La causa más inmediata de la crisis, como ya se ha dicho por activa y por pasiva, es la falta de financiación a empresas y consumidores; ya galopa en lontananza un futuro navideño tan austero y tan oscuro, que difícilmente muchos comercios puedan soportar y la nieve caerá más fría y más negra. Por tanto si no vuelve a fluir el dinero, será muy difícil que volvamos a salir de la crisis con fortaleza; pero aún así, esta primera condición no resulta suficiente para retomar el vuelo, especialmente en nuestro país. Sobre todo si la actividad productiva se encamina hacia sectores que vuelvan a llevarnos a otros tipos de burbujas, cayendo en el mismo error y conduciéndonos otra vez a una situación insostenible, social, económica y medioambiental. Ya se veía a D. Miguel Blesa (linarense a la sazón) días atrás, justificar los 1.000.000.000 Euros que Caja Madrid había soltado de sus arcas. En el artículo anterior, ya hablaba de la burbuja financiera, que sufriremos en España y de la que estos listos disfrutarán en esos paraísos fiscales.

Existen otras causas de perturbación y retroceso, que tienen su origen en la forma de decrecimiento que provoca la falta de recursos propios, la intensivización de los recursos naturales, la aberrante falta de igualdad y por supuesto el endeudamiento. Un ejemplo de esto último, el endeudamiento inútil, empleado como paradigma del mal hacer, es el escándalo que ha producido entre los gaditanos la construcción de una rotonda con una escultura en piedra llamada “Las antorchas de la paz”, obra que además de ser un mamotreto, un pesadísimo cachivache, ha costado a las arcas municipales nada menos que 600.000 euros de vellón. Bueno, habría algún artista al que reconocerle sus chorradas. Vamos, algún favor que pagar. Con el hambre y las necesidades que hay en España….
Si queremos salir de la crisis con más empleo y bienestar social, es necesario perfilar, dibujar, otras actividades con un planteamiento más racional, más igualitario y reaccionar, para crear un modo o modelo sostenible de producción, de generación de riqueza con la base en los recursos materiales, naturales y humanos. Es lo que estamos hartos de oir: “La economía sostenible” Y es que se está viendo, que este concepto no es de cuatro locos antisistema y ahora se está viendo más viable que antes, salvo otra super-idea. Aunque resultará muy difícil, yo diría imposible, llegar a los niveles de empleo y crecimiento que años antes disfrutamos, porque es necesario un nuevo planteamiento y una multi- diversificación del tejido productivo, para no caer de nuevo en burbujas, en ningún tipo de ellas. Véase el tema de Santana Motor, que llegó a tener 5.000 empleados sin un tejido productivo alternativo y/o complementario y no dependiente de ella. Esto fue una burbuja en Linares.

Macro obras públicas tan claramente antieconómicas y antisociales como los trenes de Alta Velocidad (con el cierre de muchas estaciones ferroviarias convencionales, que ya el gobierno plantea a lo bestia) Aeropuertos fantasmas como el de Ciudad Real, Castellón; autopistas de peaje, tranvías que ya sólo sus proyectos son una ruina (como el de Jaén) La construcción de los transportes de metro en casi todas la capitales, cuyo fin primero y último es el enriquecimiento por el trato de favor dado a los constructores por el Ayuntamiento y concejales de turno. Es imprescindible orientar los recursos hacia la creación de empleo en torno a las energías renovables con la implantación de nuevas tecnologías. Entorno al ocio, a la cultura, al turismo de costa e interior, al reciclaje que favorezca el medio ambiente, a los servicios sociales, mientras los bancos no nos dejen hacer otra cosa, etc..,

El problema para caminar hacia esto, es que hacen falta recursos financieros y humanos que aglutinen y generen incentivos para crearlos y ponerlos a funcionar.
Es necesaria una sinergia productiva (La sinergia, ya lo saben, es el valor resultante de la acción conjunta de dos causas y que supera a las causas actuando por separado)
La crisis que sufrimos es en realidad el producto de una serie de engaños que las entidades financieras, han ofrecido a sus clientes, un producto cargado de falsedad y riesgo finamente calculados. Baste ver el caso de Gescartera, años ha, en el que desaparecieron cerca de 20.000 millones de euros. O el engaño actual de forma sistemática hacia sus clientes, con la incorporación de contratos hipotecarios en forma de swaps, o chips que eran productos financieros nada libres de sospecha fraudulenta.

Es necesario acabar con la situación a la que nos ha llevado el capitalismo, que se ha convertido en un enorme salón de juego en el que siempre gana la banca. Hoy el ahorro debe dejar de ser la fuente especulativa de las entidades financieras a través de la cuales viene canalizado. Entidades financieras que están creando, generando una deuda que va a conseguir el colapso de de economía. Los bancos cada vez más grandes, que engullen otras entidades para hacerse gigantes y así poder operar en países donde tienen el terreno abonado para la especulación y el latrocinio, mientras que las pequeñas y medianas empresas, se ahogan cada día con mayor facilidad en las heces generadas por estos monstruos. Ésta es una forma de terrorismo, es una forma de infierno en vida, convertido en algo que algunos economistas han dado en llamar “crímenes económicos contra la humanidad”. Y viendo el paño, sólo se me ocurre decir: ¡hasta cuándo Señor, hasta cuando!

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