Cuando en una entrevista en TV el entrevistado soltó la frase “El dinero dice siempre la verdad” la persona que hacía la entrevista mostró cara de estupefacción. Y el entrevistado dijo: veo la expresión de su cara, pero inmediatamente voy a explicar qué quiero decir con esto. Este hombre dijo que la utilización del dinero es la forma de definir o calificar a una persona. Y este humilde escribidor va a intentar poner ejemplos de ello.
Hay gente para la que el dinero es placer a toda costa, el único sentido para su vida. De ahí la compra de yates, barcos, grandes mansiones, viajes de súper lujo, joyas, safaris etc., para ser felices. Esta gente ha centrado su vida en el disfrute máximo, ignorando porque le importa un bledo, las miserias de otros seres humanos que no tienen nada para sobrevivir. En este caso el dinero dice toda la verdad sobre la calidad humana de este tipo de personas. Y esto lo hemos podido ver recientemente en los medios, ante los juicios por las tarjetas opacas y la trama Gürtel que a muchos españoles nos ha dejado pasmados. A mí particularmente se me quedaba la cara de idiota sabiendo la ruina de miles de personas que se quedaron con una mano delante y otras detrás con el caso Bankia. Decenas de personas imputadas por unas tarjetas con un monto de tan solo unos ridículos 12.000.000 de €. Hay una obra de teatro de Simona Levy de estreno en Madrid que se titula “Hazte banquero” que merecería la pena ver.
Me pregunto si se nace inmoral o esto se va aprendiendo con el tiempo, porque la estrategia de defensa de estos indeseables es la misma, al considerar cada uno de ellos que disponer de una tarjeta de libre disposición con cientos de miles de euros lo veían como una cosa normal, que ellos no son chorizos, que no son unos corruptos, que son gente normal, que esas tarjetas son parte meritoria de su buen hacer. Y cuando el juez utiliza la expresión “tarjetas black” los acusados recriminan ofendidos al magistrado diciendo que esa era una expresión insultante. Ante esas recriminaciones al juez, me pregunto si esa actitud es sólo una estrategia de defensa, una inmoralidad absoluta o las dos cosas a la vez. Para ellos sólo existe un dios, su dios Mammón.
Existe tanto derroche y algunos viven tan por encima de las posibilidades de los más necesitados, dilapidando dinero a mansalva, sin un corazón, una conciencia, una ética y una estética, que estas actitudes son un verdadero insulto para otros seres humanos. Se podrían poner muchísimos ejemplos, pero me voy a centrar sólo en algunos de ellos. El primero es la vergüenza de los contratos y fichajes millonarios, bien en bancos, empresas privadas y clubes de fútbol, o incluso en la vida política, porque son un auténtico atentado moral contra el resto de las personas, aunque muchas de ellas lo justifiquen. Por otro lado, el ritmo de vergonzoso de vida de muchos ricos y bien posicionados económicamente, como es el caso de la vida paradisíaca que muchos llevan en la Costa del Sol por citar un lugar de los miles que existen. Otro ejemplo y paradigma es el caso de Donald Trump, instalado en el insultante dinero, la ofensa y el desprecio hacia los que no tienen su estatus o no piensan como él. Resulta curioso e incomprensible que casi la mitad de los norteamericanos lo voten. Absolutamente incomprensible. O quizá no, porque muchísimos quisieran ser él.
Existe también otro mundo que es el de las personas que yendo ajustadísimas económicamente, prefieren quitarse de algunos caprichos a los que humanamente tienen derecho, para compartir una cantidad significativa de sus posesiones o bienes con aquellas personas que lo necesitan. Suele ocurrir que las personas más pobres son las más solidarias, dándose entonces las grandes paradojas de la vida en las que el necesitado es generoso para con otros más necesitados que él. También en este caso, el dinero siempre dice la verdad sobre las personas; las identifica y las define en su grado de humanidad. “Debemos buscar a alguien con quien comer y beber antes de buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o un lobo.” Da mucho que pensar esta frase de Epicuro.
