La verdad es que a pesar de un mundo tan global, en el que los medios de comunicación acceden a los más recónditos lugares, las noticias sobre la pobreza y miseria de los pueblos, paradójicamente, nos llegan sólo tangencialmente, no las hacemos nuestras, porque no vivimos in situ la desesperación de otros semejantes, que no pueden satisfacer sus necesidades primarias, ni defender su vida.

Existen muchos rincones en este planeta, que son escenario de las más absoluta degradación para el ser humano; degradación impuesta por la minoría de países que controlan y gozan del 80% de los bienes y el consumo mundial, entre ellos España.
El Sáhara es uno de los paradigmas de esa miseria y de ese atroz e inhumano olvido. Los intereses económicos están siempre por encima de las necesidades de un pueblo que ha dado durante años muestras clarísimas de tolerancia y respeto, incluso ante aquellos que lo han condenado al ostracismo.

La Marcha Verde, organizada “valientemente” por Hassan II, entre el 6 y el 9 de noviembre de 1.975, supuso un pulso al Estado Español que miró para otro lado sobre las fechas en que Franco estaba muriendo.

En aquella España convulsa, con Juan Carlos I, Jefe de Estado en funciones, da la orden de repliegue a las tropas que allí se hallaban. Los sucesivos gobiernos democráticos de España, han venido haciendo lo mismo y la ONU ha quedó totalmente desautorizada, porque ya ningún país le hace caso.

La ayuda humanitaria que ofrecen pueblos como el italiano, el español y algún que otro, a través de sus asociaciones específicas pro-Sáhara (que no los gobiernos), son pan para hoy y hambre para mañana y eso que las asociaciones, están volcadas en cuerpo y alma. Hay familias enormemente comprometidas con ese olvidado pueblo, que otrora fuese la provincia nº 53 de España, antes de la invasión marroquí del Sáhara.

Hassan II tuvo dos amenazas de golpe de Estado en Marruecos en el 71 y 72.

Así desvió la atención de los persistentes golpistas, organizando esa Marcha Verde, con 300.000 civiles y sus militares camuflados entre mujeres y niños…¡Qué gran acto de valentía poniendo al frente a mujeres y niños!

Marruecos, en su afán anexionista, está conduciendo paulatina y progresivamente al olvido al pueblo saharaui, (con la permisividad internacional; véase la opinión de Bruselas que juzga positivamente el acercamiento entre España y Marruecos) no ya a los campos de refugiados en Argelia, sino por causa de este olvido, a auténticos campos de exterminio, porque la gente sufre de enfermedades que aquí están totalmente superadas, así como por desnutrición.

La gente de a pie (muchas familias y asociaciones) sólo pueden hacer lo que hacen a favor de este pueblo y ¡ojo!, estas gentes que ayudan, lo hacen desde la humana solidaridad, desde la frustración, impotencia y tristeza de ver esto , porque estas gentes solidarias, no actúan desde el poder, sino desde esa solidaridad.

Hay jóvenes muy cultos entre el pueblo saharaui, con carreras universitarias obtenidas fundamentalmente en España, Italia y la controvertida Cuba, que luego vuelven a su tierra para ayudar a su pueblo.

El rey Hasan, padre del actual Mohamed VI, “actuó con un plan diseñado por el Departamento de Estado de los EEUU, con el apoyo logístico de la CIA y el beneplácito de Francia” según se desprende de la información proporcionada por distintos medios informáticos, como es el caso de Wikipedia y otros similares en formato papel..

¡¡¡Felicidades, Sr. Sánchez!!! Ha logrado Vd. lo que Marruecos no ha conseguido por sí solo en 47 años!!!

Manda Vd. armas a un pueblo masacrado como Ucrania, cuestión que muchos españoles apoyamos, y regala oficialmente a un pueblo también masacrado a la dictadura de Marruecos.

La historia le hará justicia, Sr. Sánchez. Muchos de aquellos que no quieren saber nada de la Memoria de la Historia (al menos de la historia reciente española, ahora sí la van a recordar, incluyéndolo a Vd. en este asunto.

Claro, Ucrania merece ser rescatada y apoyada en su independencia del lobotomizado Putin, pero a los negracos saharauis no. Porque las cuestiones geoestratégicas y relaciones de buena vecindad, están por encima de todo.