«Vivía sin conocerte, más cuando te conocí me di cuenta que no había vivido». Quién no ha expresado esta sensación en algún momento de su vida. Hay muchas clases de amor, pero el más duradero es el eterno e incondicional. Los demás son superfluos y angustiosos.
Por amor se es capaz de todo, (hasta de matar, porque hay amores que matan) a esa capacidad la denominan locura de amor y es que con el primer suspiro de amor, la cordura exhala su último suspiro.
En nombre del amor se han llenado miles de libros y cuando se habla de amor es inevitable hablar de desamor, casi en igual medida. El que no ama por miedo al fracaso es como el que se suicida por miedo a morir.
Quien vive enamorado delira, a menudo se lamenta, siempre suspira y no habla sino de morir. La verdad es que el corazón no muere cuando deja de latir; muere cuando los latidos no tienen sentido. El amor y el desamor casi siempre caminan juntos. Puedes olvidar con quien has reído, pero nunca por quien has llorado. Como dice mi amigo Neruda: “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”.
Dicen que el mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.
Para terminar quisiera citar a Antonio Machado diciendo: “Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer”.

El amor