Desde la Agrupación PSOE de Linares comprendemos perfectamente que cualquier grupo político, en este caso el PP, con un resultado electoral satisfactorio, proclame su alegría. Desde el Partido Socialista agradecemos también el respaldo de decenas de miles de linarenses que siguen confiando en nuestras propuestas y prometemos seguir trabajando con ilusión para no defraudar ninguna expectativa.
Es un dato objetivo que el Partido de la Derecha ha sido el más votado en la ciudad, aunque esto responda, desde nuestro punto de vista, a una marcada tendencia en todo el país a girar el voto hacia la derecha.
Pero no entendemos la euforia desatada de sus dirigentes al hablar de proyecto en decadencia del adversario electoral, sobre todo siendo la diferencia tan escasa. Su análisis político de esta situación es bastante pobre, algo que no nos sorprende, y en consecuencia, fácilmente rebatible.
Como el propio PP reconoce, en las Elecciones Generales de 2011 ya obtuvo una holgada victoria con más de 2500 votos a su favor, no de 378 como en las recientes y, sin embargo, no fue capaz de revalidarla en las Elecciones Municipales posteriores, en las que el PSOE volvió a imponerse.
Con sus mismos argumentos estaríamos en condiciones de afirmar que el PP en Linares ha sido un “proyecto en decadencia desde el 2011”, incluso antes, puesto que desde finales del siglo XX no gana una elecciones locales.
Además, no reconocen que los sistemas democráticos propician la alternancia de mayorías sin condenar a la decadencia a las minorías.
Esta gente que juraba a la ciudadanía hace sólo unos meses “dejarse la piel en la defensa de sus municipios” ahora la abandonan por un puesto en el Congreso de los Diputados. Parece que, políticamente, el pueblo se les queda pequeño. Quizás la decadencia consista precisamente en la huida.
Nos recuerdan al “Costa Concordia”, ese trasatlántico a la deriva, y a su capitán, que fue el primero en abandonar el barco.
¿Donde están las decenas de Miles?
Que mal perder tienen algunos.
Ya no van a poder ni alegrarse?.
Que mal acostumbrados estáis.