A tan solo unas horas de que la Navidad ilumine nuestros corazones, Linares se prepara para vivir una de las épocas más intensas, entrañables y esperadas del año. En una conversación cercana con Linares28, la alcaldesa de la ciudad, Auxi del Olmo, nos ha desvelado cómo se ha volcado la ciudad para ofrecer una Navidad llena de vida, ilusión y momentos inolvidables.
Las calles de Linares se han transformado en un auténtico escenario de magia. Un sinfín de actividades para todas las edades se extiende por cada rincón, desde las plazas hasta los paseos y avenidas. Los niños ríen mientras disfrutan de talleres y espectáculos, los jóvenes se reencuentran con amigos de toda la vida, y las familias crean recuerdos imborrables bajo un cielo iluminado por luces que parecen contar historias.
El alumbrado navideño es, sin duda, uno de los grandes protagonistas. Rincones emblemáticos como la Plaza de San Francisco, la Plaza del Ayuntamiento o el Paseo de Linarejos lucen espectaculares, mientras las grandes avenidas, como Julio Burell, brillan con una elegancia que enamora a quien las recorre. Y en el cruce de caminos que son las históricas Ocho Puertas, la iluminación especial nos invita a detenernos, a mirar hacia arriba y a dejarnos envolver por la belleza y el espíritu de la Navidad.
Pero esta decoración no solo embellece la ciudad, sino que late con un propósito más profundo: dinamizar el comercio local y nuestra querida hostelería, que estos días se convierten en un refugio cálido y acogedor para quienes vienen de cerca y de lejos. La luz navideña de Linares no solo atrae a visitantes de toda la provincia, sino que también impulsa la economía local, llenando de alegría cada rincón comercial y hostelero.
La Navidad en Linares es también el momento de los reencuentros, de las emociones que afloran al volver a casa. Muchos linarenses regresan estos días para abrazar a sus mayores, reencontrarse con amigos de la infancia y compartir risas, anécdotas y brindis con sus seres queridos. El bullicio en nuestras calles no es solo ruido; es la música de las emociones, de la vida que fluye en cada esquina.
Linares no solo brilla con sus luces; brilla con su gente, con su alegría y con su capacidad de crear momentos mágicos que permanecerán en el corazón de todos los que la viven. En estas fechas, nuestra ciudad se convierte en un lugar único, donde cada rincón nos recuerda que la Navidad no está solo en los adornos, sino en las emociones y en los lazos que nos unen.
Esta Navidad, Linares es un regalo en sí misma: un refugio de magia, luz y amor que nos invita a celebrar juntos lo mejor de la vida.