Decía mi padre, no entiendo nada más pintoresco ni ilógico que un obrero de derechas. Eso me ha venido a las mientes, leyendo un artículo de Arlie Hochschild. Esta socióloga ha querido investigar esa realidad en Lusiana, estado depauperado, donde Trump tuvo mayoría en las últimas elecciones. Pero este hecho no es flor de un día. Tal viene sucediendo, elecciones tras elecciones, aunque éste sea un territorio muy contaminado por las mareas negras y los republicanos sean hostiles a las políticas sociales o de defensa del ambiente.
Esta investigadora, empieza a entender que esta situación de resignación tiene mucho que ver con el sueño americano. Ve a ese pueblo como una gran cola que espera alcanzar el progreso. Los de hoy espera que les irá mejor que a sus padres, quienes a su vez , se esforzaban por mejorar a los suyos en un sueño más grande que dinero y bienes familiares. La realidad es que lo hacían por una miseria de salario, con despidos en ambientes tóxicos. Entre esa realidad de esclavitud, el sueño sigue al sueño y se va convirtiendo como en una medalla de honor. En esa situación , desde años no ha recibido ninguna mejora salarial ni la espera a corto plazo. Lo cierto es que sus ingreso no han dejado casi de disminuir en los últimos veinte años, más si no se cuentan con un título universitario. La mayoría ni busca un empleo decente porque cree que eso no está al alcance de chicos como ellos. Esa gran cantidad de gente sigue en la cola orgullosa en la que allí nadie se cuela, son matrimonios heterosexuales que apenas se divorcian, bueno sobre todo antes. La gente de izquierdas les dice que sus ideas son antiguas, machistas, homófobas, porque no entiende las buenas ideas que ellos pretenden seguir defendiendo.
En esa cola en la que nada se colaba, ahora alguien si. Entonces se empiezan a preocupar porque algunos son negros protegidos por un al agún programa de becas. Otras son mujeres que han llegado a ser funcionarias o refugiados que lentamente van recomponiendo su vida. Su dinero ha servido para esos programas compensadores que ellos o ellas ni han querido solicitar. ¡Y Obama! ¿Qué diablos hizo para llegar a la Casa Blanca? Así se dedican a despotricar contra diversos colectivos sociales. Un día contra los negros, otro contra las feministas, el siguiente contra refugiados o inmigrantes. Llega a extenderse la especie de que el grupo de refugiados lo componen personas jóvenes, “posiblemente terroristas”, los niños o mujeres esclavizadas los ven menos. Este gentuza -dicen- no se hace cargo de que aquí también sufrimos inundaciones, mareas contaminantes. Hay días en los que llegamos a sentirnos como refugiados.
Esa cola de gente decente que sigue apenas sigue colándose y que son personas como las de toda la vida de Dios, ya tienen sus propios enemigos cercanos. Sobre todos esos grupos demonizados contra quienes descargar sus furias y frustraciones sin crearse mayores problema. Otra cosa es hacerle caso a esos demagogos que acusan a los megarricos de British Petroleum o del gobierno. Lo de las mareas negras o los cuantiosos daños de las inundaciones como si fuéramos el tercer mundo, eso ocurre porque Dios quiere. Lo de los controles para impedir la contaminación de marea negra o la dotación de medios para prevenir y atender peligrosas inundaciones, ¿también será responsabilidad del cielo ? Pero mientras algunos ya se empiezan a hacer preguntas de ese tipo, una parte importante continúa en las mismas. Quizá no posea gran casa, o tal vez ha quedado arruinado por una enfermedad que el frustrado seguro médico de Obamano pudo pagar. Pero pese a eso ,.. quien la toma con EEUU la toma con usted.
A poco que nos fijemos, estas cosas que ocurren en el país más rico del mundo nos suenan bastante cercanas. Hay en nuestra “civilizada” Europa, retazos igualmente preocupantes de chovinismo o patriotismo de pandereta que en nada desmerecen. En las grandes ciudades de Francia, cada día son más significativos los “banlieu”. Son éstos, barrios donde por diversas causas, gran cantidad de inmigrantes argelinos u otros de varias generaciones,viven segregados como colectivos cercanos al odio. Qué decir de aquí, en que además del machismo tradicional que llena nuestros días con muertes de mujer, apenas reflexionamos sobre las causas, a mi parecer en este caso, el resistente patriarcado y la cosificación de la mujer desde. Esta sociedad se afana en medio atender a las victimas, pero muy poco en indagar. Lamento reiterarme, pero sigo entendiendo que, este y otros males actuales en esta sociedad deseducadora. No hablo sólo de la escuela, que también, hablo de los modelos de persona que nos ofrecemos desde la familia a los medios in-comunicación.
