Ahora en que una vez y otra, nos traen con diversas intenciones y causas el “problema” catalán, me da por pensar en los parecidos casos que son o lo han sido. Reniego de repetir el rigor democrático con que lo han resuelto en Escocia o en Quebec, pues siento gran envidia. Hoy me ha dado por pensar en lo ocurrido en Yugoslavia. Creo que la cosa no es tan sencilla, como alguien propone , de ser tenida como único ejemplo de ruptura bélica. Creo que hay muchos más aspectos que han de tenerse en cuenta, antes de la desmembración de esa federación, durante y después. A lo mejor ahí encontramos algunas enseñanzas para los males de hoy que han ido y venido a lo largo de la historia. Unas son las cosas que uno o una parte desea y otra muy distinta la realidad que la historia bien leída explica.

Yo recuerdo la Yugoslavia unida bajo el liderazgo del marical Tito, con una gran autonomía respecto de la URSS. Su opción ideológica bien diferenciada por la orientación autogestionaria permitió atajar la burocracia paralizante del bloque soviético. Su política internacional de no alineados también resultaba un gran inconveniente en la sociedad de entonces. Esa actitud de enfrentarse a esos dos bloque belicista en la “guerra fría” acabó molestando a tirios y a troyano. Tras la fundación de la OTAN como alianza occidental, se negó a entrar en el Pacto de Varsovia, en que se aunaban el bloque del Este. Su iniciativa de promover el grupo de Paises No Alineados siguió incomodando a ambos bloques. Ya en la reunión de Belgrado de 1.961 empezó a ejercer un gran liderazgo. A los pequeños países recién descolonizados, se fueron añadiendo paises de mayor peso como Sudáfrica, India, Indonesia, México. Ello permitió una mayor influencia en la ONU en detrimento de los dos bloques. Con el desmoronamiento del bloque soviético y la muerte de Tito, cesó su influencia directa. Sin embargo, ese modo de buscar acuerdos más entre iguales para no supeditarse a los poderosos, pareció sugerir a los incomodados, desestabilizar a esa inquieta Yugoslavia. Y no lo tuvieron difícil, una vez que encontraron parecidos medios a los usados en España, a principio de milenio en el llamado problema catalán. En aquellas fechas el porcentaje de independentista infinitamente inferior al de ahora. He dicho y mentengo que se usaron las mismas artes. Allí exagerando con malicia las muchas diferencias nacionalistas, religiosas , racistas o ligüísticas, acabaron apartando la razón y la convivencia para acabar en una cruel guerra.

Mirados los acontecimientos con perspectiva, se entristece cualquiera con aquel fatalismo de tropezar más veces en la misma piedra. Menos mal, que encontramos ejemplos como lo de Escocia o Quebec en que se apeló a la razón y de manera democrática llegaron a un acuerdo. Que lo del brexit no es satisfactorio, pues a volver a dialogar como en Canadá. Sin embargo en vez de al diálogo se usa la ponzoña nacionalista inicial de Serbia, luego las diferencias religiosas o filo germánicas de Croacia y Bosnia. Luego, tras la guerra de Kosovo la separación de Montenegro. Ello sin contar los enfrentamientos internos dentro de cada república donde convivían de varias etnias religiones o más. Para ayudar, allí estaba la más torpe delegación que la ONU pudo mandar, que en lugar de mediar, entorpeció intentos de diálogo. Mientras tanto, al mundo nos presentaba una guerra más bien maniquea. Contienda liderada por supuestos criminales de guerra, que al final no lo eran tanto. Eso viene  a demostrar investigaciones más rigurosas que han llevado a explicar los suicidios de unos o la muerte en oscuras circunstancias de otros. De eso se nos ha explicado poco o nada en lugar de como lo hacían en aquellos partes de guerra , que eran los telediarios. Claro que con aquella versión compensada se mando la invasión de la OTAN. Esa OTAN, a la que aquella Yugoslavia plural y con autonomía reflexiva, que no quiso ni enfrentarse ni engrosar.

Haríamos bien la ciudadanía mundial aprendiendo de como superaba sus dificultades aquella Yugoslavia multiétnica plutirreligiosa y ejemplarmente integrada o de las avenencias en Escocia o Quebec. Ya está bien de dirigentes y ciudadanía que tienen más banderas que conocimiento y priopuestas para gobernar sin corrupcion y con diálogo en lugar del insulto pertinaz.