El grupo municipal del Partido Popular de Linares presentará en el Pleno del Ayuntamiento de Linares que se celebra hoy mismo, una moción con la intención de que se inicie una campaña informativa a los ciudadanos de Linares que dé a conocer la ordenanza sobre “protección ambiental de ruidos y vibraciones”.
Para ello proponen que se edite un díptico informativo que se pueda recoger en las instalaciones municipales o incluso se reparta por los domicilios de los linarenses, que incluya el contenido normativo resumido. Además proponen que se dé orden expresa a los agentes de Policía Local para que se incida y velen por el cumplimiento de la normativa cuando observen conductas y eventos inadecuados, al objeto de poder corregir determinados comportamientos de algunos ciudadanos que saltándose la normativa molestan a otros. Por tanto los populares creen que se debe de hacer un esfuerzo dada la generalidad de las quejas que aseguran existen en este sentido.
En el caso de los ruidos la normativa afecta a vehículos con música elevada, megafonía o ciclomotores con escape libre. También los ruidos procedentes de cualquier fuente, en el interior o exterior de los inmuebles particulares, eventos, negocios o industrias, se deberán mantener dentro de los límites admisibles.
En el siguiente vídeo el concejal del grupo popular, Antonio Delgado, nos da más detalles sobre la moción que hoy se presenta en el Pleno.
Japón y España son los dos países más ruidosos del mundo.
En España, por causas que desconozco, todos sus habitantes tienen la costumbre de hablar a gritos.
Y tener el volumen de sus tv a toda potencia.
En todo el planeta, sólo en España se da el fenómeno del botellón, con su correspondiente contaminación sonora.
En Linares la multitud de bandas «musicales» de las cofradías ensayan durante 10-11 meses a diario hasta después de las 11 de la noche, con el consiguiente infierno para los sufridos habitantes.
Quien provoca más ruido con sus motocicletas y «músicas» en automóviles es considerado el más «macho».
Así podríamos seguir hasta el infinito.
Cambiar esa mentalidad bárbara tan arraigada en la población es una tarea titánica que sólo podría dar frutos después de décadas de educación cívica y castigos ejemplares a quien la viole.
Contemplando el comportamiento de la actual juventud española, carne de revueltas y perroflautismo callejero, el futuro de estas propuestas no puede ser muy optimista.