El Domingo de Ramos continuaba por la tarde, tras la estación de penitencia de “La Borriquilla”, con la salida procesional de la Hermandad de la Santa Cena Sacramental y Nuestra Señora de la Paz. A las cinco se abría el portón del Sagrario de la Basílica de Santa María la Mayor para que comenzara a desfilar el cortejo de nazarenos de capas doradas. Buen tiempo y mejor ambiente en las calles para recibir a esta histórica y emblemática cofradía, que se reencontró con la ciudad tras la pandemia y sufriendo una importante ausencia: la de su hermano mayor, Salvador Yebra, que falleció el pasado 1 de enero. Precisamente por ello, la Junta de Gobierno decidió lucir un lazo negro en sus capas en señal de duelo.

Los sones de la Banda de Cabecera de la Hermandad de la Santa Cena se escuchaban desde la lonja de Santa María, abarrotada de público, y acto seguido salía el trono del Ángel Custodio. Tras de sí, y después de una complicada maniobra para sacar el trono del misterio, aparecía Nuestro Señor Jesucristo junto con sus apóstoles. El majestuoso conjunto escultórico del imaginero Víctor de los Ríos, que representa la institución del sacramento de la Eucaristía, procesionó acompañado musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Torredelcampo.

Especialmente significativo fue el acompañamiento musical que ofreció la Banda de Cabecera de la Hermandad al misterio de la Santa Cena, en la subida por la calle Iglesia hacia la Basílica Santa María, interpretando la marcha Triunfal.  Así mismo, la cuadrilla de la Virgen de la Paz dedicó la subida de «la cuesta» a Salvador Yebra.

Y siguiendo a su Hijo, Nuestra Señora del Paz, que lució esplendorosa bajo su precioso palio, mecida por su cuadrilla de costaleros. A su salida de la Basílica de Santa María, varias palomas acompañaron a la Reina de la tarde-noche del Domingo de Ramos. Tras de sí, la nueva agrupación musical de la Hermandad de la Santa Cena, la Banda de Música de Ntra. Señora de la Paz, se estrenó este año para brindar sus marchas a su sagrada titular mariana.

Tras los dos años de parón por la pandemia de la covid-19, la Cofradía Sacramental linarense lució diversos estrenos y novedades significativas durante su recorrido penitencial, destacando 25 nuevos hábitos penitenciales, cuatro trajes de servidores de color granate y otros dos dorados, mazas de acompañamiento, el guión sacramental, dos bocinas, el estandarte del Sine Labe Concepta, el banderín de la Banda Ntra. Sra. de la Paz, la tercera fila de candelería del paso de palio, ocho jarras laterales, doce cordones de bambalinas, la saya procesional, el tocado y el fajín para la Virgen.

La jornada del Domingo de Ramos se vivió con especial intensidad, fe, ilusión y emoción por linarenses y visitantes, que ya esperan la salida procesional de la Hermandad de la Oración en el Huerto, protagonista del Lunes Santo.