Ya lo había pensado cada vez que se abre o anuncia el plazo para la matriculación en las escuelas. No me acostumbro y me sigo repitiendo la misma pregunta. Eso que anuncias como si fuera una camisa, a veces con imágenes de menores…¿es educación? Aunque alguna vez dudo en las respuestas, la realidad machacona viene a confirmarme en la respuesta negativa. Puede alguien mirar aspectos muy diversos, pero debajo de toda esa complejidad la respuesta es simple. Miraré fuera de España en busca de un muestreo, que contraste con nuestra realidad cercana. Así tal vez encontremos alguna pista para mejorar la educación y si se puede algo más , la convivencia ¿no?

Empiezo por nuestro Linares. Yo no he tenido nunca miedo a cruzar el arroyo Periquito Melchor. Antes iba a mi trabajo en una escuela situada en la ribera derecha, y ahora sigo yendo a encontrame con unos amigos aun más allá. En el camino veo un gran tráfico de escolares con su uniforme cuyas familias los esperan atascando la circulación y contaminando los aledaños de un colegio. Luego, ese hormiguero de coches vuelven a sus dispersos hogares. Habrá alumnos o alumnas del mismo centro, que lo haga andando, y fatigados por el peso de la mochila, hacia la casa lindera con su antiguo colegio. Así entre todos les hemos dado una magnifica lección de integración social, de medio ambiente y de economía capitalista. Claro que ese es el lote que hemos comprado en el momento de la subasta escolar. La cosa tiene su lógica. Es la magnifica misma que nos enseñan los padres y madres de la patria: Cifuentes, Montón o Casado y alguien más. Ellos también han elegido en este caso, la universidad que les ofrece los que necesitan: un título casi por la cara por mucho menos esfuerzo que la mayoría estudiosa. Aunque desde la escuela hasta la universidad estás afectadas por la enfermedad de la credencialitis, es decir la expedición de títulos que no tengan que estar acompañados del saber que expresan. Si lo miramos bien, hay distintas clases de credencialitis: la gente con la que se junta o deja de juntarse nuestra prole, porque me han dicho qué o me han dicho cual. Cuando el corte inglés nos anuncia la vuelta el cole nos quejamos mucho pero seguimos como si tal: otra lección de economía bien administrada. Podíamos insistir en la lógica que guía a la gran mayoría que dice ser consciente de que esto va mal. Miremos el consuelo de muchos ¿ o tontos?

En la desarrollada Suecia, un ejemplo de sociedad del bienestar, viene produciéndose un largo proceso de privatización de los servicios públicos. Según la periodista Violette Goarant, en las elecciones de este año la polémica era intentar rebajar los beneficios de las empresas privadas. Ya se ha renunciado a eliminar la privatización completa como se pedia tras el Informe PISA de 2012. El mismo, llevó a los medios a llamar a la sueca “La escuela más inútil del mundo” y a decir el ministro antes de dimitir a decir “nuestra política ha llevado la escuela a la ruina”. Todo empezó en 1989, cuando se municipalizó la escuela pública. De ahí se pasó a admitir a sociedades con ánimo de lucro. Se han dado casos como el de la sociedad danesa JB Educatión que quebró dejando en la estacada a 11.000 alumnos y 1600 profesores. Hay expertos que explican la situación porque la relación entre profesor y alumno se ha convertido en la de cliente y proveedor. En ello tienen mucho que ver las notas, pues el porcentaje de las mismas aumenta la popularidad del colegio negocio. Esta situación lleva a que muy pocas personas quieran ser docentes. Eso ha llevado a la situación de falta de profesores “certificados”.

Tambien en los EEUU de Trump, quien le gusta defender a los olvidados de ámbitos rurales .
Se han puesto en huelga profesores de Arizona, Kentucky y Oklahoma. Después se ha extendido a otros como el Wyoming, donde Trump obtuvo más votos. En el conjunto se mueven en contra de la bajada de sueldos, por la carestía de la sanidad y en contra de que aumenten las escuelas concertadas.

En Francia también hay negocio a costa de la educación para empresas privadas, dice Laura Raim, periodista francesa. Allí se le ha presentado a los empresarios la posibilidad de vender el servicio de la educación sin tener que pagar al profesorado. Algunos fondos de inversión que colocan su dinero en escuelas privadas francesas en las que el Ministerio de Educación Nacional se sigue encargando de los salarios de los docentes. Este es sólo un indicio de la atracción de la privada.

Volviendo al principio, yo estoy lamentablemente cada día más convencido de que la educación es más una mercancía. Lo fastidioso del asunto es que el ánimo de lucro no es tan explicito como en otras transiciones. Apenas se empieza por reconocer que además de credencialismo, el falso espejismo de la clase media, nos han metidos a todos, nuestros descendientes primeros, en el consumismo.