En el siglo XIX se pusieron de moda los libros de viajes. Muchos extranjeros se lanzaron a descubrir mundos lejanos. España (y Andalucía, en concreto) atrajo la atención de muchos de estos curiosos. El auge de la antropología cultural incentivó la observación pretendidamente imparcial de las realidades sociales más pintorescas. Tal vez Gerald Brenan fue uno de los últimos viajeros antropólogos en nuestras tierras del Sur.

El británico Hugh James Rose (1841-187) era hasta ahora menos conocido. Llegó a Andalucía en 1873 como capellán de las compañías inglesas, francesas y alemanas que explotaban las minas de plomo en Sierra Morena. Pero su implicación con esta tierra fue tan intensa que se erigió en un excelente cronista de la realidad andaluza de finales del siglo XIX. Rose se convirtió así en uno de los primeros autores de libros de viajes gracias al éxito que alcanzaron sus obras más importantes: Untrodden Spain and her Black Country, publicada en dos volúmenes en Londres en 1875, y Among the Spanish People, aparecida también en dos volúmenes dos años más tarde, en 1877.
La visión del viajero inglés se rescata ahora en el libro Viaje a la Andalucía inexplorada. Bosquejos sobre la vida y el carácter de los españoles del interior, una coedición del Centro de Estudios Andaluces y la editorial Renacimiento.
Aquí está la cita del libro: H. James Rose. Viaje a la Andalucía inexplorada. Bosquejos sobre la vida y el carácter de los españoles del interior. Centro de Estudios Andaluces, Editorial Renacimiento, Sevilla, 2012. Traducción de Victoria León Varela. Prólogo de Martin Murphy. 294 páginas. ISBN: 978-84-8472-683-8.

Se trata de la primera traducción al español de esta obra, a cargo de Victoria León Varela con prólogo del hispanista británico Martin Murphy. La edición recoge solo una parte dedicada a los cuatro años que Rose pasó en la región andaluza, con especial atención a su estancia en el distrito minero de Linares (Jaén), donde ejerció como capellán de la comunidad inglesa que entonces dominaba los pozos de plomo de toda la franja norte de Sierra Morena.
La edición castellana nos muestra a un perspicaz observador de una realidad que nunca supo integrar. Y entre sus observaciones, son muy interesantes las relativas a la educación, las costumbres, la familia, los juegos, las diversiones, la infancia. James Rose desembarcó en Málaga en septiembre de 1873. Y, entre otras misiones, se preocupó de conocer en profundidad la realidad que le rodeaba durante su trabajo en Linares (Jaén).
De esta forma, describe con exactitud el black country español con todos los procesos que atraviesa la producción del plomo y sus efectos sobre el entorno, así como las cuestiones relacionadas con el carácter del minero español, la elevada tasa de mortalidad, los salarios de los trabajadores, la religiosidad, las diversiones, la dieta y las manifestaciones populares como el carnaval o la Semana Santa.
En su descripción de Linares como típica ciudad minera resalta aspectos como “la suciedad, el ruido constante tanto de noche como de día, las tabernas y el colorido estridente”, una sensación que resume como “plomo, plomo, plomo” ya que “de la mañana a la noche no se oye hablar de otra cosa, no se ve otra cosa que el plomo”. Rose realiza una detallada descripción del carácter y costumbres del minero español en comparación con sus colegas ingleses. Algunos de los aspectos que más le llaman la atención son, por ejemplo, “la indiferencia religiosa propia del carácter minero español” y la pérdida de la fe en Dios a favor de la Providencia, aunque también aprecia un cristianismo no escrito ni explícito profundamente enraizado bajo la superficie.
En resumen, un ensayo que, sin pretensiones científicas, presenta un retrato precioso e ilustrativo del ambiente social de la provincia de Jaén, y en concreto Linares, en el último cuarto del siglo XIX.

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