, que cree y debe, para transmitir que los ideales humanos y de convivencia son posibles. Y la tengo, la fuerza, pero quizá por primera vez en mi vida pienso que no hemos construido una base general posible y coherente, no hemos enseñado ni perseguido una libertad responsable como valor inalienable de nuestra convivencia.
En este aniversario de la Constitución, yo al menos, estoy a punto de darme cuenta de que se ha destapado la cloaca social en la que vivimos. Y sé que de ahí viene mi malestar.
Pero bueno, la cloaca hay que sanearla y si hay que hablar se habla y, reflexionando, este año empezaría por el Tribunal Constitucional. Diría que en estos 34 años se debería de haber acudido a él más veces. Parece que, en este tiempo, nos hubiera dado miedo y lo hubiéramos utilizado más para ver a quienes les daba la razón que para que nos dijera lo que es lo justo y democrático. Y si hubiéramos acudido a él más veces, ahora tendríamos los pilares de la convivencia democrática más firmes, estarían sentados y bien sentados, sabríamos lo que todos tenemos que hacer y no andaríamos como quien evoca “al coco” cada vez que algo nos contraría de forma personal o partidista. Si hubiéramos acudido más a él, se habría dejado claro que inconstitucional es ir contra la educación, la sanidad, los derechos de los menos favorecidos, del respeto a todas las ideas; que inconstitucional es proteger las prebendas de los más favorecidos, permitir el poder de los bancos y tener gobiernos que no cumplen lo que prometen, que gobiernan a espaldas del pueblo y que por toda explicación nos dicen eso de…“nos vemos obligados a…” que ya es demencial. En fin, inconstitucional es el enriquecimiento por encima de unos baremos y permitir la pobreza; inconstitucional es no tener clara la igualdad y no hacer todo lo posible por una vida digna, que no tenemos otra y después no hay armero a quien reclamar.
Todo esto se tendría que haber puesto por unos y por otros delante del Tribunal y que lo hubiera dicho bien claro, con lo que no estaríamos volviendo siempre a lo mismo sin haber aprendido nada. Esa es la sensación: la de haber perdido este tiempo. Por todo creo que lo necesitamos como a un primo de “zumosol” al uso, para que a cualquier tontería e interés que surja en cualquier parte de nuestro territorio, se nos diga a lo que atenernos. Me encantaría decirle a mi alumnado hoy cuántas veces en estos 34 años se ha conculcado la constitución y a nadie le ha interesado reclamar, de cualquier signo político. Les diría: ¿Qué dicen, que esto es constitucional? Pues no, hijos míos, ni esto, ni esto ni esto porque el TC ha dicho que lo justo para la convivencia es esto, esto y esto. Sé que soy ilusa, sé que ni el Tribunal Constitucional es la panacea, todo está contaminado, pero la ciudadanía está indefensa, necesita mucha ayuda, está olvidada y abandonada a su suerte. Y a algo debemos poder tener para recurrir y protestar, porque a este gobierno le resbala lo que digamos.
Me dicen que al fin y al cabo nuestra constitución es muy joven. No me convencen porque es de joven cuando se ponen las bases de toda una vida. También me dicen que no es el momento por la crisis, siguen sin convencerme porque la crisis es ya la excusa perfecta para todo, sobre todo para enmascarar la poca voluntad de consenso. Al final quiero seguir luchando y seguir diciendo que es necesario un gran pacto para afrontar una nueva lectura y unas reformas porque hay muchos nuevos derechos y deberes que no están reflejados, hay cosas superadas y cosas por reflexionar y debería haber una seria percepción de la realidad y anticiparnos a las exigencias actuales porque hoy en día, la mayoría de la población no la votó ni la elaboró. Y esta nueva gente debe tener algo que decir sin que pase nada, todos hemos visto cuando por demandas de Europa hemos cambiado cosas en un santiamén y otras, sin embargo, duermen el sueño de los justos. Pues ya va siendo hora de despertar sin miedo.