Y este mundo es el que tenemos, pero hay muchas, muchísimas personas, que trabajan por cambiar esa escala de antivalores que ha invadido el mundo.
A pesar de ello, sigo teniendo fe en la gente y creo que otro mundo es posible, pero para ello tenemos que salir de nuestro letargo, nuestros miedos y de la parálisis que produce nuestro confortable sofá.
Hay desigualdades injustas que claman al cielo, pero también existen desigualdades justas, ojo.
Sr. Parrilla, usted hace la pregunta clave: «Me pregunto si se nace inmoral o esto se va aprendiendo con el tiempo»
Creo que, con independencia de cual sea la respuesta, el asunto que trata es de vital importancia: ¿Es nuestra sociedad inmoral?
Si entendemos como Moral o Ética el conjunto de normas y valores que regulan la convivencia entre los hombres, en nuestro caso en nuestra sociedad, tendríamos que preguntarnos si la sociedad española del siglo XXI tiene claro que la corrupción es inmoral, porque a lo mejor no es uno de sus valores el sancionar la corrupción.
Esto es muy sencillo y no hace falta comerse mucho el tarro…..Capitalismo y libre mercado son sinónimos de corrupción y desigualdad. Es un simple problema sistémico. La auténtica utopía es pensar que en un sistema de libertad económica, los que se lo llevan crudo se van a volver de repente solidarísimos y generosísimos…
La libertad es un bien tan preciado que debe ser racionalizado (me refiero, naturalmente, a la libertad económica)…….Desgraciadamente, la solidaridad hay que imponerla, no nos engañemos, es triste pero es así……..Precisamente porque los humanos no son la mayoría buenos es por lo que hay que imponer una economía democrática, así como todos esos valores de los que tú hablas tan a menudo, Juan, y con los que estoy totalmente de acuerdo contigo, ya lo sabes……. En lo que tal vez nos diferenciamos es en que quizá tú seas más optimista que yo respecto a la bondad humana……..
Saludos revolucionarios……..
LLevas razón. El sistema que funciona es el de la antigua URSS. Ese es el bueno…Y al que no le guste…a Siberia y punto. No te cabrees más, que es que te ha tocado vivir en una sociedad mala y decadente. Enferma diría yo. A ver si hay un poco de suerte y se para el mundo. Así te puedes bajar y terminar con este desencanto.
Juan, Juan, Juan, la parábola de los Talentos.
Es moral ganar dinero, es moral gastárselo. El objetivo es el mundo feliz de Aldous Huxley, todos iguales en sentimientos y lbertades.
Hay que buscar en el mundo que los que a el llegan, tengan un punto de partida similar, pero hay que darles libertad para desarrollar sus ingenios y talentos.
Criticar el gasto es desconocer que en la mayoría de los casos el yate, el fabuloso viaje, viene detrás de mucho esfuerzo y desarrollo del talento. Y que el yate y el viaje no son nada más que fuentes de creación de puestos de trabajo y no hay mejor ayuda que esa.
En cuanto a sus diatribas sobre Bankia y sus distintos problemas solo quiero recordarle que la avaricia humana es terrible y si no recuerde Ud., en su vida, Sofico, Banco de Navarra, Bco. Ind. de los Pirineos, Rumasa, Nueva Rumasa, Afinsa, Forum, y las muchas más que no recuerdo ahora, con que no me defienda a los preferentistas, o nuevos accionistas de esa entidad por que todos pecaron de avaricia.
Por eso si queremos hacer un mundo mas justo y equilibrado, más iguales en la linea de partida pero sobre todo más libres.
Juan, Juan; Juan Recuerde la parábola de los talentos. No culpe al rico de gastar, culpe al avaro de atesorar, gastando se crea riqueza.
Sr. Vera, usted ha calificado mi artículo de diatriba que según la RAE ES: Discurso o escrito acre y violento contra alguien o algo.
Sólo le respondo con un artículo de alguien de una autoridad moral que que ya quisiera yo tener. Léalo despacio, porque merece la pena interiorizarlo.
