El Hospital San Agustín de Linares ha acogido la jornada con en el lema ‘Cerrando la brecha’, celebrada dentro de Semana Mundial de la Lactancia Materna 2024. El programa ha incluido actividades educativas y de concienciación, y ha tenido como objetivo fomentar la lactancia materna y proporcionar información valiosa a madres, familias y profesionales de la salud. Este encuentro ha contado con la colaboración de la Asocación ‘Mamateta’.

En encuentro ha comenzado con la lectura de un manifiesto, en el que se ha subrayado la importancia de la lactancia materna y los desafíos que aún deben superarse para garantizar su acceso y apoyo universal. Tras ello, la doctora Noemí de Haro Ramírez, médica del 061, ha impartido una charla sobre primeros auxilios, enfocada en el cuidado y atención de los más pequeños ante situaciones de emergencia.
A continuación, la nutricionista Lola Suárez Liétor ha ofrecido un taller sobre BLW (Baby Led Weaning), un enfoque de alimentación complementaria que permite al bebé tomar el control de su alimentación desde el principio, promoviendo su autonomía y desarrollo saludable. Además, la matrona Rebeca Alguacil Juanes ha guiado una sesión sobre lactancia materna tras cesáreas, proporcionando recomendaciones y pautas para apoyar a las madres en este proceso específico.
La jornada ha concluido con una charla sobre la donación de leche materna, a cargo de la enfermera Lucía Beltrán Rodríguez, quien ha explicado los beneficios de esta práctica solidaria para bebés que no pueden ser alimentados por sus madres.
Este evento ofrece una oportunidad única para compartir conocimientos, resolver dudas y crear un entorno de apoyo para todas aquellas personas interesadas en la lactancia materna.
Las evidencias científicas disponibles constatan que este tipo de alimentación debe mantenerse de forma exclusiva hasta que los bebés cumplan seis meses y hasta los dos años junto a otros tipos de nutrientes. Estos estudios indican también que la madre es capaz de producir la leche que su hijo necesita en cada momento, de modo que sus características y cantidad varían durante su crecimiento, además que aporta anticuerpos y sustancias biológicas activas que son capaces de disminuir el riesgo del niño de padecer infecciones y enfermedades cuando sea adulto.

Otra de las ventajas de la lactancia materna es el estrecho vínculo que se crea entre la progenitora y el recién nacido, lo que incluso permanece después, junto a la mejora de la capacidad de visión o el desarrollo intelectual, así como la disminución de la obesidad infantil. Este hábito favorece también la contracción del útero, disminuye el sangrado tras el parto, ayuda a que se consuman las reservas de grasa acumuladas durante el embarazo y reduce el riesgo de desarrollar determinados tipos de cánceres.