El valor fundamental de la Historia, a mi entender, es aprender de lo ocurrido para no cometer idénticos o parecidos errores que nuestros ancestros y para establecer en el presente (y prevenir para aplicar en el futuro) aquéllas fórmulas que funcionaron en el pasado. Cuando el poder se ejercía de manera despótica (no hace demasiado tiempo ni ha dejado de ser así en muchos lugares del planeta) los poderosos (una minoría) utilizaban el miedo de las armas y la ignorancia de los hombres para dominar a la mayoría.
A partir del desarrollo de las democracias occidentales durante el siglo XX, el poder (entendido como la imposición de ideas y de formas económicas de una minoría sobre la gran mayoría) se hace de manera más sutil, permitiendo una serie de derechos y mejoras económicas a la mayoría, por concesión paternal de la minoría o por méritos propios obtenidos por presión de la mayoría. En cualquier caso, la norma fundamental, para triunfar y seguir enriqueciéndose, de esa minoría dominante (desde reyes y nobles del pasado hasta grandes burgueses, financieros, políticos y especuladores del presente) ha sido “Divide y Vencerás”.
En la actualidad, podemos considerar como minoría dominante a las grandes familias económicas (multinacionales y bancos) y a una clase, mal llamada “política”, donde se integran políticos, jueces de élite, jefes sindicales y a ciertas profesiones prebendadas como herencia endémica de pasados dictatoriales (deportistas de élite, altos cargos públicos, pilotos, controladores, notarios, registradores, asesores políticos, etc.)
El Divide y vencerás en momentos de crisis consiste básicamente en dividir a los que formamos parte de esa inmensa mayoría con falaces presupuestos como: “Los funcionarios no se merecen lo que ganan ni sus puestos de trabajo”; justificar la ineptitud (no quisiera creer que mala intención) de un gobierno para resolver los problemas de un país haciendo todo lo contrario a lo prometido en su programa electoral, amparado en el hecho de que el anterior gobierno lo hizo fatal (cosa cierta, por otro lado) sin que esto tenga consecuencias legales; o creer que las medidas opresivas económicas de un gobierno y la pérdida de derechos sociales de la gran mayoría de los ciudadanos, aparentemente impuestas por la UE, es la única opción para resolver la crisis económica; o hacer creer a ambas partes que las fuerzas de seguridad del estado son los enemigos de la mayoría; o seguir manteniendo la falacia del enfrentamiento entre ideologías (básicamente derechas e izquierdas) como un aspecto fundamental del individuo y de su herencia biosocial; como hacernos creer que los políticos elegidos con una ley electoral injusta, o los llamados interlocutores sociales (organizaciones sindicales y empresariales), son los verdaderos representantes de los ciudadanos, como las Iglesias lo son de Dios; o la mentira de considerar que una actitud activa de la mayoría en las calles (manifestaciones, protestas…) no va a cambiar las cosas, cuando esa misma Historia ha demostrado que sí es posible; etc. etc.
Hay muchos más ejemplos al respecto; pero sería interesante que cada uno de nosotros reflexionáramos sobre aquéllos (no se los voy a dictar yo todos, ejerzan su derecho a pensar por sí mismos, aunque estén de vacaciones)
residencias de la Tercera Edad concertadas con la Junta de Andalucía denunciaron ayer que esta Administración no les paga desde el mes de abril y que se está poniendo en peligro servicios básicos como el agua, la luz o el catering en los centros de Sevilla y provincia regidos por ellos.
La situación es tan dramática que incluso no descartan dejar a los mayores en la Urgencias hospitalarias si llegado el caso no pueden atenderlos porque a estas alturas la deuda supera los 4 millones de euros, afecta a 1.340 plazas y a 835 trabajadores.
Hay alguna residencia en Almería que afirma no le han pagado la extra de Navidad.
Según Griñán, Andalucía no necesita ser rescatada.
Hace mucho tiempo que estamos divididos, no es de ahora. Ahora es imposible que nos unamos, a pesar de que nuestro ¨bienestar social¨se encuentre en peligro.
Los que no somos funcionarios, también englobamos a ese colectivo dentro de las ¨castas¨ dominates, (yo, al menos).
Cuando millones de personas lo han perdido TODO, muchos sobreviven con ayudas familiares, otros de Cáritas o de contenedores, resulta que el problema va a ser que los funcionarios pierden ¨algo¨ de poder adquisitivo.
En otros paises el funcionario tiene un contrato anual, bianual o trianual, y debe demostrar que sigue capacitado para desempeñar su labor para renovar su contrato, y eso es bueno. Aquí sabemos que da igual …. a lo sumo te cambian de destino.
Si, hay de todo, pero sigo creyendo que esos puestos no deben ser para toda la vida, el que no valga a la puñetera calle. (y hay muchos que no valen).
En Linares he visto en portadas de prensa, como empleados de diversas empresas estaban a las puertas de las mismas reclamando justicia, en Santa Margarita he visto acampadas reivindicando derechos y otros muchos que lo han perdido todo y NO HA PASADO NADA, N A D A.
Por otro lado intuyo que lo de ¨las consecuencias legales¨ está dirigido al Gobierno actual (al anterior, no ?)… curioso ¡¡¡
No hace falta que nos dividan, YA ESTAMOS DIVIDIDOS. Demasiadas castas con demasiados priviligios, si viene al caso enumeraré algunos.
Sr.Ad Contrarium, somos hijos de nuestra memoria. Lo que hemos hecho en el pasado en esa memoria queda, aunque hay un dicho un tanto sarcástico que dice que «la memoria es la facultad que olvida». Y en efecto, hay mucha gente que olvida, sencillamente porque no tiene nada que olvidar, ya que no hicieron nada.
Se nos ha sumergido en la cultura de la hipocresía, en el «ya no quedan alternativas» Siempre eslóganes falaces y ruines para domesticar a la ciudadanía.
El grito de la inteligencia es la rebeldía,y movilizar es concienciar.
Baste la frase de Jesús como ejemplo:»No he venido a traer la paz, sino la espada» ¡Ahí es nada!
Siempre, el banderin de enganche de una sociedad han sido pocas gentes; yo diría un 10%, que es el que consiguió arrancar a la gran masa en el Mayo del 68 por poner un ejemplo.
Está muy bien no dejar aparcada la conciencia, aunque sea verano. A nuestros iguales hay que decirles: ¡Levántate y piensa!
Felicidades por el artículo.
Algunos se pasean por los medios afirmando que sí hay alternativas, pero se guardan mucho de decir qué alternativas son.
Sobre el tema de los funcionarios, no creo que ellos sean más culpables de la actual situación que los prejubilados de Santana.
Sr. Juan o como se llame,su forma de comentar, denota su insolidaridad para con las personas que sufren en esta Ciudad. Me gustaría verlo en una situación semejante.
A mi también.