SOMOS EL TALENTO A DESCUBRIR
Escrito por Fray Marcos
Mt 25, 14-30
CONTEXTO
Mateo sigue con sus amonestaciones. Estamos en el tiempo de la comunidad, antes de que llegue el tiempo escatológico, que aquellos cristianos creían cercano.
Cada miembro debe tomar la parte de responsabilidad que le corresponde y no defraudar ni a Dios ni a los demás. Seguramente en tiempo de Mateo, ya había quien se dedicaba a vivir del cuento, sin dar golpe.
Es curioso que las tres parábolas de este capítulo 25 hagan referencia a omisiones, a la hora de advertir de las consecuencias de nuestros actos.
EXPLICACIÓN
El talento no era una moneda real, sino imaginaria, era como un billete de banco o un pagaré. En griego «tálanton» significa el contenido de un platillo de la balanza, pesada. Era una cantidad desorbitada, que equivalía a 26-41 kilos de plata = 6.000 denarios; el salario de 16 años de un jornalero. Esto es importante a la hora de apreciar la realidad espiritual significada en esas cantidades.
Para entender lo de enterrar el talento, hay que tener en cuenta, que había una norma jurídica, según la cual, el que enterraba el dinero que tenía en custodia, envuelto en un pañuelo (de la cabeza), no tenía responsabilidad civil, si se perdía. Parece ser que era la forma más segura de guardarlo.
Debemos tener mucho cuidado con la interpretación literal y materialista del texto. Se ha empleado esta parábola para invitarnos a producir y acaparar bienes materiales. De esta interpretación nace en Occidente el capitalismo salvaje (no hay otro). Uno de tantos casos en que hemos utilizado el evangelio en contra del mensaje de Jesús. Es verdad que el capitalismo es el sistema económico que más riqueza ha creado, pero también ha creado las desigualdades; y el abismo entre ricos y pobres no hace más que aumentar, excluyendo del acceso a los bienes necesarios a una masa cada vez mayor de seres humanos, que tienen el mismo derecho a todo lo necesario para vivir. El domingo que viene dirá: «Porque tuve hambre y no me disteis de comer…»
También sería una equivocación interpretar «talentos» como cualidades de la persona. Esta interpretación ha quedado sancionada por nuestro lenguaje. ¿Qué significa tener talento? Pero tampoco es éste el verdadero planteamiento de la parábola. En el orden de las cualidades estamos obligados a desplegar todas las posibilidades, pero siempre pensando en el bien de todos y no emplear la mayor inteligencia, el mayor ingenio, las mayores habilidades o la mejor preparación, para acaparar más y desplumar a los menos capacitados. Para más «inri», dando gracias a Dios por ser más listos que los demás.
En todos los órdenes tenemos que poner los talentos a fructificar, pero no todos los órdenes tienen la misma importancia. Como seres humanos tenemos algo esencial, y mucho que es accidental. Lo importante es la esencia que constituye al hombre como tal. Ese es el verdadero talento. Todo lo que puede tener o no tener (lo accidental) no puede ser la principal preocupación. Los talentos de que habla el evangelio, son las realidades que hacen al hombre más humano. Ser más humano significa amar más. Y amar quiere decir servir a los demás.
Los talentos a los que hace referencia la parábola, son lo bienes esenciales que debemos descubrir. La parábola del tesoro escondido es una pista. No entendida como que hay algo de valor añadido a nosotros, sino descubriendo que somos un tesoro de valor incalculable. La primera obligación de un ser humano es descubrir esa realidad.
La «buena noticia» sería que todos pusiéramos ese tesoro al servicio de todos. En eso consistiría el Reino predicado por Jesús. El relato del domingo pasado, el de hoy y el del próximo, terminan prácticamente igual: «Entraron al banquete de boda…» «Pasa al banquete de tu señor». «Heredad el Reino…». Banquete y Reino son símbolos de plenitud.
Algunos puntos de la parábola necesitan aclaración. En primer lugar, podemos preguntarnos por qué no ha contemplado una tercera posibilidad. Un empleado negocia con sus talentos con la mejor voluntad, pero pierde todo el dinero. Me gustaría saber qué hubiera hecho el señor con él. Estoy seguro que la respuesta no hubiera sido de condena. La parábola apunta más bien a que lo que se valora no son los resultados, sino la actitud de búsqueda y la confianza que los empleados tienen en el amo y en ellos mismos.
