Cuando el olivo mira,
no me ve.
Salí de la hilera
geométrica de su campo
y pretendo que en mis raíces,
no arrecien el intenso frío
que desuela su futuro.
Mi fruto caerá en palabras
sin golpe de varas
que amanezcan en mis sueños.
La vida me persigue,
el mundo me aplasta
y yo confundido, huyo.