Ha pasado por España, en su gira europea, el señor Guaidó, encargado por el presidente Trump de formar gobierno. La derecha cañí, incluido el señor González, ha estado como suele, a lo que mande Wasintong. Importa un comino que el mencionado parlamentario títere haya sido desautorizado luego por la propia mayoría que cumpliera las órdenes llegadas del norte. Tampoco se ha tenido en cuenta que Venezuela como país sigue haciendo frente, y desde la ONU, al creciente embargo dispuesto por ese peligro mundial que dirige los EEUU. Aquí cuando la derecha tiene problemas usa a Venezuela para ocultarlos con la ayuda de los grandes medios que desinforman. Como tantas veces, quienes tenemos datos sobre la manipulación de la realidad, intentamos añadirlos, como podemos, para atenuar la distorsionada versión que aquí se difunde.
Como siempre, empiezo reconociendo los innegables errores del presidente Maduro para seguir manteniendo la senda de progreso marcada por el presidente Chávez. Bien entendido que tal aspiración no es fácil, habida cuenta de la recesión de ingresos por la bajada del petróleo y el citado embargo. Sigo explicando que Maduro, pese a lo que se dice, sigue siendo el presidente de Venezuela porque así lo dispone el ordenamiento jurídico que dicho país se dio. Además, pese al derecho que asiste a la oposición para denunciar los errores, han de reconocerse que los apoyos al actual gobierno viene recibiendo para afrontar como puede las injerencias extranjeras. Algunas como la supuesta ayuda que se ofrecía desde Brasil acompañada con un dispositivo bélico. Continúo recordando que la movida de Guaidó no es más que otra de las que se iniciaron en 2.002 con Pedro Carmona, aquel empresario que pese a contar también con el apoyo del norte fue depuesto en unos días. He de repetir la propuesta de sincera ayuda para el pueblo venezolano, hecha por quienes, como el ex presidente Zapatero, han sido testigos de la limpieza electoral y de las dificultades actuales, es propiciar unas nuevas elecciones presidenciales.
Podíamos seguir informando de precedentes, pero será mejor que volvamos al presente y a nuestra “patriótica y democratísima derecha”. Nos visita el “encargado de Trump”, parece que enviado por su mentor para ganar algo de brillo fuera que tape su inoperancia patria. Pues bien esa derecha que lamenta el maltrato que nuestro aceite sufre por orden del rubio presidente, aquí a defender a su títere venezolano. Esta derecha que luego, al día siguiente apoya en la calle los problemas del aceite, sobre los que debe saber bastante el señor Arias Cañete, hombre de la agricultura en España y Europa. Pero en fin, todo vale para tapar la escasa solvencia de esta patética y montaraz derecha. Derecha que hasta por la patronal ha sido abandonada. Sí, recuérdese que con apoyo y reconocimiento de la misma se ha revisado el salario mínimo interprofesional. Esa derecha agrícola que pide ayuda para ella, entre la que mientras se opone al SMS además de maltratar con saña, aunque sea a una mínima parte, a lo mal humilde del olivar, jornalero migrante.
Esa es la patética España de bandera en ristre. Apoyo ciego y servil a quien se impone en el mundo invocando la democracia. Si democracia de la que se olvidan cuando mueren personas en manifestaciones pacíficas en Ecuador o Chile. Democracia de la que no dicen ni mu cuando se produce un golpe militar como en Bolivia para derrocar a su presidente electo y hacer un nuevo “encargo” a la señora Áñez que si dejará que el litio llegue barato a manos “democráticas”.
Foto: Rufino (Licencia Creative Commons)