En segundo lugar, el que no arriesga el dinero, no lo hace por holgazanería o comodidad, sino por miedo. El siervo inútil no derrocha la fortuna del amo. Simplemente no hace nada. También debía hacernos pensar que se condene tan severamente a uno por no hacer nada. Creo que en nuestras comunidades, lo que hoy predomina es el miedo. No se deja poner en marcha iniciativas que supongan riesgo de perder seguridades, pero con esa actitud, se está cercenando la posibilidad de llevar esperanza a muchos desesperados.
En tercer lugar, la actitud del señor tampoco puede ser ejemplo de lo que hace Dios con los que no cumplen. Pensemos en la parábola del hijo pródigo que después de la que armó, es tratado por el Padre de una manera completamente diferente. Quitarle al que tiene menos lo poco que tiene para dárselo al que tiene más, tomado al pie de la letra, sería impropio del Dios de Jesús. El que escondió el talento ya se ha privado de él haciéndolo inútil. No solo ha perdido toda posibilidad de hacer que fructifique en beneficio de los demás, sino que realmente lo ha perdido ya.
Finalmente es también muy interesante constatar que, tanto el que negocia con cinco, como el que negocia con dos, reciben exactamente el mismo premio. Esto indica que en ningún caso se trata de valorar los resultados del trabajo, sino la actitud de los empleados. Claro que si necesitas un premio es que no has entendido que alcanzarlo es el premio.
APLICACIÓN
La parábola nos tiene que llevar a un serio examen de todos los aspectos de nuestra vida. Ningún ámbito se puede escapar a la crítica que la parábola hace de la pasividad. Las posibilidades (talentos) que tenemos en el orden del ser son inmensas. Hay que dedicar tiempo a descubrirlas, y sobre todo no hay que tener miedo al riesgo de ponerlos a funcionar.
No se trata de negociar con los talentos para el provecho propio. Se trata de ponerlos al servicio de toda la comunidad. Sólo así pueden ser provechosos para mí.
Si nos quedamos en el orden de las cualidades, podríamos concluir que Dios es injusto, porque ha dado más a unos que a otros. No es en ese ámbito donde está la valoración. Lo que se juzga no son las cualidades, sino el uso que yo hago de ellas. Tenga más o menos, lo que se me pide es que las ponga al servicio de mi auténtico ser y, por tanto, al servicio de todos.
En el orden del ser, todos somos exactamente iguales. Cuando percibimos esas diferencias es que estamos sobrevalorando lo accidental. En el orden del ser todos tenemos miles de talentos, que no dependen de las circunstancias ni externas ni internas. Las bienaventuranzas lo dejan claro. La verdadera salvación está al alcance de todos.
La parábola nos está hablando de una dinámica de progreso, de evolución constante hacia lo no descubierto todavía. El único pecado del hombre es negarse a profundizar, refugiar¬se en lo ya conseguido por otros y disfrutar cómodamente de lo ya descubierto. El ser humano tiene que estar volcado hacia su interior para poder desplegar todas sus posibilidades.
Todo el pasado del hombre (y de la vida) no es más que el punto de partida, la rampa de lanzamiento hacia una mayor plenitud. La tentación está en querer asegurar lo que ya tengo, enterrar el talento. Tal actitud no demuestra más que falta de fe (confianza) en uno mismo y en la vida, y por lo tanto, en Dios. Es la tentación de todos los tiempos. Los judíos del tiempo de Jesús prefirieron seguir confiando en el cumplimiento de la Ley y en el templo, que abrirse a la novedad del amor.
