Un año más, un agosto más, una Feria de San Agustín más. Pero esta vez sin la ilusión de otros años, sin el bolsillo con el dinerito de otros años. Mientras muchos de nuestros paisanos (no todos pasivos-conformistas) malviven con la “ayudita” de 400 euros, con la amenaza de perderla, y otros ni eso, o con el plato de lentejas de la suegra -dónde comen tres comen seis-, una clase heterogénea de privilegiados dispone de tiempo y de recursos para el consumo, para rehabilitar la economía de nuestra ciudad. Me refiero, claro, a los prejubilados, cuya única culpa es la de haberse dejado seducir por el poder, como habríamos hecho cualquier hijo de vecino (no nos rasguemos ahora las vestiduras) si nos ofrecen un buen sueldo, a una edad impropia para ello, a cambio de no trabajar. Ahora tienen la oportunidad de expiar sus culpas (es una frase hecha, una metáfora pues ellos no son culpables de nada que no hallamos permitido, incluso potenciado, los ciudadanos, con nuestro voto, con nuestro impulso sindical o con nuestra pasividad ante los hechos) dedicando sus ingresos al consumo en Linares. Comenzando por la venidera Feria de San Agustín, en lugar de huir de vacaciones en busca del fresquito, siguiendo por las rebajas de septiembre, que como siempre comienzan en agosto, y continuando por el gasto del día a día cuando llegue el crudo invierno. No es mucho, ni lo único para poder reactivar a esta decadente sociedad, un principio sí. Y así, el resto de estamentos que aun conservan un empleo (lo de digno me lo reservo), aunque les hayan rebajado el sueldo, o tengan que hacer más turnos para cubrir los puestos de sus compañeros despedidos o en un ERE. Este humilde llamamiento es para que todos y todas hagamos posible que la próxima Feria de Linares rompa toda expectativa de crisis, y sigamos así en septiembre y en invierno… De cualquier manera, el poco dinero del que dispone en un banco le va a rendir muy poco y, en el peor de los casos, tal y como están las cosas, con eso de la “prima de riesgo” (que todos nombramos y nadie sabemos de quien es pariente) con el IBEX, con la deuda de las comunidades autónomas y con el IPC, no sería de extrañar que cualquier día surja un “corralito” y no pueda disponer de sus ahorros. ¡Ánimo! Consuma y gaste todo lo que pueda en nuestra ciudad.

Luces y sombras sobre la Feria