Cada vez que miro algún informativo y me supera el fárrago de información y/o el temor al control de la opinión colectiva, recuerdo el título que abre este escrito. Se la escuché por los años setenta a Sócrates Gómez, entonces diputado socialista a Cortes de la primera legislatura. Tal vez sea por lo, poco que de bondad y de ideas en la vida política y, por ende en la ciudadanía que la soporta, va quedando. Trato de explicar el contraste entre aquel recuerdo y el triste presente.

            Conocí al citado socialista a los pocos meses de su elección. En su rostro las marcas que dejara una vida de presidios, exilios y penurias  que llenaron su vida desde el 39 al 72 de su último regreso. En sus palabras la sabiduría enredada de ética a que aspiraba el filósofo del mismo nombre. Era el mismo mensaje de Machado o de Sánchez Bonil, otra víctima anónima pero cercana y tan venerable de aquella fatídica sublevación. Volvimos a coincidir varias veces, dos en el año 79. La primera en el XXVIII Congreso Federal del PSOE donde compartimos confrontación ideológica con Alfonso Guerra. Pocos después, cuando fuera aclamado tras su sonada dimisión González, con su cabeza gacha y sin palabras, me explicó que la bondad de las ideas se empezaban a  esfumar. En la siguiente legislatura fue relegado como diputado y de los órganos de debate.

            De aquellos vientos estos lodos. Sócrates murió en el 89 viendo como languidecía su viejo partido en el que el ministro Solchaga reconocía que era lícito enriquecerse. De allí hasta la fecha, en que, como dice la calle, la mayoría de los sucesores de Sócrates se distinguen poco de la derecha   depredadora y corrupta. Tanto es así que hasta repiten apellido (Hernando) y despropósitos en la portavocía parlamentaria. El del PP despotricando hasta el paroxismo sobre  memoria histórica. El del PSOE, tratando de impedir por todos los medios que haya la mínima regeneración en esta decrépita democracia. Sí, lamentablemente se atiene al guión que han marcado Felipe González y demás barones al dictado del IBEX 35 en pos de la coalición de derechas PP PSOE Cs. No se ponga moños, señor Hernando bis, presumiendo de educado por contestar con nuevos insultos a Podemos, partido al que con todas las complicidedes quieren demonizar. No se sorprenda ni se indigne, Sr. Hernando, como le ha dicho- con mejores modos- su compañero Pérez Tapias. Sabe usted  muy bien lo que tenían acordado en el Comité Federal del 28 de Diciembre. Albricias. Alguien ha mantenido explicitamente la dignidad  dentro del PSOE. Desde aquella fecha y desde antes, todo ha sido teatro para mantener el pacto del 78 sin que ningún extraño pueda levantar las alfombras de donde cada día emerge insoportable y pestilente la corrupción. Con el mayor cinismo, ustedes acusan a Podemos hasta la muerte de Manolete, después de haberlo ninguneado de mil maneras.

            Si, señor Hernando bis y compañía, se están quedando sin bondad y sin ideas. Dice usted que Podemos y sus dirigentes no son de fiar sin cortarse un pelo. Bien harían en guardar sus simuladas sorpresas, sus supuestas penas por las ofensas recibidas y su impostada indignación para situaciones más oportunas. Este último ruego no se lo hace el abajo firmante, sino su compañero Pérez Tapias.

            Hablando de indignación, en este caso con más propiedad, debiera ser la de la ciudadanía que contempla asombrada a un gobierno incontrolado que tergiversa su provisionalidad rebelde para seguir beneficiando a los mismos de siempre. Si ustedes deciden indignarse, háganlo ejerciendo  su condición de mayor grupo en la opsición del actual parlamento. Lo demás es teatro y labor de desgaste del único camino que llevaría hacia el innegable mandato de regeneración del 20 de Diciembre. No se hagan trampas a ustedes mismos escuchando al poderoso griterío mediático y monocorde que quiere vaticinar mengua en la necesidad popular de urgente y necesaria renovación.

Comprendemos que es ingrato la renuncia a mamandurrías de las puertas giratorias y otras ventajas que le son habituales. Pero, prescindiendo del fondo ético, recuperen al menos la bondad de las palabras en cuanto al ajuste lógico. ¿Pueden seguir propiciando salidas a la valenciana en comunidades varias que demonizan en el estado?  Piensenlo seriamente y valoren los compromisos que tengan con el IBEX35, con la monarquía de Conde-de la Rosa-Colón de Carvajal-Compi yogui y demás. Frente a ello pueden hacer valer la bondad de la ideas de Pérez Tapias, de Sánchez Bonil, de Sócrates Gómez, por no hablar de Machado.

            Ténganlo claro antes de que en la calle resuene que no nos representa  tanto chorizo.