Con la llegada al Congreso de los Diputados el proyecto de reforma de la llamada “ley Mordaza”, en parte obligada por los dictámenes procedentes de la Unión Europea, asistimos a un proceso muy preocupante para la ciudadanía. El 27 de noviembre de 2.021 la coordinadora de sindicatos policiales convocaba una manifestación de marcado carácter corporativo que cuestionaba por principio la libertad de expresión y su veracidad. En pos de tal brecha en el principio democrático de opinión y expresión cuentan con el apoyo de la derecha que la propuso. Como quiera que, en cuantos odios políticos y mediáticos, se difunde con argumentaciones tendenciosas y argumentaciones falaces, en contra de la seguridad democrática y legal, inicio mi propuesta personal en cuentos foros me sea posible, con este borrador de propuesta.
La sociedad democrática funciona debatiendo y acordando sus modos e convivencia en leyes y normas dictadas por el parlamento y aplica el gobierno acorde con la legalidad vigente y con el pertinente control judicial. En este proceso se aseguran los derechos, deberes y medios para la convivencia respetuosa para con la ciudadanía e instituciones. Garantizadas dichas condiciones es lógico esperar en las actuaciones públicas y privadas que se logren los fines para los que se constituyeron.
En cualquier sociedad encontramos además de políticos, policías, jueces, albañiles, panaderos, catedráticas, médicas, campesinos, enfermeros y personas con otras profesiones con igual dignidad. Pues todas esas actividades y otras son igualmente necesarias. Eso no quita que algunas sean más delicadas en determinado aspecto y requieran un seguimiento más detallado. Lo que sí es cierto que todas las personas, sea cual fuere la función que desempeñen, tenemos virtudes y defectos, y puede que de ellos o por otras causas se deriven igualmente conductas perniciosas para la sociedad. Es lo que se suele decir de un canasto de hermosas y sanas manzanas, que entre ellas se puede encontrar alguna picada. ¿Qué esperamos que haga el agricultor o el comerciante que con ellas trabaja? Cualquiera responderá que apartar la manzana picada para que no pique a las demás que causarían perjuicio a quienes se la comieran.
Tras ese ejemplo, que por sencillo no deja de ser riguroso, cada persona adulta no puede mirar para otro lado y dejar de ejercer como ciudadano autónomo y responsable. Esto es, que responda de sí mismo y no escape con monsergas de que… “Sí, pero es que necesitamos mano dura”, “yo no puedo hacer nada y no me conviene señalar” y otras excusas para no tener que hincarle el diente a decisiones importantes. Separar el grano de la paja y pensar en la necesidad de prevenir requiere una madurez social sin la que, ni las personas, ni los colectivos se podrán desenvolver como debieran.
Yo me centro en Linares, ciudad en la que vivo donde sucedió hace unos meses que nos puso en los papeles. El enfrentamiento de dos policías fuera en el que agredieron a un ciudadano con su hija ante el clamor de quienes los vieron. Aquello acabó con el encausamiento de los agresores y suscitando la preocupación en la ciudad. De ésta surgieron reacciones, una de ellas con la intervención policial con algún error. Los responsables de la Comisaría actuaron con la cordura y acierto habituales, interesándose por la víctima. Sin embargo, los pronunciamientos de los sindicatos policiales fueron igualmente corporativistas, con la excepción de uno. Ha pasado el tiempo y por los medios sabemos que los encausados llevan tiempo en libertad, aunque no conocemos la pena y el grado de cumplimiento de la misma. Tampoco se sabe si se ha llegado a adoptar alguna medida de prevención.
De vez en cuando he rememorado el asunto sin acabar de de sentirme satisfecho conmigo mismo ni con mi localidad. Pienso que ya tiene bastantes problemas socioeconómicos Linares, para que pudieran reproducirse alguno más de esta naturaleza. Alguna vez he indagado sobre la posibilidad para que el acierto habitual y en caso destacable, como el de hace unas semanas de unos agentes locales socorriendo la parada cardiaca de un ciudadano, redundara en la mayor confianza de la ciudadanía. Confianza beneficiosa en todos los aspectos, incluso en los colectivos policiales, para prescindir de corporativismos y de miedo en general. Algunos estudios hablan de un peligroso sesgo ideológico, también allende nuestras fronteras, como la lamentable realidad racista en USA.
La necesidad de pronunciamiento y difusión de la iniciativa, me lleva al ámbito local por el mencionado acontecimiento. Indagando di con la figura de la Junta de Seguridad Municipal que la integran el Alcalde junto a los responsables de cuerpos policiales, de bomberos y similares. Aunque el principal cometido de tal órgano es la atención de catástrofes, no debe ser descartable para asuntos como los que aquí nos ocupan. Ya sea porque los mismos, aunque sólo en casos extremos, pudieran derivar en algo preocupante, o porque algún exceso del citado corporativismo lo requiriera, yo creo que al alcalde puede competer alguna discreta gestión en aquello de la manzana podrida. Hacia el Pleno Municipal, a través grupo municipal de Izquierda Unida planteo las cuestiones: Cómo asegurar mejor a la presupuesta veracidad ciudadana. El mejor acomodo de las funciones policiales a lo dispuesto en la C.E. al respecto. El compromiso de esta Corporación para que a través de la citada Junta de Seguridad vele para evitar alguna nueva anomalía como la arriba señalada.