Y con clase. Y con dignidad. No se pueden desear más calificativos porque estos engloban a todas las virtudes de una magnífica profesional: Felisa López Aguilera, Felisa, la Bibliotecaria, la Archivera Municipal, el alma y la atención amable, el saber hacer de modo riguroso como no puede ser menos viniendo del temple de las tierras abulenses, castellanas de pura cepa, andariegas y serias, y que, por azares del destino, fueron dulcificadas por el sol mediterráneo y el mar de todos. Así es Felisa, formal y deferente, respetuosa y de puertas abiertas, un referente para Linares y de memoria perpetua en uno de los estamentos más importantes de este municipio destinado a darle la profundidad de la cultura durante 34 años, los suficientes para identificarla siempre con ella.

Por supuesto que es mi amiga, una amiga a lo largo de todos estos años y aunque se puede decir que mis alabanzas se deben a esta amistad leal, yo estoy segura de que ninguna sobra, salen del corazón y la cabeza. Porque a Felisa yo la he conocido en principio como acercamiento a la lectura, a la literatura, a la palabra sabia y noble. Luego en mi experiencia como Concejala de Cultura, tuve ocasión de profundizar en su rigor y en el cumplimiento de su función profesional. Vivimos mucho juntas y todo con un esmerado respeto mutuo. Tengo muchos recuerdos, siempre acompañando a las sesiones de la comisión cuando era necesario, de ahí que siempre valore sinceramente a los jefes de servicio que tanto facilitan el trabajo de los concejales, al fin y al cabo son los que permanecen. Después, en mi faceta de escritora, hemos compartido puntos de vista sobre mis libros, ha hecho comentarios muy atinados como la incansable lectora que es. Y se lo agradezco.

Felisa ha pasado satisfactoriamente la prueba del trabajo, finalizarlo con dignidad y profesionalidad que es lo que más vale en esta vida de tantas etapas. Esta la termina indemne, como yo digo, y comienza otra ya enriquecedora en la que se evidenciará lo que ha sembrado. Sin embargo se va sin haber podido pasar el testigo, no hay nadie hasta ahora nombrado para sustituirla, sin haber recibido felicitaciones públicas – o reconocimientos – y me refiero al Ayuntamiento o sus políticos, que no a sus compañeros/as, amigos/as y mujeres, y algún hombre, de los grupos de lectura. Esa sí que es una gran obra que ella implantó y mantuvo. Con los grupos de lectura ha propiciado que muchas mujeres se cultiven en la lectura, lean, compartan, analicen, aprendan, opinen y puedan manifestar su libertad a través de la cultura. Esto a mí me encanta sobremanera y se lo agradezco como mujer principalmente, no se me podía pasar. Ahí están y espero que continúen.

Ahora le deseo más vida, que puede tenerla, echaré de menos no poder llegarme en mis momentos de ocio al edificio emblemático, tan de todos, para saludarla y encontrarla afanosa, pero las etapas tienen eso, se avanza, se diversifica, vienen nuevos retos y nuevos procesos que yo sé que gestionará bien. Enhorabuena y feliz jubileo. Para mucho tiempo.