Se apagaron las efímeras preocupaciones de la última Cumbre por el Clima en Escocia con el escepticismo de Greta que siguiera siendo altavoz de la desatención a las negras perspectivas anunciadas por los científicos. Consecuencias de las mismas que ya venimos sufriendo o disfrutando-según las valoremos- las altas temperaturas tan impropias en este cambio de año. De la misma manera, podrían preocuparnos las inundaciones o sequías, igualmente perjudiciales, que se reparten en este invierno por las distintas zonas de España. Claro que el personal ya nos hemos acostumbrado a aquello del al mal tiempo buena cara. Lo malo puede ser lo caro que nos puede resultar ese placentero rostro si no viene acompañado de la pertinente preocupación ante las elocuentes señales que la naturaleza nos muestra. Sabemos bien que es la respuesta a la permanente agresión al planeta que como especie humana le inferimos. Se nos ha vuelto a decir en la mencionada Cumbre, que eso es insuficiente. Desde hace mucho tiempo venimos hablando de reutilizar o reciclar lo que usamos para que no se agoten las materias primas. Creemos avanzar algo con detalles como comprar ropa usada. A cambio, seguimos maltratando las costas, gastamos el agua escasa fabricando nieve artificial, llenando de plásticos el mar y de gases la atmósfera. Las pandemias y los desastres naturales son un peligro innegable. Afrontemos con rigor esa amenaza.
Un estudio ofrecido por The Guardian dice que la Tierra se está volviendo inhabitable y se duda de que los dirigentes sean conscientes de ello y ceden demasiado ante las presiones de la economía agresiva para su productividad cegata. La ONU en su informe de octubre 2.021 publica: “Si no reducimos las actuales emisiones a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7º C en este siglo. Advierte que “la calefacción está encendida” y el mundo ha de despertar ante el peligro al que nos enfrentamos como especie”. Ya sabemos la interrelación entre el cambio climático, con el calentamiento global, y la emisión de gases de infecto invernadero. La atmósfera de la Tierra, saturada por la actividad del hombre, atrapa el calor que se mueve en olas que producen periodos secos con desastres meteorológicos. Por otro lado, la atmósfera llega a retener más cantidades de agua que producen a la vez frecuentes inundaciones. Inundaciones y sequías que perjudican la cantidad y calidad de las cosechas. El calor atmosférico ya aumenta los incendios forestales. Los científicos dicen que hemos construido una civilización basada en una realidad que ya no existe, pues en gran parte está eliminada por la cadena de hechos que ha venido ocurriendo. por esa cadena de hechos. Esa puede ser la razón de que ya las medidas de reciclar y reutilizar no son suficientes. Hemos de pensar en cambios de civilización más radicales, más basados en nuestra forma de vivir. Decían desde la ciencia, que es la productividad cegata de la actual economía, de donde surge la presión a la que nuestros dirigentes no hacen frente. Tendríamos que preguntarnos de dónde nace esa productividad cegata si no es de la responsabilidad colectiva de consumo excesivo y en gran parte superfluo.
No es pequeño ni fácil el reto que tenemos ante nuestros morros. La cuestión será verlo en comparación con el problema que tenemos delante. Quizá tengamos la tentación de ser un nuevo y gran grupo de negacionistas como el que nos ha precedido sobre la pandemia. Parece que hay gente que no está por esa salida y que nos hablan de “¿No? mires para arriba” y “Soy científico? Sí, hablo con algunos cambios de dos películas que nos invitan a abordar el reto adelantado. Aunque usando la sátira, nos invitan a reflexionar sobre ese escapismo colectivo que ha envenenado nuestro futuro. Yo creo entender, con algunos de los “spoilers” o aclaraciones que se han publicado que no podemos seguir el camino marcado por personajes tan irresponsable como Trump propiciando escenas como vimos en el parlamento de USA. Pero claro que no hemos de cruzar el Océano para reconocer irresponsabilidad mayor, si cabe, que tras haber debilitado antes y ahora la sanidad pública, siga hablando de defender esta productividad cegata. La ciudadanía podemos seguir por ese camino que habla de libertad tapando las muertes que pasadas y futuras, con la indecencia de atribuirselas al prójimo. ¿ Podemos seguir sin mirar lo que nos esconden mentideros cómplices?