Pero bueno, quiero terminar felicitándonos por ella y por la ilusionante vivencia que nos proporcionó aquel 6 de Diciembre de 1.978 y que, si me abstraigo un poco, puedo trasladar a un nuevo punto de partida en el que podamos darle, entre todos, un lavado de reformismo coherente. Os diré una cosa, no es fácil reciclarse en sólo unas cuantas palabras, pero cuando hay que optar y tirar para avanzar, suele merecer la pena mirar hacia adelante. No hay otra.
Merche ¡cuánta razón llevas en la generalidad de tu artículo! Sobre todo me quedo con unas cuantas ideas, como que es ahora cuando nuestra Carta Magna ha de ser enderezada, como el árbol joven para que no crezca y se desarrolle torcido, porque calidad tiene.
Para mí, ésta sacra Carta contiene todos los valores para un normal desarrollo democrático, pero como bien dices, muchos se limpian el susodicho con ella, la han prostituido. El TC tendría que ser en caso de duda, el referente moral y ético para una ciudadanía que gusta tocar las cosas de los demás, pero que no le toquen las suyas. Debería ser elegido de otra manera, para evitar tentaciones partidistas, que lo que consiguen es desnaturalizar algo que en sí mismo es revolucionario, si se aplicase siguiendo el espíritu de la letra, escrita por unos «padres constitucionales» de procedencia ideológica tan distinta, pero que supieron ponerse de acuerdo en aquellos tiempos tan difíciles.
Un abrazote.
Unas dudas que me asaltan:¿quién menosprecia, deslegitima, y se burla de la Constitución un día si y otro también?. ¿quién ha empobrecido el país?. ¿quienes defienden los privilegios fiscales de las comunidades autónomas más ricas del estado?. ¿Inconstitucional es el enriquecimiento por encima de unos baremos ? en qué artículo lo dice. ¿También vale para los sindicalistas que tienen propiedades inmobiliarias en la costa del sol?, o para esos no vale. Podrida está la izquierda señora mia, y Ud. no les reprocha nada.
Saludos.
Ese Sr. de exjefe de los Empresarios, ese que decia que había que trabajar mas y cobrar menos, esa eminencia Sr. Kevin ese era de derechas ¿no? ejemplo de emprendedores y referencia de la derecha incivilizada. Por favor, no sea tan agresivo y tan poco riguroso, cuaqndo tiene tantas evidencias tan cerca.
LA CONSTITUCION ESPAÑOLA, ¿se refiere a usted a nuestar carta magna, la ley de leyes de todos los españoles?; creo que es una solemne mentira. Me eXplico con solo estos articulos, nada mas:
«Todos los españoles tienen derecho a un puesto de trabajo»,
¿ Donde esta el mio y el de los 9500 parados censados en Linares o los 5.000.000 que estamos en España?
«Todos los españoles son iguales ante la ley»
¿de verdad?, osea que se mete en la carcel a un pobre diablo metido en las drogas que roba un carton de fortuna, se arrepiente del hecho, se regenera, se casa, tiene familia, se convierte en un un hombre de bien, paga a la estanquera el carton de fortuna que robo en su momento , le pide perdon y 8 años despues LA JUSTICIA lo mete en la carcel, por que la ley se tiene que cumplir y luego solo INABILITA para ejercer cualquier cargo politico,10 años al politico de turno, AZUL, ROJO, O COLORAO; por estafar, robar, blanquear 10, 20 30 100, 2000 millones de euros de esos tan bonitos que parcen del monopoli; euros de los impuestos que con nuestro sudor y sacrificio pagamos los españoles todos, obreros y empresarios.
«Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna»
mientras puedas pagarla con mil esfuerzos y tu sudor, antes del que el capitalimo salvaje al servicio de la GRAN ALEMANIA, te deje sin trabajo, el banco te la embargue, la subaste y tu tengas que seguir pagando, pues casi el resto de tu vida una cosa que te han quitado y se la han vendido a otro, esto a mi entender se llama FEUDALISMO, o robo descarado.
