En el núcleo de la campaña del 8 de marzo de 2024, la obra «Mujer del Arte que Mira a la Luna» de la colaboración artística entre Belin y Flaxtl se alza como un testimonio visual poderoso y comprometido. Esta pareja de artistas, unidos tanto en el arte como en la vida, han creado una pieza que va más allá de la estética para convertirse en un manifiesto sobre la lucha continua por la igualdad de género.

La obra, un óleo, acrílico y collage textil de 150 x 150 cm sobre lienzo de lino Belga, es un testimonio tangible del compromiso de ambos artistas con la equidad y el trabajo conjunto. Representa a una figura femenina reflexiva bajo la luz de una luna creciente, que encarna la reflexión profunda sobre el papel históricamente olvidado de las mujeres en el arte y la sociedad en general.

Belin y Flaxtl utilizan «Mujer del Arte que Mira a la Luna» como una plataforma para declarar que la lucha por la igualdad de género está lejos de alcanzar su conclusión. La figura femenina en la pintura simboliza no solo a las artistas olvidadas por la historia, sino también a todas las mujeres que han sido relegadas a las sombras. Es una afirmación de la importancia de reescribir la historia, destacando los legados olvidados o desconocidos y otorgando a las mujeres el reconocimiento que merecen.

Compromiso con la Equidad y Diversidad Cultural

La vestimenta de la figura femenina en «Mujer del Arte que Mira a la Luna» se convierte en un lienzo adicional donde Belin y Flaxtl tejen mensajes simbólicos. Las diversas texturas de la tela no solo invitan a la reflexión sobre las diferencias, sino que también abren espacio para celebrar la riqueza de la diversidad cultural.

Cada textura, cuidadosamente seleccionada y aplicada, representa un testimonio visual de la pluralidad de culturas que coexisten en nuestra sociedad. Desde patrones intrincados que rinden homenaje a tradiciones ancestrales hasta tejidos contemporáneos que reflejan la evolución cultural, la vestimenta se convierte en una narrativa visual que destaca la importancia de abrazar y respetar las diversas identidades culturales.

La elección consciente de integrar diversos elementos textiles resalta la idea de que la igualdad no significa uniformidad, sino más bien la coexistencia armoniosa de distintas perspectivas y orígenes. La vestimenta se convierte en un reflejo tangible de la filosofía de los artistas, un recordatorio de que la equidad no solo se trata de género, sino también de respeto y aprecio por la diversidad cultural.

En este sentido, «Mujer del Arte que Mira a la Luna» no solo es un llamado a la igualdad de género, sino también a la aceptación y valoración de nuestras diferencias culturales como un paso esencial hacia una sociedad más inclusiva y justa. La obra se erige como una poderosa declaración que invita a la reflexión y la acción, recordándonos que el camino hacia la igualdad aún está en proceso, y el arte puede ser un catalizador poderoso para el cambio.

En el vídeo de cabecera los dos artistas nos hablan de las técnicas que da cada uno de ellos ha seguido para elaborar esta obra que ya está dispuesta en la planta superior del Patio de Cristales del Palacio Municipal de Linares.