El día de Andalucía decidí irme a la playa con mi familia, el plan era sencillo y cómodo, echar unos bocadillos a la mochila, recorrer 200 km y pasar un día tranquilo en la playa, volver por la noche y haber disfrutado de un día en familia, en un día festivo.

Cuando llegamos a la playa de Salobreña, tendimos la toalla en el suelo, hincamos la sombrilla y después de echar crema a las pequeñas, nos tumbamos en la toalla mientras estas se divertían jugando con las paletas. Pero al mirar a la playa vi una botella en la arena, una botella de agua vacía y arrugada tirada en el suelo de la playa, ¿cómo había gente tan maleducada y poco considerada que tiraba basura al suelo?, estaba indignadísimo.

Después de intentar darnos un fallido baño por la temperatura del agua, me di cuenta que la botella seguía en el mismo sitio y que todo aquel que pasaba por el lado de la botella, la miraba con cara de pena. Una botella vacía y arrugada rompía la armonía de aquel idílico lugar.

Cuando llegó el medio día, y estábamos a punto de sacar los bocadillos para empezar a comer, me percaté de que un hombre acompañado de un niño de unos 6 años llevaba una bolsa de basura, y mientras el niño buscaba piedras entre la arena, el hombre iba recogiendo la basura que encontraba, no iba con bañador, ni si quiera estaba allí pasando el día, pero iba recogiendo toda la basura que veía para devolver la belleza al lugar.

La botella estaba allí cuando llegamos, todos deseábamos que no estuviera allí, pero nadie hicimos nada al respecto, sin embargo una persona que buscaba lo mejor para la playa, cogió una bolsa y recogió toda aquella basura que dañaba el medio, dando una lección a todos aquellos que nos encontrábamos allí presentes.

En nuestro día a día pasan cosas parecidas, vemos a diario cosas que no son correctas, y nos quedamos mirándolas, quejándonos y esperando que alguien las solucione.

Es importante identificar cuáles son las cosas con las que no estamos de acuerdo, pero mas importante es hacer algo para cambiarlas. No es fácil dar el paso, pero es importante darlo.

Yo decidí hace 4 años involucrarme en política, intentando mejorar la ciudad en la que vivo, y como yo, hay mucha gente, no importa las siglas que defienda, solo importa que su objetivo sea el mismo, y eso queridos lectores, es muy respetable y admirable.

No hay que quedarse solo con el mal político, sino con toda la gente que no busca en la política su medio de vida, sino ayudar a que su ciudad sea un poco mejor, gente de la sociedad civil que recoge la botella en lugar de quejarse de que este ahí.

En este articulo me voy a permitir el lujo de no citar ninguna frase famosa, pero si la de un buen amigo que lleva mucha razón: “A seguir construyendo sueños, caminos y puentes. La vida pertenece a los que se atreven así que… ¡adelante!” I.E