Una tesis defendida en la Universidad de Jaén, realizada por Noelia Rodríguez Espartal y dirigida por Esther López Zafra, ambas profesoras del Departamento de Psicología, ha abordado la intervención con presos con violencia de género mediante un programa basado en inteligencia emocional, comprobando que produce mayores beneficios frente a los programas tradicionales.
Para comprobar la efectividad del programa, se trabajó durante dos años en la Institución Penitenciaria de Jaén (Jaén II) con dos grupos de tratamiento. Uno de ellos realizó el programa tradicional, de corte cognitivo-conductual, mientras que el otro recibió el programa emocional. Además, se contó con un grupo control formado por hombres presos por violencia contra las mujeres que no deseaban participar en ninguno de los programas (la participación en los mismos era totalmente voluntaria), pero que estaban dispuestos a ser evaluados.
Los principales resultados del trabajo presentado indican que el programa emocional produce mayores beneficios en estos hombres, tanto en el aumento de variables positivas como en el descenso de variables negativas relacionadas con la violencia contra las mujeres, si se comparan con los obtenidos en el grupo que recibió el tratamiento cognitivo-conductual y el grupo control. Además, se ha comprobado que estos resultados se mantienen en los seguimientos realizados a estos hombres tanto a los tres como a los seis meses.
Entre las principales conclusiones a las que llegan las autoras del estudio destacan que en la violencia de género es necesario trabajar tanto con hombres como con mujeres para conseguir una lucha más efectiva contra este grave problema social. Asimismo, se pone de manifiesto que los hombres que reciben un tratamiento presentan mayores beneficios en la mejora de pensamientos, conductas y emociones violentas. Por último, resaltan que se debe realizar aquel tratamiento que resulte más eficaz y, en este sentido, el tratamiento emocional es el que obtiene los mejores resultados.
Este trabajo ha contado para su desarrollo con una propuesta innovadora de tratamiento con hombres presos por violencia contra las mujeres. Sus principales aportaciones han sido, en primer lugar, el hecho de que el tratamiento se haya realizado en prisión, pues la mayoría de intervenciones se realizan en el ámbito comunitario a hombres a los que se les conmuta la pena a cambio de participar en estos programas. En segundo lugar, el que la intervención haya estado centrada en trabajar diferentes variables relacionadas con la violencia contra las mujeres, todo desde la perspectiva de la inteligencia emocional.