Hay gente, que para huir, escapar de su propio interior, de sus propios miedos, de su propia conciencia, que continuamente les interpela, necesitan volcar esos miedos en los demás, así creen liberar esa inseguridad y adormecer esa conciencia que continuamente les cuestiona.
Con esto, me quiero referir a la tan denostada realidad histórica. No se quiere mirar para atrás porque esa mirada, acaso remueva los rescoldos de las brasas que todavía están latentes en nuestra sociedad.
Por encima de todo, Justicia, basada en la realidad de nuestra reciente historia.
Ahora, ya no se llama Memoria Histórica, se llama Memoria Democrática… Que no entiendo su significado.
Somos muchos los que queremos olvidar nuestra aciaga y sangrienta Guerra Civil. Fueron dos bandos duramente enfrentados. En un enfrentamiento entre hermanos, puede ocurrir lo más insospechado.
Uno, un gobierno legalmente constituido pero con muchos, demasiados errores. Otro, que logró borrar esos graves errores con un levantamiento militar cuyos efectos y realidades duraron demasiados años.
Y con los victoriosos, ya acabada la guerra, siguieron los errores, detenciones y desapariciones, cárceles sin juicio y sin denunciantes, fusilamientos. Hasta ahí, real y asépticamente, la Historia. Una Historia casi paralela a la vivida en Argentina, Chile, Cuba, Venezuela, Rusia y muchísimos países más.
Pero si olvidamos la Historia intencionadamente, podemos caer en lo mismo, en volver a repetir esa deprimente y cavernícola experiencia, que tantas vidas se cobró, de uno y otro lado. Los vencedores no fueron nada generosos con los vencidos. No hubo piedad y mucho menos humanidad, para con las familias de los vencidos. Es lo que siempre se vive desgraciadamente después de una guerra.
Es saber y reconocer que esas realidades de la Historia, son necesarias para un normal, yo diría, un necesario e imprescidible, funcionamiento de nuestra Sociedad Española. Al menos así lo entiendo y lo deseo. Hay muchas, demasiadas personas que sin vivir la Guerra Civil, estando en el lado de los vencedores, bien por ideología familiar, política y de creencias religiosas, añoran aquellos tiempos.
La Iglesia Oficial, siempre estuvo al lado del franquismo y a veces con tanto poder como el propio estado franquista. El Vaticano, otorgó a D. Francisco, el poder de designar una terna de religiosos cada cierto tiempo, para que la Santa Sede, eligiera de entre ellos un obispo o cardenal. Al menos uno.
Estas actitudes, a mí sintiéndome humanista cristiano, me producen mucha tristeza, porque es equiparar la política, con el mensaje de Jesús de Nazaret, que bajo mi punto de vista nada tienen que ver.
Y ahora cambiando de escenario, pero también sintiéndome desesperanzado con los asuntos gravísimos de odios y asesinatos, hablamos de los asesinos de ETA y de sus herederos violentos.
Partidos nacionalistas separatistas, intentan morder la mano del Estado de Derecho, chantajeando a un Gobierno que desgraciadamente para llegar al poder, ha necesitado de su ayuda, imponiendo estos independentistas, fortísimas condiciones para llegar a un pacto de Gobierno.
Parece ser, que estas gentes, no quieren saber sobre la Memoria de su “Historia”, cuando ellos, vascos y catalanes, fueron los privilegiados económicamente hablando, por el Franquismo, que con las instalaciones industriales del Régimen de Franco, fueron las tierras más beneficiadas de España.
Mientras estas tierras, nadaban en la abundancia, otras, como Andalucía, Extremadura etc., sólo recibíamos las migajas. Estas gentes independentistas, cerradas a cal y canto hacia el resto de España, elevaron a la categoría de normal, su modus vivendi, lo que para muchos españoles por contrario, era subsistir.
Y ahora, la infamia cometida por el Presidente Sánchez, entregando el Sáhara al sátrapa marroquí, ha sido la guinda del pastel.
No se preocupe, Sr. Sánchez, porque esta decisión suya, la tendremos muchos españoles en la memoria, cuando lleguen las próximas elecciones.
La memoria es también la capacidad de querer olvidar, no sólo de retener, pero gran parte de este pueblo no lo va a olvidar.
Por cierto ¿De donde lo tiene cogido este sátrapa marroquí ?