El reciente boletín del panel de expertos, IPCC informa que los datos recogidos se han desviado tanto de los deseables que de seguir en esa línea ya no habrá solución. El ¡Ahora o nunca! que se repite aquí como desesperado mensaje, me hace regresar a mi permanente pesimismo, tras una breve tertulia al respecto. Concurríamos un grupo variopinto en el que un amigo habitual introdujo el asunto con datos rigurosos. Se hizo un silencio, en general preocupado, hasta quedar quebrado por el comentario sobre la inutilidad de la norma sobre el agua del grifo en los bares. Alguien le ilustró sobre las inmensas cantidades de plástico que, en forma de islas, contaminan los océanos y que repercuten en el proceso regenerador también de la atmósfera. Varios añadimos algún apunte más sobre la interrelación que en nuestro día a día humano incide en el drama ambiental. Por incomodidad o desgana, la reunión se fue disgregando, y cada cual nos llevamos distinto regomello en nuestro tarro.
Hacia casa iba repasando el montón de razones que, con desigual acierto, he venido tratando en estas páginas sobre tan sangrante asunto. No era menor, la preocupante escasa sensibilidad de bastantes personas instruidas que, como el citado contertulio, denotan escasa implicación para no ver encillas relaciones en los males ambientales. Siguiendo en esa senda, yo llegaba a la conclusión de que si no se llegaba a conocer, mal se puede acceder a actuar en consecuencia. Alargué mi paseo recordado las noticias recientes que me habían llegado sobre el asunto. “A veces tengo la sensación de que los españoles odian a su naturaleza” decía Thomas Wactz, un euro parlamentario austriaco que visita en Andalucía la falta depuradoras en municipios que vierten sus detritus a ríos de Málaga, a la vez que mostraba, con sus colegas ecologista el desastre ambiental creado en Doñana, zona natural fijadora de acuíferos en peligro de desaparición esquilmada por los pozos para la agricultura. Tanto por uno y otro caso en la UE se han abierto expediente por peligro y negligencia medioambiental. Como a esa realidad se vienen denunciando normas de la Junta de Andalucía que, para crear empleo, permiten edificar en lugares de protección ambiental que aumentan el cambio climático. Esa es una realidad que va más allá de la Junta, de los partidos que la sustentan y de alguno más, como de la ciudadanía que así lo reclaman por prioridades perjudiciales para el común. No quise agotar los acosos al ambiente.
Sin embargo, no se iba de mi mente la urgencia de la llamada urgente y la actitud que, a su modo, trataban de dar Yllanes y Malagrava, dos responsable autonómicos en Baleares, a “¿Por qué no lo arreglasteis cuando podíais? Explicaban su ley pionera y ambiciosa. El control de la huella del carbono va reduciendo la emisión de gases de las empresas. La aceleración de la implantación de de renovables y las medidas para su importante turismo sostenible viene dando resultados. Aun así responden a hijas y nietos que eso es insuficiente y que hay que seguir pensando global y actuar en lo local. Por eso insisten en hacer propia la reclamación ante personas adultas y menores que se incluye en esa pregunta. Reclamación que con tanto afán divulgara desde niña la joven sueca Greta. Hoy sabemos que en 10 años la Tierra ha doblado el calor que absorbe del Sol. Por éste y otros datos igualmente preocupantes, el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas ha declarado: “Este último informe es una letanía de promesas rotas”. Esa es una llamada a toda la humanidad para levantar su pensamiento muy por encima de las rutinas y miserias diarias que nos impiden pensar en el destino común de la Tierra. Si no cuidamos esa casa común, la vida de las personas será imposible. Lo que sí es imprescindible es reconocer que hay otra forma de vivir: Sin destruirla por egoísmo material sabemos que Tienen razón porque como explican stalación de s medidas adoptadas en las islas. A la vez, nos venían a interpelar al conjunto de la ciudadanía adulta sobre la responsabilidad que, la admitamos o no, tenemos ante las nuevas generaciones de hijos o nietas, y que con el incansable esfuerzo trata de difundir desde niña Greta. que nos intentaban
con la connivencia que A esa situación se vienen que se viendo la situac una persona instruida Pese a que científicos de distintos países han salido a mostrar a la sociedad su descontento como trata de hacerlo Greta cuando tiene ocasión, o cuando llega la cumbre anual hay ciertas manifestaciones, da pena pensar en el en asunto. Por eso, tras repetir en el título el grito desesperado, añado mi escepticismo en forma de pregunta. Y es que más en esta Andalucía nuestra es para echarse a llorar de lluvias que los recarguen. Lo malo es que la irresponsabilidad de buena parte de la ciudadanía es consentida por el conjunto de la sociedad y en especial de aquellos responsable políticos
Hemos tenido el invierno más caluroso y vamos por la primavera con días especialmente fríos, el oleaje más cálida desde hace bastantes años. De la sequía crónica, aunque levemente retocada en según qué lugares Los oleajes han vuelto a dañar bastantes playas