“No quiero que tengáis esperanza, quiero que tengáis miedo. Quiero que tengáis miedo todos los días, como lo tengo yo, y quiero que actuéis”. No debe sorprender la crudeza con que se pronuncia Greta Thunberg al hablar del cambio climático, pues aquí ya hemos explicado la lógica de esta adolescente. En este caso también refería el miedo al porvenir que le espera cuando sea adulta si la situación de destrozo ambiental sigue la deriva actual. Hablaba en la edición de este año en el Foro Económico Mundial de Davos. En estos momentos en que, menos un sector de negacionistas, la humanidad está convencida del negro futuro que se nos anuncia, el debate se centra en la palabra “colapso”. Sobre dicho concepto ha surgido tan gran cantidad de publicaciones que ya se habla de “colapsología”. Se trata de cómo será y de cómo abordar la amenaza. Así que siguiendo la información que nos ofrece Jean-Batipte Malet, autor de “El imperio del oro rojo.Una apasionante investigación sobre las consecuencias del consumo globalizado”,trato hoy un nuevo aspecto del asunto.
Siguiendo lo que podría ser un catastrofismo fundamentado en tantos estudios, encontramos los que enarbola la citada promotora del movimiento joven contra el cambio climático. Por otro lado, encontramos a Corinne Morel diciendo:”Es mejor zozobrar con estilo que flotar sin gracia” en “Libertalia”. Otros colapsistas como Servigne y Chapelle dicen: “Vivir el colapso y no sólo sobrevivir”. De uno y otro lado, incluso entre las contradicciones en las mismas tendencias, hay un consenso: “La humanidad está en peligro. ¡Cambiemos el rumbo ya!” dice Fred Vargas en Flammarión 2.019. Entre las muchas obras publicadas con motivo de la colapsología, han surgido obras de interés general por otros aspectos descriptivos que también se abordan. “Sobrevivir al Antropoceno. Más allá de la guerra civil y del colapso” Enzo Lesourt, “Los cinco estadios del colapso”de Dimitry Orlov son una pequeña muestra de ese abundante caudal. Lo que si es cierto que este debate ha incrementado la implicación de la gente por los innegables peligros que acosan al planeta. Algunos se manifiestan con innegable sensibilidad en ámbitos políticos. En una entrevista televisada en 2.018 el ministro francés de Transición Ecológica y Solidaridad ratificaba el mensaje: “Este tema me atormenta mucho más de lo algunos puedan imaginar. Si no tomamos las decisiones correctas,lo que va a colapsar, a desaparecer una sociedad entera”.
A la hora de adoptar medidas se mantiene el consenso mientras que no se concretan determinados aspectos. Un ejemplo puede ser “Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen” E.Debate 2.017 de Jared Diamond. La citada obra, de gran difusión,la ha refutado en parte un grupo de reputados científicos. Éstos corrigen a Diamond en que donde cita a las sociedades antiguas que desaparecieron, debiera referirse a las sociedades capitalistas modernas. Surge también la confrontación entre quienes presentan la realidad tal cual para afrontarla en conjunto y quienes optan por otra estrategia. Más en el primer caso, todos apelan al rigor científico, aunque también surgen milinarismos y apelaciones a la espiritualialidad o el regreso al medio rural. En el caso de los colapsólogos optimistas como Servigne, Stuven y Chapelle creen en “la intuición nutrida con conocimientos sólidos”. Así lo explican en “Como puede colpasar todo” libro del que se han vendido más de 70.000 copias sólo en Francia. En el mismo aconsejan prepararse ante el colapso material y espiritualmente, acercándose al medio rural con una vida frugal. Hay colapsólogos que esperan un apocalipsis feliz viendo el fin del mundo termoindustrial y otros elementos tóxicos y con la posibilidad de recuperar la autonomía y la belleza. A todo ello replica Yves Cochet:”se trata de un proceso irreversible, tras el cual la mayoría no tendrá acceso a las necesidades básicas y millones de personas seguirán sufriendo la misma pobreza de hoy. Ante esta controversia, alguien dice con ironia que los apocaliptas tienen sus publicaciones y los del cambio climático sus profetas. En el caso de los segundos, se refieren la la propia Greta, quien se presenta diciendo “Sólo soy una mensajera” de razones científicas.En ese sentido surge también Michel Lafon autor de “El mayor reto de la historia de la humanidad” que dió nombre a “El manifiesto de las 200 personalidades para salvar el planeta” que llaman a las élites del mundo a que tomen conciencia de una manera activa ante el cataclismo planetario .
Esa reflexión lleva a la confrontación entre humanidad y naturaleza. Ahí surge el concepto “Antropoceno” o la influencia criminal que se ha ejercido contra el planeta. En los trabajos de la Red de Investigación en Ecología-Mundo Jason W. Moore, su coordinador, hizo la precisión de cambiar Antropoceno por Capitaloceno. Explicaba este sabio profesor de la universidad de Binghamton (Nueva York) que hay que superar “la vieja farsa burguesa de que la responsabilidad de los problemas derivados del capitalismo correspondan a toda la humanidad en su conjunto”. El cambio climático y demás males apreciado en el planeta tienen que ver con el régimen económico capitalita. Éste es el reponsable de la extracción de materias primas y energía no pagadas, una depredación que durante largo tiempo se ha creído normal. Lo que llega a su fin es el capitalismo, no la humanidad. Esa es la oposición más optimista que podemos abrazar.
Es indiscutible que es usted un hombre lleno de cultura, la que vmos reflejada en sus artículos que escribe para su publicación en Linares28, por eso y en relación a este que a titulado el colapso del planeta, le he de poner un pero, siempre hay un pero, usted como buen maestro sera conocedor de la Edad del planeta tierra, dicen los sabios que estara entre 4.500 millones de años y 4.600 millones de años, como yo no estaba alli no lo puedo certificar, otros sabios dicen que en la era en que poblamos el planeta es la cuaternaria, ha tenido cuatro glaciaciones y vivimos en un periodo interglaciar. Algo tan viejo no creo que colapse, es muy soberbio, antes el planeta colapsara la humanidad, un psunami, una erupción volcánica, un asteroide ¿Quien lo sabe?. Al iniciase el siglo XX eramos menos de 2000 millones de seres humanos, ahora 120 años despues estamos llegando a 8000, ese es el verdadero problema, hay que frenar el desarrollo demográfico en según que lugares, en España no sino quien pagara las pensiones. Por cierto el eje de la tierra a veces cambia y los polos magneticos tambien, es algo a tener en cuenta en eso del cambio climático y no el todopoderoso hombre que todo lo puede, Y en cuanto a los suecos, decirle que me gustaba más la otra Greta, la Garbo, pero la que me chiflaba era Ingrid Bergman.