Dante, fue poeta y escritor italiano (1265-1321)

En su obra “La Divina Comedia, y más específicamente en los Nueve Círculos del Infierno” escribe que estos Círculos, sirven como reflejo y castigo de los pecados graves que el ser humano, cometió durante su tiempo en la Tierra. Este es el inframundo, que tiene dos “cancerberos” en su puerta. Recuérdese que cancerbero es el portero con cabeza/as de perro, que vigila las puertas del Averno.

Por tanto, existirían varios lugares en el más allá. Entre ellos: Cielo, Infierno (Inframundo o Averno) y Limbo. En el Limbo, están según la Santa Iglesia Católica, (lo decía hace muchos siglos), los bebés y adultos muertos no bautizados, como: Hipócrates, Aristóteles, Sócrates, Homero, Julio César, Marco Aurelio… (¿?) Vaya locura.

En un pequeño libro, que hace tiempo, cayó en mis manos, pude leer dos cosas, sin aparente conexión alguna, pero que me dieron mucho que pensar, porque las creí relacionadas.

Una, era un viejo proverbio hindú y otra, una afirmación en psicología conductual, pero en ocasiones bastante cuestionable, para ser aplicada de forma general.

Que todas las personas según mi criterio, no somos iguales debido a la situación económica, es muy claro. Y emocionalmente también, por la propia educación en valores y creencias que hemos recibido. Por tanto, es bueno y necesario saber o aprender a escuchar a los demás, sin juicios preconcebidos, y sobre todo aprender a perdonar, si la otra persona demuestra con hechos diarios su voluntad de cambio y desea ser perdonada.

El viejo proverbio hindú dice:
Un libro abierto, es un cerebro que habla
Cerrado, un amigo que espera
Olvidado, un alma que perdona
Destruido, un corazón que llora.
Y la afirmación psicológica conductual es: “Conviene muchas veces, cerrar definitivamente algunas puertas, para abrir otras”

Esto, genéricamente, suele ser cierto. Sin embargo, olvidamos situaciones donde han existido relaciones interpersonales, que creíamos auténticas durante muchísimos años, en las que se llega a una vía muerta, al menos, de mano de alguna de esas partes. Ello se da en la amistad, en las relaciones de pareja (sin entrar en aspectos sobre el sexo, es decir, hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer)….

Dice el reconocido y famosísimo psiquiatra Dr. Enrique Rojas Marcos en una entrevista: “Es necesario aprender a perdonar. Aprender a tener perspectiva y paz interior. En muchas ocasiones, los Amores están construidos con material de derribo”.

¡Menudas afirmaciones! También en muchos casos, olvidamos trabajar nuestro “Yo” para poder compartirlo, porque estamos más pendientes de los errores de las/los demás que de los nuestros y así no es posible la convivencia.

Últimamente, he coincidido con personas, buenas personas, que todas ellas me contaban en general lo mismo; que estaban pasando por el peor de sus infiernos vividos.
Me decían: “Muchas veces empezamos con un problema depresivo, que nos lleva a estar en un lugar como encarcelados, donde no se le ve el fin a dicha situación, incluso a tener ideas suicidas, maníacas, obsesiones, etc .”

Que hay lugares, entornos, ambientes, personas, grupos de personas, que es como si esta sociedad se clasificara en personas que mandan, poniendo ellas sus propias normas y condiciones, de forma autoritaria y déspota y al otro lado estuviese la gente sumisa, que cumple órdenes porque no tienen otra alternativa. A veces tenemos la sensación de sentir engaño/decepción, creyendo que en nuestro mundo, todo es maravilloso.

Y conforme va pasando el tiempo, tu vida frecuentemente, se convierte todo como en un castigo, igual que si te tuvieran todo el día, limpiando los azulejos y las juntas de aseos, con un cepillo de dientes, y al otro día te castigaran con llevar una mochila en la espalda, cargada con piedras. O como si a una mujer de alrededor de 40 años, que siempre va muy arreglada, la castigaran con llevar puesto todos los días chándal pero con una salvedad, consistente en que a la hora de comer o cenar, tenía que quitarse el pantalón o la casaca de ese chándal, y ponerse otra cosa que no hiciese juego con ese obligado atuendo. Ni con chándal podía ir conjuntada. O sancionar a un hombre, que regala un rosario a una mujer.

Hay personas “internadas” en estos lugares, con variadísimas patologías: trastornos psicóticos, de personalidad, con ansiedad, con depresión mayor, consumo de alcohol, cocaína, heroína etc. con enfermedades físicas totalmente limitadas en ciertas cosas, y… todos/as revueltas, conviviendo en el mismo lugar.

En fin, cosas que las oyes hoy día y no las puedes creer con los avances médicos, profesionales, ayudas económicas del gobierno, otros pagando de su bolsillo, 1.000 Euros al mes… y que aún haya este tipo de sufrimientos. ¿No será que las personas llaman a la puerta equivocada e ingresan engañados? o que ¿nos topamos con las personas encargadas erróneas, sólo pendientes y obedientes a quienes mandan de una forma despótica, pendientes solo de la voz de su amo para poder mantener su empleo?

Dice el teólogo José Antonio Pagola:
“La primera mirada de Jesús, no se dirige al pecado del ser humano, sino a su sufrimiento”.
Del lugar del que me hablan, sólo miran el pecado, olvidándose intencionadamente del sufrimiento del ser humano. Estos lugares, son los auténticos infiernos de Dante.
Colabora: LOLA RUIZ MOLERO. Psicóloga. Máster en Coaching y RRhh. Especialista en Inteligencia Emocional.