Aunque pase desapercibida, en el número 4 de la céntrica calle Canalejas de nuestra ciudad, la Victoria de Samotracia luce sobre un edificio del arquitecto Manuel Torres, destinado a albergar la sede de una conocida constructora. Esta singular obra nos cautiva desde 2004. Tras un viaje del constructor a la capital francesa, éste quiso que la magia de la Victoria llegara hasta Linares.
Pero, ¿Por qué la Victoria suscita tanto interés? ¿Conocemos su historia?
El Museo del Louvre, con 8.000.000 de visitas anuales, comprende una de las colecciones más importantes del mundo, más de 450.000 obras. Recorrer sus 16 kms de pasillos pueden parecer una eternidad, sin embargo, «La Gioconda», «La Venus de Milo» y «La Victoria de Samotracia» forman la triada más famosa del museo que bien merecen la pena.
La «Victoria de Samotracia» es un icono. Considerada una de las más bellas obras de todos los tiempos, con 2200 años de antigüedad fue descubierta hace tan sólo 150 años y, a pesar de su notoriedad, apenas conocemos su historia.
Niké o Victoria, un tema que no dejó de inspirar a los escultores griegos. Existen numerosos ejemplos durante el periodo arcaico, clásico y helenístico. En la mitología griega, Niké era la Diosa de la Victoria, hija de Zeus y de Temis, diosa mensajera que otorga la victoria acordada por los dioses. En iconografía se representa alada, portando hojas de palma o laurel.
Fue descubierta al Norte del Mar Egeo, en la isla de Samotracia. A los pies de la montaña se situaba un santuario dedicado a los Grandes Dioses, muy popular. Su historia está vinculada a ritos esotéricos de los Cabiros, una secta religiosa prehelénica. El culto a los Grandes Dioses desaparece, el cristianismo se extiende y el santuario quedó abandonado. Poco se sabe del emplazamiento de la estatua, probablemente en el eje central del santuario, sobre un gran nicho, rodeada de fuentes, donde la proa del barco estaba orientada hacia la izquierda para que su movimiento destacara.
Durante los siglos XVII y XVIII, estos cultos misteriosos suscitaron un interés constante. Así llegó a la isla Charles Champoiseau, diplomático y arqueólogo francés, en busca de piezas delicadas y fáciles de transportar hasta Francia para enriquecer las colecciones del museo imperial.
La noche de su descubrimiento, Champoiseau envió una carta al embajador de Francia en Constantinopla exigiendo un barco en urgencia para dejar la isla rápidamente. Pero no había ni dinero ni barco. Una fragata de la embajada cargó los bloques de mármol y así comenzó el largo viaje de la Victoria. Desde Samotracia, a Constantinopla, Pireo y Tolón, siete meses después llegó a París, en 1864.
La Victoria estuvo expuesta unos 15 años incompleta, hasta que un grupo de arqueólogos austriacos descubren que los bloques de mármol gris que Champoiseau había dejado abandonados en la isla, formaban la proa de un barco. Comparando con monedas antiguas -una diosa alada sobre un barco- se dan cuenta que los dos elementos forman un único monumento. El enigma está resuelto. Champoiseau vuelve a por el resto de los bloques y la restauración se lleva a cabo.
En la última gran restauración realizada en 2013, la Victoria ha seguido un minucioso análisis con la tecnología más avanzada, revelando que el monumento estuvo pintado en la antigüedad. Trazas de color sobre las alas y el vestido. Se llevó a cabo limpieza de la superficie de la escultura, y vuelve a lucir radiante sobre la gran escalinata del Louvre, junto a miles de turistas que llegan desde todas las partes del mundo para pararse -un instante- a admirarla.
La Victoria de Samotracia es una de las mejores expresiones del arte helenístico. Busca dinamismo y movimiento frente al equilibrio del periodo clásico. El cuerpo se abalanza hacia el frente en líneas diagonales y curvas provocando desequilibrio. El movimiento se expresa en los paños que vuelan y se agitan, y en las alas. El dinamismo lo completan las múltiples curvas del vestido. El artista ha sabido expresar a la perfección los efectos del azote del viento sobre el cuerpo, con una gran habilidad y un gran conocimiento de la anatomía, los senos, el vientre, las piernas y el ropaje “paños mojados” adheridas a ellas, llenas de sensualidad y misterio, refinada en las texturas, plumaje, telas.
Material Mármol de Paros estatua y mármol gris de Larsos para la base
Altura.3.28m
Situada Museo del Louvre,París
Periodo Época helenístico, Grecia Antigua, 190 a.J.C
Descubrimiento 1863, Isla de Samotracia, (Isla Norte del Egeo), Charles Champoiseau
Composición pedestal rectangular, base simulando la proa un barco, y la estatua.