Cualquiera que pase los lunes por la mañana puede encontrar en El Paseo a un grupo de entre uno o dos centenares de pensionistas. Creo que, por mi condición de jubilado que recibe su manutención con motivo del trabajo anterior, estará bien tratar aquí el asunto por si sirve a quien lea estas palabras. Aunque en nuestra ciudad estamos una gran cantidad de personas que vivimos de la pensión mensual, seamos titulares o no de la misma, lo que ahora venimos tratando es de gran interés para público en general. Se dice que están en peligro las pensiones del futuro, cuestión que podría verosímil si no hubiera la mínima preocupación, cosa que no ocurre, pues la actual generación sigue defendiendo el estado del bienestar social a lo largo de su existencia. Ese empeño es mayor si cabe para que la gente trabajadora de ahora, pese a su precariedad laboral tenga una digna jubilación. Veamos.
El ministro Escrivá, como responsable de Seguridad e Inclusión Social, dirige las reformas que se vayan a hacer en las pensiones públicas. Una de las cuestiones que viene preocupando es la sostenibilidad del actual sistema sin que haya problemas para su financiación en el futuro, superando las más costosas del llamado babi boom. En principio, como los anteriores ministros, Escrivá insiste un el vicio de sembrar dudas que pueden llegar al miedo. Como en los casos anteriores, pese a que el número de pensionistas sean mayores que en otros periodos y que puedan recibir pensiones durante más años, la cuestión hemos de estudiarla con rigor y paso por paso.
El conjunto de pensionistas han ido aportando en su vida laboral su cotización proporcional a sus ingresos. Cada generación recibe su pensión mensual del remanente de los pensionistas anteriores y de cotizantes actuales. A lo lago de la vida hay fluctuaciones porque el número de pensionistas son mayores o menores. Esas variaciones se van compensando a lo largo del tiempo. Es cierto que ahora va a haber más pensionistas durante unos años. Para atender esos pagos ha de saberse lo que realmente hay en el conjunto de la Seguridad Social. Teniendo en cuenta que hasta unos años se pudo llenar la hucha con hasta 67.700 mil millones que gobierno de Rajoy gastó, toca ahora que se ajusten cuentas bien del ese dinero y bastante más que se ha sacado de las cotizaciones para gastos impropios de la Seguridad Social. Los gobiernos han liberado a empresarios de pagar cotizaciones para incentivar el empleo, también se ha sacado dinero para catástrofes y otros que corresponden a otro Presupuesto.
Para que estas cuentas sean fiables, antes de fijar cualquier medida, los pensionistas pedimos una auditoría de las cuentas de la Seguridad Social y sus propiedades. A la vista de la misma se podrá atender con rigor las pensiones que vengan, cubriendo en su caso los déficits si es que se presentaran de manera transitoria a través de la devolución del aporte detraído (67.000 millones) de la Hucha. De la financiación del Estado del como el hecho a la banca, o con préstamos. En uno u otro caso se podrá superar la situación que lógicamente será transitoria.
Un estudio riguroso sobre las rentas salariales y del capital llevará a garantizar el equilibrio entre ellas. Ahora tendría que compensarse el estancamiento o retroceso de los salarios. Ha de recordarse que aun hay bastantes personas que no llegan a ser “mileuristas”, lo que era un estigma hace unos lustros y aun no se ha superado. Ese capítulo ha de compensarse con una mejor retribución y menos precariedad en el trabajo. De ninguna manera se debe consentir una subida de SMI de 15 euros. De ninguna manera puede aceptarse una subida del 0,5 % a costa de los bajos salarios actuales .Por ese camino no pueden subir las aportaciones de la persona trabajadora, como plantea el ministro.
Está claro que los gastos sociales han de hacerse a través de ingresos de quienes deben aportar más.