Lo primero que tenemos que hacer es tomar conciencia de la riqueza que ya tenemos. Unos no llegan a descubrirlas y otros las esconden. El resultado es el mismo. No es nada fácil, porque nos han repetido hasta la saciedad, que estamos en pecado desde antes de nacer, que no valemos para nada, que estamos enfangados en el mal y que no podremos nunca salir de allí. La única salvación posible tendría que venirnos de fuera. Lo malo es que nos lo seguimos creyendo. El relato del camello que se negaba a moverse porque se creía atado a la estaca, aunque no lo estaba, es el mejor ejemplo de nuestra postura ante la religión. O el león que vivía con las ovejas como un borrego más sin enterarse de lo que era.
Todo afán de seguridades, todo afán de instalarse en verdades absolutas y normas de conducta inmutables, carecen de todo sentido cristiano. Ninguna presencia de Dios es definitiva; hace siempre referencia a algo mayor. Estamos aquí para evolucionar, para que la vida nos atraviese y salga de nosotros enriquecida. El miedo no tiene sentido, porque la fuerza y la energía no la tenemos que poner nosotros.
Señor Parrilla : Gracias por dedicar tanto tiempo a mi humilde persona.
Apreciado Señor Parrilla: Vuelvo a reiterarle las gracias por el tiempo dedicado a mi comentario, Releído su escrito, me voy a permitir a comentarlo párrafo a párrafo.
Es indiscutible que la forma en que cada cual utiliza su pecunio le define ante los demás. Quien no conoce al avaro que pudiendo gastar en disfrutar algo de los placeres de la vida, atesora y en el momento de su muerte se descubren bajo su colchón incontables fajos de billetes. O el otro que recibiendo de sus mayores un capital importante lo derrocha sin tino acabando sus días en la miseria más absoluta. Si evidentemente el dinero dice siempre la verdad, nuestra forma de gastarlo nos retrata.
Estando de acuerdo con su primer párrafo, estoy totalmente en desacuerdo con el segundo, asegurar con rotundidad que el disfrutar de placeres, como viajes o yates signifique que le importan un bledo las miserias humanas, creo que es excesivo, haciendo un juicio de valor al que le falta caridad cristiana. En cuanto al tema de Bankia, que es muy complejo, le diré que la salida a Bolsa de la que fueron responsables muchas personas que no están acusadas, los que compraron sus acciones, todos mayores de edad, ya sabían a lo que se exponían entrando en Bolsa. En cuanto a lo de las «Tarjetas Black» no seré yo quien los defienda, pero la justicia de los hombres los esta acusando de apropiación indebida, si a Usted., le dan algo para que lo use, ¿Dónde esta la apropiación indebida? distinto es que puedan tener un reproche moral de la sociedad, pero lo grave en nuestro país y Usted es conocedor, cuando los medios de comunicación arremeten con tal de tapar sus propias vergüenzas, no le extrañe una sentencia en este caso muy leve o absolutoria.
Habla de la vida paradisíaca de muchas personas en la Costa del Sol. ¿pregunte a las legiones de jardineros y otros oficios que viven en dicha zona? ¿pregunte a las joyerías y restaurantes de Puerto Banús si no hechan de menos, no ya al rey de Arabia, sino a sus séquitos? Otro juicio de valor nada acorde con la caridad cristiana. Para finalizar habla Usted de Trump y sus votantes, ¿Se recuerda de Adolfo? también tenía votantes
Termina haciendo un canto acertado a todas las personas solidarias, tengo el convencimiento de que si conociésemos el nivel de solidaridad de la inmensa mayoría de las gentes quedaríamos bastante sorprendidos .
He leído detenidamente lo que me has enviado respecto a la parábola de los Talentos, estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por Fray Marcos, precisamente por ello por que se basa en las Virtudes Teologales se acuerda «Fe, Esperanza y Caridad», yo considero que Dios que ama a todos por igual, no diferenciara entre ricos y pobres entre ahorradores y derrochadores y para cada uno de nosotros, tendrá la dosis necesaria de perdón.
Para finalizar dos cosas, me gustaría leer algo más optimista de Usted., el escrito de esta semana de la rana, francamente es deprimente, a base de repetir y repetir que estamos mal, estaremos mucho peor. Y una segunda el día que quiera frente a una birra, o un buen vinito, le explicare los de los banqueros y vera como no son tan malos u odiosos.