Buena noche de arte flamenco la que se pudo vivir y disfrutar, en el Teatro Cervantes, con motivo de la Final de Cantes de Libre Elección, dentro de la programación del 55º Concurso Nacional de Tarantas «Ciudad de Linares». Sobre el escenario, los diferentes aspirantes trataron de dar lo mejor de sí para llevarse el premio único que se ponía en liza en esta jornada: 5.000 euros en metálico más la estatua del emblemático minero de Linares.

Tras una disputada final, el jurado calificador (compuesto por los expertos en flamenco Rafael Chaves, Antonio Luis Gallegos y Francisco Cabrero) determinó que el concursante Antonio Porcuna Mariscal, procedente de Adamuz (Córdoba), fue el merecedor del preciado galardón de ‘Cantes Libres’. El cantaor cordobés intervino en cuarta posición y, siendo acompañado a la guitarra por el linarense Fernando Contreras «El Cali», interpretó granaína y media y seguiriya. Esta actuación fue del agrado del numeroso público y la opinión del respetable coincidió con el veredicto del jurado.

Además de «El Veneno», el resto de finalistas también se llevó premio, aunque eso sí de bastante menor cuantía: un accésit para cada participante por valor de 300 euros. El orden de actuación fue el siguiente: Belén Vega Rus (petenera y seguiriya), José López Castro «El Sevillano» (malagueña y soleá), Antonio José Nieto Fernández (soleá y malagueña), el ya mencionado Antonio Porcuna Mariscal, Antonio Haya Morales «El Jaro» (granaína y seguiriya) y Alba Martos Garrido (soleá y minera). Los guitarristas oficiales del Concurso para esta final fueron «El Cali» y Juan Ballesteros.

Para complementar la noche, el público linarense pudo disfrutar de la actuación del cantaor malagueño Alfredo Tejada en calidad de artista invitado, quien ofreció un buen recital acompañado por Patrocinio Hijo a la guitarra y por Gilberto de la Luz y Mariano Cortés a las palmas. La entrega del premio fue realizada por la teniente de alcalde y concejala de Cultura, Ángeles Isac, y el acto estuvo presentado por el periodista Juan José García Solano.

Fotografías: Carlos Hugo