Quizá ahora, dándole algún pábulo a mi peregrina reflexión, convenga volver al sinsentido de la frase que sirve de título a este escrito. Nos hemos valido del machismo criminal, como uno de los pincipales ,males que ennegrecen nuestra convivencia. Buscando sus causas, las hemos encontrado en el pasado, la tradición patriarcal, y en el presente, el poder de los medios para deshumanizar valores. En el caso del malestar conjunto ¿nos hemos parado en buscar las causas primeras? A mí me parece que no. ¿Qué puede esperar la gente humilde de Norteamérica votando a Trump, ese ejmplo de machista, xenófobo, belicista y maleducado entre otras lindezas? Otro tanto, aunque menos descarado encontraremos si buscamos. Y es que, los poderoso siguen controlando y manipulando la sociedad. No tienen inconveniente en sacar a la luz las pequeñas miserias de los demás, para dividirlos en grupos que se enfrenten entre ellos. Tanto en USA como en el último rincón de Europa, por no hablar del mundo se repite la situación. La gente sencilla que antes sentía al prójimo como tal, ahora lo siente como extraño, si no como extraño o enemigo. Este vecino que tiene poco lustre, esta inmigrante que viene a quitarme el trabajo, aquel catalán y por supuesto independentista y así hasta el infinito. Y mientras los Trump, los Serras, Ratos y tantos otros, tan contentos.
El escribir un artículo habiendo leído superficialmente alguna historia sobre la white trash es, como mínimo y siendo benevolente, un ejercicio de valentía que, como no podía ser de otra forma al final termina estrellándose. Dudo mucho que el autor conozca nada de esta gente, muy común sobre todo después de la crisis, aunque existir siempre han existido; es más, se decía de Elvis que él venia de esta «casta», aunque luego se endulzaba la historia con que era amigo de los negros y que los días de las fiestas reservadas para la gente de color iba a escuchar su música, lo que era normal para todo el mundo y formaba parte del negocio, aunque el norte de MS no es el «sur profundo». Continuando con el artículo comentar que, sobre todo, no describe (por no conocer de verdad) la realidad social americana, ni ha estado nunca allí el tiempo suficiente (si ha estado) para poder hacerse una idea. Esta personas no se pueden agrupar sólo por su capacidad económica, la realidad es un conjunto de lo que podríamos decir, con cierto acierto, la idiosincrasia del este colectivo. pensar que «el pobre ignorante vota al rico» es una sandez propagandística al más estilo venezolano (de la actual Venezuela); estos pobres (que sí que lo son) votan al que cree que lo va a sacar del pozo. Un pozo que se hizo más profundo con la crisis, un pozo que no comparte con otros colectivos como negros y latinos, porque estos votan a los suyos, a esos que les prometen, y dan, ayudas sociales que les permiten sólo sobrevivir. Es algo así como el famoso PER (PFEA) o las ayudas de colectivos «marginados» en nuestro país; aunque salvando las distancias, la verdad. Por eso esta gente no cree, ni espera nada de políticos como Obama y, por eso, prefieren votar a aquellos que entiende les pueden devolver a su época dorada: la época en la que se sobrevivía porque había trabajo para hacerlo. Pinta el autor a esta gente como los redneck de las películas, que también existen, pero que no tienen ni un pelo de tontos, ni se les puede engañar tan fácilmente como ocurre aquí en España; de hecho creo que incluso existe un aire de superioridad con respecto a esta gente que, como no podía ser de otro modo, está completamente equivocada. Estas personas pueden ser tan tontas como los españoles, aunque, eso sí, su concepto de libertad es mayor, su natural emprendimiento es mayor, su concepto de justicia, su respeto por las leyes, etc. son mayores. A los progres de América les ha dado por esta gente, por una solo razón, su voto puede cambiar gobiernos y eso le molesta mucho a un neoyorkino que se entiende como el ombligo del mundo, pero ellos tienen claro su voto: no van a votar a aquellos que no los van a ayudar y que van a poner otras prioridades por encima de ellos, exclusivamente por no ser un colectivo, racial, marginado. A lo mejor por eso es porque los están dejando que se autoextingan con la heroína. Por cierto, el único que ha dado ayudas a esta «plaga» ha sido Trump el malechor…¿A quien van a votar?
En nuestra tierra, estamos a la cabeza del paro en Europa, en nuestra ciudad estamos a la cabeza del paro en España, siempre han gobernado las izquierdas en Andalucia y casi siempre en el Ayuntamiento. Vienen elecciones, que ha hacer el pueblo votar a las derechas si quiere soluciones. En tiempos de su padre, lo que decia era correcto, pero hoy en dia no pueden las izquierdas patrimonializar los derechos de los trabajadores, pues los defienden muchas veces mejor las derechas. Y para muestra compare el paro de Andalucia con el del Pais Vasco, donde casi siempre han mandado las derechas.