Son múltiples los casos en que la ciudadanía se queda estupefacta con algunas decisiones políticas y judiciales, que bordean, si no quiebran directamente, los más elementales derechos de las personas. Para ello, conviene recordar aquella frase del N.T que dice así: “ No se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre”. Y por extensión se puede decir y ha de decirse que “No se hizo el hombre para la justicia, sino la justicia para el hombre”. Son la política y la justicia, las que tienen que estar al servicio del ser humano y no al contrario. Son el poder Judicial y el poder Legislativo los que tienen que estar al servicio incontestable de la sociedad y no al revés; con una separación real de competencias y poderes ¿Se imaginan que un médico hiciese lo que le diese la real de la gana con un paciente? Lo mismo podríamos decir de un maestro, de un policía etc., Entonces, ¿por qué lo pueden hacer un político o un jurista? Vivimos abrumados con casos horribles, como el de Marta Del Castillo y tantos más, que ya nos resulta harto imposible llegar a comprender. La política partidista y la justicia española, están en su ocaso, no es creíble en muchos casos, cada día más numerosos. Ahora le ha tocado al juez Garzón, un hombre honesto con aciertos y errores, mucho, muchísimo más de lo primero que de lo segundo. ¿Qué escribano no echa un borrón? ¿O es que somos tan infantiles, tan poco evolucionados, tan hipócritas e inseguros de nosotros mismos, como para exigir a los demás la talla que nosotros, personalmente, no somos capaces de superar? Me invade una tristeza enorme cuando se han descargado sobre este juez, todas las tormentas de la podredumbre y la mala leche política y de parte del sector judicial de determinada ideología. Y miren que no me gusta ser maleducado ni tosco en mis expresiones, pero lo que están haciendo con este hombre clama al cielo, porque es un linchamiento moral. Una vez asistí a un juicio en el que ya, las personas que llenábamos la sala, veíamos cantado el veredicto de la Magistrada en la Audiencia Provincial de Granada. Una mujer agria, irrespetuosa con los asistentes como público, prepotente…. Como diciendo: Aquí soy yo la que manda. Sinceramente, muchos salimos asqueados de su proceder en la sala. Pero quiero retomar el tema Garzón, porque además de conocerlo indirectamente a través de mi amiga Fanny Rubio, considero que es un hombre fuerte, valiente y transparente, que tiene diáfanamente claro cuál es su función dentro de la judicatura, que es en él, una función de servicio a la sociedad desde la entrega incondicional a su sagrada profesión, una tarea ardua, a veces desagradable cuando hay que condenar, con una valentía e integridad moral fuera de toda duda, como la tiene el juez Calatayud en Granada con el tema de menores. Porque Baltasar Garzón, ha vivido 17 años luchando contra el terrorismo, la impunidad y el crimen. Un hombre con una intimidad familiar destrozada, que ha sacrificado su vida social y de familia, con continuas amenazas reales o implícitas, para contribuir a hacer efectivo un mundo más justo; que nos llama a pasar del miedo a la esperanza en esta sociedad, en el ser humano. Garzón para mí es un diamante tallado en forma de esfera, en la que no existen múltiples caras, ni aristas, ni recovecos, porque una esfera no los tiene. Pienso que es la honradez hecha persona, que valora en su justo término, de forma equilibrada, la decencia, la honestidad de los demás. Ahora, acusado de prevaricación, por algunos que tendrían mucho que callar, está sentado en el banquillo de los acusados, con la entereza de quien tiene la conciencia limpia. Ya muchos jueces iluminaran a esta sociedad con la fosforescencia de la limpieza con la que ilumina Garzón entre otros, pero que por desgracia no son la mayoría. Mientras no exista una separación real entre el poder ejecutivo-legislativo y el poder judicial, junto a la desaparición de la Ley Dont que regula el número de escaños a las listas electorales, pienso que no habrá una verdadera democracia en España. A ver qué juez tiene los redaños de iniciar una causa a favor de las víctimas del franquismo, cuando todavía el difunto, a pesar del paso de los años, está caliente en las cabezas de muchos (entiéndase el sentido figurado). A ver qué juez intenta meterle mano al asesino Pinochet, expidiendo una orden internacional. Que no, Baltasar, que no; que te has convertido en el Pepito Grillo, en la mosca cojonera de esta decrépita sociedad, y los corruptos no te lo han perdonado. Pero muchos, muchos estamos contigo, porque eres un ser digno de admiración. Desde Linares te digo: ¡Ánimo machote! No te nos vayas a venir abajo.

Liberté, égalité, fraternité - París, 2077 -Foto: Jordi Casasempere-