Las precipitadas elecciones en la Comunidad Autonómica de Madrid, convocadas por su presidenta para evitar una moción de censura, nos ha introducido también al personal de provincias en el habitual circo madrileño. Ya he referido a la señora Ayuso y la opinión que me merece, así como las peligrosas consecuencias de sus conductas “trumpistas” para el resto del Estado. Hoy creo que hemos de ver el papel que ha jugado y parece dispuesto a jugar el señor Gabilondo, cabeza de la candidatura más votada en las anteriores elecciones. Ello no excluye, sino todo lo contrario, que invita a tratar a las demás candidaturas, incluida la sorprendente iniciativa en Unidas Podemos.

A mí, hablar de filosofía me induce a consideraciones intelectuales y éticas. Recuerdo con gran esperanza -con frecuencia fallida- en el significado etimológico de filosofía, amor a la sabiduría. En el caso de don Ángel, profesor de metafísica o “investigador de los principios más elevados del pensamiento y de la existencia”. A mis consideraciones éticas me dirigen los recuerdos de aquellas personas que, por reconocimiento explícito, como Sócrates, o implícito, defendieron su forma de ver la verdad y el bien renunciando para ello a ventaja alguna y hasta a la vida, como el sabio griego. Así que cuando surge por algún lado alardes sobre filosofía, me malicio una agresión más de esta sociedad que la degrada cada día como a ella misma. Piénsese que acaba de aprobarse una Ley de Educación que deja fuera de la obligatoria la filosofía como tal. De ahí, la explicación de enfatizar el quehacer de origen del candidato del PSOE. Ello no quiere decir que este lamento por cuanto afecta a la educación a la sociedad y a la política concreta que aquí abordo sirva, si acaso, para desahogo propio.

Al Gabilondo político con una trayectoria como tal desde 2.009, continuación de otra más de gestión que docente iniciada en 2.002 como rector o en coordinación de universidades, ya se le puede reconocer cierta profesionalización. Otra cosa es que haya aprendido de la experiencia. Su actitud pactista en el ministerio de educación con el PP fue el preámbulo de la LOMCE. Su aval como líder opositor en la Asamblea de Madrid a los movidos gobiernos de Cifuentes y Ayuso se han notado más por su proyección para Defensor del Pueblo que por propuestas frente a tanta corrupción, fracaso y falsedades. Sólo cuando ya pasada la mitad de la legislatura, el partido cómplice de tal desastre sanitario y social, así como en la unidad fascista en Colón, decide romper tan nefasto gobierno, se le oye a Gabilondo hablar de censura. Quienes fuera de Madrid hemos querido averiguar, sabíamos que desde antes de esta legislatura en esa Comunidad las residencias de mayores salían en los papeles. Tuvo que llegar la pandemia para que en dichos centros se produjera el mayor número de muertes de la Comunidad de Madrid, con diferencia la mayor de España. De ese mundo de las residencias de mayores y de su “supuesta medicalización“, supimos cuando el Consejero Reyero habló antes de salir de su puesto y, al parecer de Cs, de Gabilondo oímos poco. Por supuesto que tiene razón, cuando lamenta la política espectáculo o el circo mediático, lo triste es que sea tras diez años de experiencia.

Al candidato Gabilondo, como a cada cual, le gusta que se hable y se escuche como debiera ser en una democracia. Él, cuando se arma el cisco, desenchufa y espera a que el diálogo se restablezca por arte de birlibirloque como si esta España no hubiera vuelto a ser la que le dolía a Machado. Habla de censura, ignorando cómo fue la imprescindible para expulsar al PP corrupto del gobierno. Él seguiría desenchufado, cuando fue otro profesor, que “sí mira el mundo” con gente que no puede pagar el alquiler, quien se encargó de poner de acuerdo a quienes estaban en contra de tanta corrupción. No estoy seguro de si Gabilondo volverá a enchufarse para enterarse de que el Madrid donde él dormita no está formado por gente sólo de su gusto entre la que pueda elegir con quien formar gobierno. A ver si llega a enterarse de que en la puerta de su casa está el fascismo y de que, bastante más cerca de lo que él piensa hay gente que no se duerme y que promueve una convivencia pacífica. A ver si tenemos ocasión, y Gabilondo lee que U. Podemos presenta propuestas moderadas hasta para “socialdemócratas”. Ya han tratado de decirle sus compañeros que no se pase, pues puede ocurrir que esta vez el PP si compre su propuesta de que los ricos no paguen impuestos. Claro que “el soso, serio y formal” se quede sin su gente a pesar de su guiño en el vídeo al 15M, pues le repitan aquello de “ no nos representan”.