Al ver como tantas personas sufren en su más cercana realidad los muchos daños de las guerras, de todas las guerras, pensamos algo más sobre el asunto. Ignoramos, tal vez porque nos interesa o porque así lo determinan quienes deciden lo que hemos de ver más, a veces hasta el hartazgo. Ahí, en esos excesos y en esas ausencias, en donde estaría la verdad y cierto antídoto contra la guerra, es la primera víctima que adelanto en título. Desgraciadamente hay consenso,¡ por algo será!, en que al sonar el primer disparo, la escasa verdad que hubiera desaparece aún más. Y es que a la guerra se llega por un conflicto previo, o incluso-como en este caso- por una guerra previa, de la que nos llegó poca o ninguna verdad. La verdad – vaya usted a saber hasta qué punto-nos llega es la del escenario militar que se podrá repetir más o menos, o que desaparecerá sin que se nos diga cómo acabó aquello. Desgraciadamente el drama de las personas de Ucrania es sangrante, tan sangrante como las de Palestina, y Yemen que sufren el acoso de Israel y Arabia Saudí respectivamente, que no cesa desde hace años. La verdad completa y rigurosa como antídoto contra la guerra es igual de necesario en momentos tan dramáticos como los presentes.
Evidentemente que hay una voluntad determinante que es el presidente de Rusia por ordenara la invasión de Ucrania. Sin embargo, debiera conocerse que hay una gran parte de personas rusas, en el país y fuera, que no respaldan la invasión, por lo que no debieran sufrir la injusta “rusofobia” surgida. Como esta falta de verdad rigurosa hay más y que debieran saberse, tanto para que acabe este drama con un armisticio rápido, como para llegar a una paz más estable. No se sabe porque no se quiere saberse ni explicarse bien algo previo sobre el escenario del conflicto: Tras la desaparición de la URSS y con ella el bloque comunista de Europa, Rusia es un país tan capitalista o más que el resto de los europeos, donde los magnates rusos llevan sus riquezas. Además estaría bien que se conociera que el propio Putin mantiene relaciones con Trump y otros elementos de la extrema derecha occidental, incluso española. En el tablero mundial sigue habiendo bloques, aunque ya no occidental y comunista como solían: Ahora ambos son capitalistas y lo del modo del gobierno y las complicidades a la hora de negociar ya importa menos, por no decir un comino. Ahora los bloques o grupos son por el parné, aunque se mantenga cierta inercia del pasado. Podríamos decir que hay cuatro actores: China, EEUU, Rusia y E.U, si alguna vez llegara a unir la fuerza de los países que la conforman. Las inercias son dos, por un lado de proximidad y conveniencia, como se ve con claridad entre China y Rusia, o la de la U.E y EEUU. La otra viene dada por la estructura militar del pasado, en la que la OTAN y sus adherencias, no deja de complicar la clarificación de dominio. Veamos.
Con la desaparición de la URSS se llegó al acuerdo de que la OTAN no creciera para, supuestamente no cercar aún más a Rusia. Ese trato se rompió y los antiguos estados integrantes del bloque del Este viraron hacia Europa. Apretando más en esa dirección-así es o así puede parecer- los movimientos en Ucrania, con el posible crecimiento nacionalista en una zona de culturas y vivencias compartidas. A ello se sumó el conflicto del Donbás en el Mar Negro desde 2.014, ha de tenerse en cuenta en el actual conflicto. De por medio hay otro acuerdo de pacificación, también incumplido en el mismo sentido que el citado de la OTAN. Cuando el bloque EEUU-EU avanza para estrechar más el cerco anterior a Rusia, y de camino insinuarse a China, el gran competidor económico, podría llevar a éste a prestar un apoyo contenido a Putin, aun desaprobando las acciones del mismo. Si miramos con rigor, veremos que junto a la innegable maldad de Putin hay razones y la invasión no es tal anexión.
Habiéndose abatido la verdad al principio o antes de la guerra, luego sigue la propaganda y la censura que se manejan sin mayor necesidad y con el mínimo respeto. Cuando se habla de DDHH, tan vilmente masacrados, por la actitud de Putin, no convendría privar de los mismos al mundo libre que ya dice estar convencido del delito sobre Ucrania. Poco daño hará que se conozcan las escasas razones que pueda argüir el agresor que por lo mismo serían fáciles de desmontar. Imponer la censura y la propaganda, como señala el general José Enrique Ayala, ayudan poco en esta situación a Europa y a España. Por supuesto que estaría bien que la UE empiece a hacerse respetar militarmente en el mundo, en lugar de aparecer como un apéndice de EEUU quien defiende sus propios intereses bien lejos de su propio suelo. ¿Sirven de verdad las armas entregadas para que Ucrania detenga al ejército ruso y qué las mismas se financien desde el Fondo Europeo para la Paz? preguntaba también el general Ayala. Hemos de aceptar que no es fácil tomar las decisiones en la UE que ha llegado a 27 estados con no pocos desencuentros. ¿Es por ello el momento adecuado para iniciar la incorporación de Ucrania? No ha habido pocos errores en la construcción de la UE. Por ello…¿ Tiene sentido volver a hurgar en el subconsciente bélico germánico, tan relacionado con las razones que llevaron a la fundación?
Lamento dejar algunas preguntas que pueden parecer impertinentes, o que tal vez lo sean, pero no me quedo tranquilo si no las pongo sobre la mesa. Entiendo que abriendo puertas a toda la verdad para que la compartamos, y así, superando discrepancias de manera cabezona, cerremos algo más el paso a todas las guerras. Porque sabemos bien que la verdad corta la guerra que flota en nuestro entorno, mientras no nos llega un hartazgo como el de ahora. Pero sabemos que está ahí, entre los mensajes que silencian o la alejan de nuestra sensibilidad y tapándola con caprichos intrascendentes. Verdad que el poder del dinero aleja nuestra humanidad y acerca las guerras, todas las guerras.