Me siento tan mal que solo recordar estos articulos me provocan ganas de vomitar, por la blasfemia en que estan convirtiendo la constitucion española, sin duda una de las mejores del mundo, infravalorada, humillada y que nadie, (POLITICOS DE TURNO), realmente quiere que sus leyes se cumplan.
También tiene Ud. derecho a que le toque la lotería.
El problema no es el comentario que tan gratuitamente acaba de hacer con el tema de la lotería, el problema es que no sólo menten la mano en la cartera hasta que no pueden más, el problema es que cuando la ciudadanía toma la calle te dicen a la cara que no lo puedes hacer. Y eso no es lo peor lo peor son los cafres que se lo tragan…
Dices en tu artículo: “Un pacto o un consenso tiene que llevar consigo el compromiso perdurable, la aceptación de nuevas formas de convivencia y el olvido – o la solución – de las retrógradas y pasadas”; pero la realidad es que no somos una sociedad de consenso, sólo tienes que ver la última renovación del Tribunal Constitucional. El periódico El Mundo, en un artículo titulado “Claves de la renovación del Tribunal Constitucional” (http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/25/espana/1274805865.html) dice: “Nunca una renovación del Tribunal Constitucional se ha retrasado tanto. Primero no quiso renovar el PSOE, que blindó a María Emilia Casas en la presidencia con una reforma legal ‘ad hoc’, y luego no quiso el PP, que prefiere que sea el actual Tribunal, con una composición que cree más favorable a sus intereses, el que decida sobre el Estatuto de Cataluña. Así se ha llegado a una situación en la que cuatro magistrados llevan casi dos años y medio en prórroga de mandato” Parece ser que no se buscan buenos magistrados para el Tribunal Constitucional; sino aquellos que sean favorables a mis intereses e interpreten la Constitución como le gusta al que ostenta el poder en ese momento, sencillamente bochornoso.
Pero bueno, tampoco podemos rasgarnos las vestiduras, pues la composición del tribunal constitucional, el congreso de los diputados, el senado, etc., salen de las urnas; es decir, de los políticos que conviven con nosotros y que votamos libremente; por lo tanto, sólo tenemos el resultado de lo que nosotros mismos hemos elegido. No podemos responsabilizar a los demás de lo que ha sido nuestra propia elección.
Muy interesante esto que comenta, Sr. Perea. Tanto izquierda como derecha están deacuerdo en que el Constitucional, como los miembros del CGPJ, sean elegidos por los políticos, especialmente la izquierda, para los anales queda lo de Montesquieu a muerto, no lo dijo Fraga ehh!!.
Lo bochornoso… o cachondo, porque ya uno no sabe si reir o llorar, es que después denuncian, especialmente la izquierda, las simpatías políticas de la alta judicatura del estado: ¿son tontos?; y hasta de sus creencias religiosas (te cagas), cuando la izquierda es la que más partido ha sacado de politizar la justicia, ahí anda Felipe, que si las fiscalía no hubiese tenido acceso a los secretos de sumario, la realidad de Felipe sería muy distinta, lo dijo otro de izquierdas; Garzón. O las ruedas de molino que se ha tenido que tragar el espiritu constitucional y todos los ciudadanos con el xenófobo Estatut tan del agrado de la izquierda.
Sería interesante una renovación ideológica de la izquierda, pero no lo que cuece la Chacón: más radicalismo, más odio, y más ida de pelota: sentido común, un poquito de sentido común y de honradez, qué difícil madre mia.
Sr, exsantanerodelinares, muy bueno su comentario, yo añadiria en su segundo punto, que incluso menten en la cárcel a inocentes y los verdaderos sinvergüenzas en la calle.
La Constitución deberia repasarse y actualizarse, hay que designar a sabios intelectuales humanistas para su elaboración. Si es que quieren.