Bajo un cielo cambiante de sol y nubes, Linares ha vivido este 18 de abril, Jueves Santo, una de las escenas más sobrecogedoras de su Semana Santa: la salida de la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo en su Prendimiento y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y San Juan Evangelista. Desde la iglesia de San Agustín, con la solemnidad que la caracteriza, la cofradía ha iniciado una estación de penitencia impecable, plena de fervor, belleza y significado, que ha culminado con éxito, dejando tras de sí una estela de emoción y recogimiento en cada rincón de la ciudad.

La imagen de Nuestro Señor Jesucristo en su Prendimiento, tallada por autor anónimo y restaurada en 1986 por Antonio Garduño, ha vuelto a erguirse como emblema de la Pasión hecha carne, acompañado por la rotunda sonoridad de la Banda de Cornetas y Tambores “Nuestra Señora del Rosario” de Linares. Imponente y sereno, el Señor ha avanzado con la fuerza de sus 48 costaleros, que han sabido mecer con elegancia y precisión el primer paso que fue llevado a costal en la ciudad, hito que marcó un antes y un después en la historia cofrade de Linares.

Tras Él, y como un susurro de ternura en medio del dolor, ha caminado Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, imagen anónima del siglo XIX, restaurada también por Garduño. Su palio, recién embellecido con el estreno del frontal y la trasera de su respiradero, así como con la restauración de los candelabros de cola, ha brillado con luz propia. La Asociación Cultural Musical “Lázaro Rueda” de Los Villares (Jaén) ha puesto la banda sonora a este caminar de la Madre Dolorosa, que ha cruzado las calles con la dignidad de quien porta el consuelo entre sus manos.

La cofradía ha estrenado, además, nuevos faldones para el paso de misterio, paño de cruz alzada y hábitos de nazareno, enriqueciendo aún más su patrimonio y mostrando el esmero con el que cada detalle ha sido cuidado. El cortejo, nutrido de hermanos que han portado con orgullo el hábito y la cruz, ha fluido con orden y solemnidad por el itinerario marcado, deteniéndose en lugares clave donde el silencio y la devoción se han apoderado del ambiente.

Entre las curiosidades que han acompañado este Jueves Santo, destaca el trabajo que la hermandad está desarrollando para recuperar su antiguo nombre de Cofradía de la Sentencia de cara a su centenario en 2027, así como el hecho de que la Virgen del Rosario sea patrona y protectora de la Policía Local de Linares, vínculo que se ha hecho sentir en todo momento durante la estación.

La lectura simbólica de la sentencia, en uno de los tramos más significativos del recorrido, ha puesto el broche de oro a una jornada cargada de emoción, donde el Prendimiento no solo ha caminado sobre adoquines: ha transitado por los corazones de un pueblo que no olvida el valor de su fe, su historia y su identidad cofrade.

Un año más, el Prendimiento ha alzado el vuelo desde San Agustín para recordarnos que, incluso en el instante más oscuro de la Pasión, hay una luz que guía el camino. Y esa luz, en Linares, tiene forma de costal, incienso y silencio orante.