La misma noche de las elecciones y tras el recuento , ya empezaron los mensajes más o menos camuflados de los poderes económicos y sus voceros mediáticos aconsejando a Sánchez. Como no podía ser de otra manera que la de tantas veces, apelaban a la estabilidad. Mágica palabra esa de la estabilidad que siempre beneficia a los mismos en perjuicio de la ciudadanía en su conjunto. De ese modo quienes no han pasado por las urnas, como sabios estabilizadores, pueden influir más que quienes sólo disponen de una ocasión cada cuatro años, en el gobierno para otros cuatro.

El propio 28A an la calle Ferraz se pudo observar la aparente o real conversación que la directiva del PSOE mantuvo con su militancia. Mientras que la última repitiendo de manera ostensible ¡Rivera no! se oponía a la coalición con Cs y con ¡Si se puede! proponía otra, Sánchez tras enterarse callaba. Prudencia aparte, ese silencio chirriaba ante la parroquia a quien debe su reposición, tras el mandato de González y compañía que le exigían unirse a Rajoy. Cuestión que el propio Sánchez expresó en el mismo foro.. No se puede exponer con mayor claridad la invalidación de la democracia representada por las urnas, por el chalaneo despreciable que determinados políticos mantienen con el poder económico. Echándole buena voluntad, hemos de entender que el silencio del ganador electoral es hijo de la prudencia ante jugarretas del propio fuego amigo que lamentablemente sigue cerca. Y es que la economía viene desplazando a la política como expresión de la polis o ciudad-estado.Nos lo explicaba un agricultor almeriense pidiendo que la escasez de agua se resolviera sin tener en cuenta la política. Tal vez insinuara que se adoptara una solución como la desecación de Doñana con el consabido estropicio ambiental que tanto inquieta a la generación de Greta.

Volviendo al marcaje que la economía viene haciéndole a la política, además de las veleidades que el juego de la bolsa con inestabilidades más o menos fundadas o inducidas, están los medios. Éstos, con el gran poder de hasta casi tapar la corrupción del PP o la intragable campaña de Casado, si que puede fastidiar la vida de Podemos, por ejemplo. Quizá la mencionada prudencia se extienda buscando una cierta calma tras tanto tiempo de insultos y falsas verdades. Así que esas anunciadas enemistades e incluso la soberbia del abanderado Rivera, como la ostensible negativa del mismo, le haya llevado a Sánchez a aceptar el primer clamor de su base. En cuanto al segundo, ya veremos. Tal vez convenga volver la vista a Andalucía, de donde tantas veces se han sacado positivas conclusiones. Quizá sea la
que doña Susana adoptó tras una visita del banquero Botín. En tal ocasión este ricachón le aconsejó a doña Susana que rompiera su alianza con Izquierda Unida para acercarse a Ciudadanos. Quizá por ahí, junto a más corrupción o las carencias en sanidad, fue por donde se le empezó a abrir la puerta a la derecha que ahora lamentamos en Andalucía. En este 28A en que el pueblo andaluz ya no tenía que castigar a su Presidenta, no ha tenido problemas, y vuelve a votar como solía. De ello tendría que echar significativa cuenta la señora Díaz y evitarse un nuevo revolcón.

En cuanto al giro a la izquierda que escuchó en el balcón y la cosecha fatal experiencia de su compañera o rival, según los tercios, también convendrá prudencia. A veces se habla de lealtad, virtud tan escasa y necesaria en este tiempo. En aras de la misma bien se haría, dispensándola a quien nos socorrió en la dificultad. De la misma manera para y con quien respondió con honestidad en los tratos, incluso en perjuicio para sí y su gente.